Análisis de accidentes

Rescate a dos montañeros tras pasar dos días enriscados en una pared

El Comité de Seguridad de la FEDME analiza un caso real de accidente en montaña, que relatan los mismos afectados, que fueron rescatados tras pasar dos días enriscados en una pared en Picos de Europa, durante un entrenamiento de carreras por montaña.

Prácticamente todo el Macizo Oriental o de Ándara
Prácticamente todo el Macizo Oriental o de Ándara
Comité de Seguridad FEDME | 1 comentario |
RELATO DEL ACCIDENTE CONTADO POR UNO DE LOS ACCIDENTADOS:

Mi compañero (55 años) y yo (48 años) teníamos pensado realizar una ruta de unas 12 horas. Se trababa de más de 26 kilómetros y un desnivel acumulado de unos 4600 metros dentro del Parque Nacional de Picos de Europa. El itinerario se iniciaba en la famosa ruta del Cares, y asciende a los 2000 metros, entrando en terreno de alta montaña. Conocíamos muy bien la zona ya que entrenábamos habitualmente en este tipo de terreno.

Comenzamos, a las 6:30 h, la mañana era fresca pero pronto entró el calor. La meteo para este día era: temperatura mínima/máxima entre 7 y 18 ºC en el lugar más alto de la ruta, sin mucho viento, unos 15 km/h, sin previsión de lluvia.

Llevábamos una mochila ligera que usamos para las carreras de montaña, en la que llevábamos: cuatro barritas energéticas, cantimplora, unas pastillas de sales para hidratar mejor, un botiquín, frontal, mechero, mapa de la zona, un cortavientos ligero (uno rojo y otro negro), un forro polar fino, y el teléfono móvil, vestíamos ambos un pantalón corto oscuro, camiseta técnica y zapatillas de trail, es como nos sentimos más cómodos y ágiles en nuestras actividades por montaña veraniegas de este tipo.

Desde la senda del Cares, a unos 7 kilómetros de Poncebos, cruzamos el puente Biella y dejamos la senda para empezar la subida en dirección al Collado del Agua para continuar el ascenso por la Canal del Agua. Hacia el medio día empezó a entrar niebla en una zona donde el camino estaba poco marcado. Íbamos hablando , y al rato comentamos que no nos sonaba el camino, empezamos a dudar si era el camino correcto, pero aun así decidimos continuar; al salir de un bosquecillo vimos con certeza que no estábamos en la ruta prevista.

Nos paramos y nos planteamos dar la vuelta, pero en ese momento que nos sentíamos fuertes, nos convencimos de que ya que habíamos llegado hasta allí deberíamos continuar por otro canal que teníamos enfrente ya que seguro que por arriba hay salida y sale al mismo sitio.

Continuamos animados, hasta un punto donde no era posible seguir ascendiendo porque nos rodeaban paredes muy verticales, la cosa se torcía, volvimos a pensar qué hacer, de momento llegamos a un punto donde seguir o dar la vuelta se mostraba muy complicado y peligroso.

Teníamos claro que ya no era posible continuar o volver con seguridad, comprendimos en ese momento que estábamos enriscados. Estábamos encajonados en un lugar poco transitado por montañeros.

En ese momento eran las 14:30 h, llamamos al 112, pero nos llevamos la sorpresa que no había cobertura, creíamos que siempre funcionaba, aunque no tuviéramos cobertura, tras varios intentos gastamos la batería.

Nos tranquilizamos e hicimos recuento de recursos. Solo teníamos cuatro barritas energéticas que decidimos racionar. Casualmente al lado nuestro había un regato (pequeña caída de agua), en el cual podíamos abastecernos de agua.

Nos dimos cuenta de que íbamos a pasar allí la noche, sabíamos que íbamos a pasar frío, habíamos entrenado otras carreras por Picos de Europa y dormido en refugios, las noches eran frías sobre los 5 ºC, estábamos a 1600 metros, los medios de abrigo que disponíamos eran muy simples y estábamos en pantalones cortos.

