MARCO GEOGRÁFICO:
Pedraforca es una montaña emblemática de Cataluña que se encuentra en la sierra del Cadí, dentro del área del Parque Natural del Cadí-Moixeró, haciendo de límite entre las provincias de Barcelona y Lleida. Es una montaña cuya majestuosidad poco o nada tiene que envidiar a las del Pirineo Central.
CONDICIONES AMBIENTALES:
La previsión meteorológica, para el día y hora de la salida, era de estabilidad y temperatura moderada normal para finales de julio, no se esperaban precipitaciones ni se habían producido con antelación.
CARACTERÍSTICAS PERSONALES DE LOS IMPLICADOS:
Pareja de montañeros con mucha experiencia en montaña entre veintiséis y treinta años.
RELATO DE LOS HECHOS POR UNO DE LOS INVOLUCRADOS:
Una tarde a finales de julio nos dirigimos al Pedraforca. Nuestro objetivo era hacer una actividad fácil técnicamente para pasar la tarde y que nos sirviera de entrenamiento como solíamos hacer muchas otras veces. El itinerario pasaba por hacer cima al Pedraforca, a 2506 m de altitud, era una actividad sencilla y habitual para nosotros, unos 8 km con 1100 m de desnivel. La idea era empezar a las 19:00 y acabar sobre las 21:30.
Se trataba una actividad rápida sobre terreno variado, subiríamos al Pedraforca a ratos corriendo y otras veces por zonas de trepada fácil por la canal del Verdet, con pasos de no más de tercer grado de dificultad.
Como era una actividad corta para nosotros (dos horas) nuestro único material era el frontal, unos geles y un cortaviento ligero. Nuestro equipamiento eran zapatillas para correr en montaña, un pantalón corto y una camiseta de manga corta.
Iniciamos la actividad y desde el primer momento nos sentimos muy bien. La tarde, como iba pasando e íbamos cogiendo altura, se volvió espectacular, y ya en la Canal con una puesta de sol entre nubes en el horizonte, no pudimos resistirnos a parar durante un rato a sacar unas fotos increíbles, tengo que reconocer que este momento fue muy emocionante y nos puso eufóricos durante un rato.
Un poco más adelante, en la parte más vertical, decidimos cambiar el itinerario inicial y desviarnos por una zona más difícil técnicamente, donde hay un largo de escalada sobre un diedro de no más de IVº en escalada libre, que es mucho menos de lo que estamos acostumbrados a hacer. No era la primera vez que lo hacíamos y lo realizábamos sin problemas, aunque esta vez íbamos sin cuerda ni equipo para asegurar.
Comenzamos a subir el diedro a las 21:00 h, a unos 2200 m de altitud. En ese momento, cuando mi compañero iba escalando detrás de mí, arrancó una piedra en la que se apoyaba con el pie, se desequilibró y cayó unos 25 metros.
Rápidamente, me acerqué hasta mi compañero, comprobé su estado, no se podía mover y las lesiones parecían ser de bastante gravedad: sentía mucho dolor en el tórax. Revisé el estado de mi compañero con miedo, sin saber con exactitud la gravedad de sus lesiones.
Reaccioné, sabía que tenía que pedir ayuda lo antes posible, el sol caía y faltaba poco para que anocheciera, por lo que el helicóptero no podría volar, perdiendo la esperanza de un rescate rápido. Como conocía el lugar, sabía que había cobertura, así que de inmediato llamé al 112.
Si demoraba la llamada no vendría, quedaban pocas horas de luz. A las 21:14 h llegó el helicóptero con dos rescatadores. Estos valoraron las heridas de mi compañero y, al comprobar su gravedad, pidieron a su central una evacuación rápida, que ya se tendría que hacer por tierra al haber anochecido. La bajada se realizó en camilla por el lugar que anteriormente pasábamos corriendo. El rescate finalizó a las 8:45 h.
ANÁLISIS CAUSAL DEL ACCIDENTE POR PARTE DEL COMITÉ:
Desde el Comité de Seguridad FEDME queremos llamar la atención sobre el hecho de que los accidentes por desprendimientos de piedras o rocas se han convertido en el principal causante de accidentes graves en terreno vertical y de alta montaña. En el Macizo del Mont Blanc llego a ser el 60% de las muertes en alpinistas en el 2012.
Centrándonos en el caso, deberíamos definir primero qué tipo de actividad de montaña realizaban nuestros protagonistas. Podríamos calificarla como una “actividad por terreno fácil variado técnicamente en proporción a las capacidades de los deportistas, realizadas a ritmo rápido donde el objetivo es moverse con rapidez, ya sea corriendo o trepando sin elementos de aseguramiento, su finalidad puede ser el entrenamiento y/o pasarlo bien”. Este tipo de actividades proliferan cada vez más en montaña, ya que ir ligero, moverse rápido y realizar actividad a ritmos altos en personas bien entrenadas son muy placenteras.