Por la noche no pudimos casi pegar ojo, fue una noche horrible. No parábamos de temblar, de vez en cuando nos preocupábamos por el estado del otro para darnos ánimo, nunca hubo reproches. Esto fue fundamental, el apoyo que nos dábamos continuamente.

A las 7:00 AM nos organizamos para pedir ayuda relevándonos. Yo con un silbato pequeño que tiene la hebilla de la mochila y mi compañero dando gritos, fuimos constantes y nos fuimos relevando, así estuvimos todo el día.

Paso el día, no vimos un alma por la zona, y llegó la segunda noche, se nos pasaban cosas raras por la cabeza, sabíamos que lo mal que lo habíamos pasado la noche anterior, lo que nos esperaba, nos mirábamos y nos recordábamos lo que nos venía encima.

La segunda noche pasó, y por la mañana estábamos agotados, nos comimos la última media barrita que nos quedaba, seguimos con nuestra pauta de gritos y pitidos, fuimos constantes. Vimos pasar el helicóptero de nuevo a lo lejos, sobre las 13:30 PM, se dirigía a Vega de Ario se quedó quieto a lo lejos y de repente volvieron frente a nosotros quedándose estático, lo mirábamos los dos con ilusión deseando que no cambiará de dirección, y entonces continuaron hacia nosotros, venían de frente, se acercaron y un miembro de la tripulación nos saludó, y nos derrumbamos de alegría. Luego nos contaron que el día anterior unos montañeros habían oído nuestros gritos de petición de ayuda y gracias a eso cambiaron la zona de búsqueda.

Imponentes paredes de los Picos de Europa vistos desde la Senda del Cares  (Jose Manuel Díaz)
Imponentes paredes de los Picos de Europa vistos desde la Senda del Cares
ANALISIS CAUSAL DEL ACCIDENTE POR PARTE DEL COMITÉ:

La causa directa de toda la acción relatada radica en un extravío en un punto determinante de la ruta. Visto así el análisis es fácil para que este incidente no se diera, simplemente no se debe perder la atención y llevar un GPS con la ruta por si se mete la niebla. Pero debemos hacernos otras preguntas para llegar al precursor del accidente, la primera sería, ¿por qué perdemos la atención en un momento tan crucial, dentro de un bosque con niebla?, el protagonista que nos cuenta la historia lo deja muy claro “íbamos hablando”, un paso por un bosquecillo con un sendero pisado y marcado de fácil caminar o correr donde comentas con tu amigo cosas de la vida, perdiendo la atención del entorno. Aun llevando el itinerario en un GPS es necesario estar muy atento para seguir una bifurcación dentro de un bosquecillo con niebla, pero esta lleva a otra pregunta, ¿por qué no llevaban un GPS con la ruta?, aquí el accidentado no lo deja claro en su relato, pero las causas de esto pueden ser las siguientes:

a).- La niebla suele entrar a partir de las dos de la tarde o más tarde, hora que ellos ya suponían que estarían al final de la ruta.
b).-Otra causa es porque conocían la zona con exactitud y estaban convencidos de que no lo necesitan (de hecho, no llevaban ni mapa).
c).-Y por último, otra causa de esto radica en que llevan mucho tiempo haciendo rutas de estas características por las mismas zonas, terreno muy familiar, y donde nunca lo habían utilizado, al final se produce un sesgo en nuestra toma de decisiones que nos lleva a decidir que no es necesario porque nunca lo hemos necesitado, a esto se le llama “falso positivo”.

En otro orden de cosas, hay que tener en cuenta la descripción del material y vestimenta que dicen llevar en una única “mini” mochila para ambos. Decidir el material a llevar a las actividades de montaña tomando como único factor, o al menos el más destacable, el de la comodidad, no es correcto. Nos guste o no nos guste, el factor de la autosuficiencia y rendimiento en montaña se mide por más factores que el hecho de ir ligeros. Este error, elegir el material según el tipo de actividad por encima del tipo de terreno de montaña al que nos enfrentamos, está muy generalizado.