¿Qué es lo que lleva a unos expertos montañeros, entrenados y bien formados, a tomar una decisión tan poco equilibrada? La respuesta es que normalmente nuestra toma de decisiones es un proceso inconsciente (no consciente y racional) influenciado por sesgos cognitivos, emociones y otras trampas heurísticas como vamos a explicar.
Primero, encontramos en el relato un supuesto de base que se da como premisa a la hora de decidir la forma de hacer la actividad, “otras veces lo hemos hecho sin incidencias”, a esto se le llama falso positivo, un sesgo cognitivo que influye a la hora de tomar nuestras decisiones en el futuro. En este caso, se ha infravalorado el riesgo asumido de hacer la actividad a última hora de la tarde, si se hubiera realizado a primera hora de la mañana, al existir un grupo de rescate aéreo se reduce drásticamente.
Segundo, hay un punto importante que influye en nuestra forma de tomar decisiones, que es el perfil psicológico del deportista, y más concretamente el relacionado con la edad. Está comprobado que los más jóvenes tienden a percibir menos riesgo que otros montañeros más veteranos. La edad de nuestros protagonistas, alrededor de treinta años, es proclive a percibir nuestras capacidades por encima de lo que están, a percibir menos riesgo y, simplemente, a arriesgar más.
Tercero, el Pedraforca para nuestros protagonistas es el lugar donde aprendieron hacer montaña, se curtieron… lo conocen al dedillo. La familiarización con el entorno y la habituación a sus peligros influye en la percepción del riesgo y se materializa en lo que se llama exceso de confianza.
Y, por último, las emociones, ese pico o momento de euforia que describe el relator, creado por el paisaje de ensueño que les estaba regalando el destino, ese atardecer espectacular en un lugar inmejorable, nuestro cerebro piensa inconscientemente “qué puede salir mal hoy”.
Todo esto nos ayuda a aceptar que es el día idóneo de hacer algo más, en este caso el diedro en libre integral que se convertirá en la guinda de la salida. Nuestra mente busca inconscientemente una salida para convencerse, y da con la respuesta “si está justificado, si somos escaladores de séptimo grado, hoy es el momento, nunca me he encontrado mejor». El optimismo ilusorio secuestra nuestras decisiones dirigiéndolas hacia nuestros deseos.
Pero, por otro lado, hay que tener claro que, aun con los recursos tan limitados, nuestros jóvenes y expertos protagonistas supieron mantener la calma. Y gracias a esto, es posible que su compañero esté vivo. Ya que si hubiera tardado unos minutos más, el helicóptero con los dos rescatadores no habría podido llegar.
Por esto hay que felicitar a nuestros protagonistas.
Recomendaciones del Comité de Seguridad de la FEDME
- La petición de ayuda al tener un accidente hay que gestionarla lo más rápidamente posible.
- Cociendo la peligrosidad de ciertos puntos, como puede ser al hacer un corredor o diedro, sabemos que la caída de piedras es frecuente, y más en un lugar tan transitado.
- En una actividad de montaña que discurre a cierta altura, a 2500 m, aun siendo verano la hipotermia en ocasiones puede ser más grave que las lesiones del propio accidente.
- En nuestra equipación no puede faltar mantas de emergencia, pequeño botiquín y protección contra el frío.
- Al planificar las actividades debemos tener en cuenta acabar unas dos horas antes de anochecer, por los imprevistos.
Pon Atención:
Esto es un análisis de un caso que te puede ayudar a ver defectos en tu toma de decisiones, en esta y otras actividades de montaña. Nadie está libre de accidentes por muy experto que sea, pero igualmente todos somos libres de tomar decisiones más seguras.
Tuvieron suerte a pesar de su errónea planificación.
La verdad es que es un planteamiento absurdo de entrada en la actividad, si ya anochece mientras suben, si tenian algún problema en la subida pensaban destrepar de noche con el frontal. Esta muy bien planificar actividades rápidas, pero iniciarlas tan tarde cuando vas por terreno delicado es absurdo. Tuvieron suerte porque una caida de 25m es para no contarlo. La caida en si es mala suerte porque se suelta una roca, pero tal y como esta el monte ultimamente es algo que puede pasar. La verdad que es caida les podia haber pasado a las 11 de la mañana, y parace ser que su imprudencia no empeoró los resultado y el herido fue evacuado, pero es evidente que sus malas decisiones aumentaron el riesgo. No estoy estrictamente de acuerdo en que provocasen el accidente pues una roca se puede soltar tanto si concurren los demas factores como si no. Unicamente cabe remitirse al tema del aseguramiento, y otras cosas que no sabemos, por ejemplo porque escogieron el diedro de IV, si tenian informacion sobre esa ruta, si era repetida a menudo, aunque dice que ya lo habian hecho antes, algo sabrian. La decision de ir o no asegurado se puede criticar, pero es otro debate. Si se asume que es aceptable, estas cosas pueden pasar, no es el caso de que se metiesen en un 7b sin cuerda, era un IV, un grado que mucha gente hace sin cuerda, no me meto en si se deberia o no que me parece otro debate, interesante.
Pues para "salidas express" de este tipo (sin ánimos de atizar -ni criticar- como bien dice Natxo López) y para comportarnos más humildemente en la montaña ¡no hay que inventarse variantes ymenos yendo con equipación minimalista!
Claro que: nadie está libre de accidentes pero… está pareja (que ya podía haber tenido entre 26 y 30 años de experiencia en lugar de la edad) y aún agradeciéndoles el haber compartido su historia, ha incurrido en muchos "boletos" para que les pasara algo. Como así les ocurrió finalmente.
Personalmente, cuando salgo a entrenar a esa hora (si no puedo antes) ¡me subo a un monte de 400 mts. de desnivel, y evito las trepadas!
¡eso es compartir buenas praxis!
Y en su tiempo me "mojé" para poner 2 veces la visita al Pedraforça, la última con nieve también como salida de club de montaña.
No estaría de más que se supiera toda la historia, y conocer si esta pareja tenía algún seguro de accidentes personal, o si mínimamente están federad@s, para sus actividades rápidas -o express-.
Y en el caso que no tuvieran un seguro, pasarles una minuta -aunque sea simbólica- por los gastos ocasionados en su rescate (como bien dice José Luis también).
Y por supuesto, que el comité de seguridad FEDME lo diese a conocer también, para que se minimicen los síndromes Decathlon o querer imitar a Kiliam (como expone Ořjam Thorsson).
Pues eso, que, aunque sea una pequeña amonestación y/o penalización por: horario mal escogido, equipo deficiente, cambio súbito y tardío ¡a ruta más difícil si cabía (sin arnés, casco ni cuerda tampoco)! fuera aparte de -presunto- exceso de confianza, infravaloraciones del riesgo y del monte y la hora que era, etc., pues que: no estaría de más si no disponen de seguro de ningún tipo, que se les pasaría una minuta igual de rápida o express para que se aprendiera un poco de humildad en cualquier entorno natural ¡y dejar el estrés en la urbe o en casa!
El error es ver estos artículos como una oportunidad para atizar a las personas que aquí describen sus errores. Deberían servirnos como forma de aprender y mejorar en base a los fallos ajenos, aumentando también nuestra humildad con las montañas.
Dicho esto, estaría bien hacer un ejercicio mínimo de introspección, cada cual el suyo, y recordar las ocasiones en las que, si bien no nos ha sucedido nada, podría habernos sucedido. A cualquiera. A lo mejor luego no somos tan críticos señalando errores de los demás.
La publicación de este artículo tiene como objetivo recordarnos (a tod@s) que los errores en ocasiones tienen sus consecuencias, en este caso errores humanos.
Cada uno es libre de dar su punto de vista. Pero quiero dejar claro, Que los análisis de accidentes que hace el Comité de seguridad, siempre se busca la lección aprendida del que “metió la pata”,y como protagonista de una mala decisión la cuenta para que, cualquiera de nosotros, reflexione sobre su error porque la mayoría de ellos se sentían “inmunes” a las diferentes circunstancias. No veo vergüenza, en que alguien divulgue que se equivoco para que los demás aprendan y sirva para conseguir una montaña más segura. Un saludo y gracias
"Mucha experiencia" y "empezar a las 19.00 y acabar sobre las 21.30 [el Pedraforca]" son en si mismo un oxímoron.
A ver si acabamos ya con el síndrome Decathlon, los imitadores de Killian Jornet y seguidores de youtubers motivadores de los de "si quieres, puedes"; la selección natural no da al abasto.
A mi me daría vergüenza publicar las circunstancias, el horario, el vestuario utilizado y que se hayan jugado la vida por mi los servicios de rescate. Un poco más de sentido común, menos imitar a Kilian Jornet, menos minimalismo y más multas.
Una historia muy bonita pero llena de incorreciones. Horario mal escogido, equipo deficiente, cambio súbito y tardío a ruta "más difícil", etc. Se mire como se mire, un compendio de malas decisiones y una actitud un poco prepotente e irresponsable.
El problema está en que la mayoría de aventureros de poca monta, llevan móvil a la montaña, cómo material de escalada imprescindible y único, la mayoría de las ocasiones. Entonces es muy fácil marcar el 112. Si los rescatadores hicieran una valoración de la indumentaria de ésta gente mal equipada y preparada, se podría imponer una elevada sanción y así no tendrían que jugarse la vida para rescatar a 1.000 imprudentes y negligentes domingueros. Luego, los alpinistas y montañeros de verdad, quedamos en muy mal lugar.