No se trata de ir a correr por la montaña cargadas con pesadas mochilas, pero sí que hay unos mínimos a tener en cuenta que, aunque no los utilicemos en nuestra vida, no quiere decir que no sean imprescindibles para nuestras actividades.

También no encontramos con una decisión racionalmente errónea pero aceptada en un momento emocional concreto como correcta. Me refiero al hecho de cambiar una canal por la otra, y decidir sin información fehaciente, sin mapa o referencias, que debe tener salida por arriba igual que la que querían coger unos kilómetros más atrás. Cuando un análisis racional del escenario les hubiera llevado a decidir, “vamos a dar la vuelta, reconozcamos el error, …”, lo aceptable es seguir.

Por otro lado, hay una serie de muy buenas decisiones que les llevaron a este par de expertos montañeros a sobrevivir a estas circunstancias tan adversas, y debemos hablar de ellas porque son una gran lección.

La principal radicó en aceptar la situación, reconocer que lo mejor es no moverse en una situación como esta cuando en tu cabeza aparece repetidamente donde nos hemos metido, reconocer el error, ser humilde, es clave para que todo lo que vino a continuación fueran aciertos continuos que les salvaron la vida sin duda alguna, está claro que el helicóptero los sacó de allí, pero el sobrevivir dos días con dos noches con lo precario de sus recursos es una acción de supervivencia muy grande.

Por descontado, en situaciones de supervivencia es crucial no perder la esperanza y creer en todo momento que lo vamos a conseguir, y ellos por su relato lo hicieron. Una gran decisión fue el hecho de crear tareas de relevo a la hora de pedir ayuda, mediante pitidos y gritos de ayuda, el sonido en una orografía como esta se puede transmitir a muchos kilómetros.

Otra buena acción es haber dejado a una persona que avise de la falta de los montañeros a una hora prudencial.

Rescate a dos montañeros tras pasar dos días enriscados en una pared
Zona de enriscamiento
Rescate a dos montañeros tras pasar dos días enriscados en una pared
Error en la ruta

Recomendaciones del Comité de Seguridad

En lugares como Picos de Europa, montañas donde se forma con mucha facilidad nieblas densas, y que debido a su orografía está lleno de barrancos y cortados, es importante llevar la ruta marcada en un GPS.

Para realizar entrenamientos de carreras de montaña en especial en media-alta montaña es aconsejable llevar manguitos y perneras si nos decidimos por el pantalón corto, nos protegen de múltiples elementos; roces, quemaduras solares, frío…. y al menos, además, llevar estas tres capas de manga y pierna largas por imprevistos. La media y alta montaña es implacable en los cambios de temperatura.

En montaña es importante que el color de nuestras prendas sean lo más visible, colores muy vivos, para ser vistos.

Al menos dos mantas térmicas debemos llevar en nuestro botiquín, proporciona abrigo y es un excelente corta viento. Además, con una vela y un mechero se puede realizar un punto caliente, otra de las utilidades que tienen es la capacidad de reflejar para hacer señales al helicóptero o a otras personas.

La cobertura del 112 es posible, siempre y cuando alguna compañía telefónica la tenga.

Agradecimiento:

Nuestro más sincero agradecimiento a nuestros protagonistas por su exhaustivo, riguroso y completo análisis de los hechos. Con toda seguridad estas aportaciones evitarán que hechos similares vuelvan a producirse en el futuro. Esto es un análisis de un caso que te puede ayudar a ver defectos en tu toma de decisiones, en esta y otras actividades de montaña. Nadie está libre de accidentes por muy experto que sea, pero igualmente todos somos libres de tomar decisiones más seguras.

Un artículo del Comité de Seguridad FEDME

Comentarios
1 comentario
  1. Una puntualización: en el apartado (b) dices que no llevaban mapa, pero en su relato el protagonista del incidente dice que sí lo llevaban.

    No obstante, yo también pienso que hubiera sido más óptimo un GPS y, ante la duda, en alta montaña mejor darse la vuelta. De haber ido grabando el recorrido con GPS hubiera sido muy sencillo orientarse para desandar el camino.

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