Adrián Escudero es catedrático en Ecología, su trabajo científico sobre biodiversidad y los impactos producidos por la actividad humana es muy reconocido, compatibiliza la investigación con su otra pasión: la montaña en todas sus facetas. Trabajando en Cambio Global y en la urgencia climática no puede dejar de intentar explicar y divulgar en diferentes medios de comunicación lo extremadamente grave de lo que vivimos y cómo podemos enfrentar este drama. Global running habla de todo esto intentando responder de forma cercana y un tanto nostálgica a la pregunta ¿por qué las montañas por las que corremos están como están?
Global running
Crónicas de un ecólogo corredor
Casi desde que era un chaval y comenzaba a subirse a alguna tapia o se calzaba los crampones para ascender al Almanzor en un Gredos invernal, Adrián ha pensado que era una pena la falta de información de aquellos territorios por los que se dibujaban los caminos. Con esta intención nos regala un texto ameno, didáctico, bello que habla de lo que es correr y sumergirse en el paisaje, abriendo un camino en el monte desde una mirada diferente, que pretende comprender el paisaje, explicar el cambio, desear un futuro más habitable. Correr y ver, desde un activismo ambiental. Soñar con montañas y ecosistemas más saludables, y despedirse de los paisajes que ya no existen. El cambio que vemos y ese más sutil e invisible que, si no nos lo cuentan, ni lo percibimos.
Y mientras corre, reflexiona, va y vuelve, en un viaje que nos lleva a todos los rincones de la naturaleza y su biodiversidad, con crónicas que van de los Picos de Europa a la sierra de las Nieves, y quieren ser un retrato de lo que queda en nuestros paisajes, desde la experiencia de un ecólogo que corre en lugares icónicos de nuestras montañas. Una guía a golpe de zapatilla para interpretar el Cambio Global y el azote de sus motores más despiadados: el calentamiento y el abandono demográfico.
Nos invita a correr teniendo en cuenta algo más que el placer o reto deportivo, correr comprendiendo los territorios por los que se dibujan los caminos. Correr como oportunidad para saber algo más de lo que vemos, de la relación de la gente con sus paisajes, con la diversidad biológica que atesoran y con el drama que sufren los ecosistemas y las especies que nos acompañan, desde las ganas de honrar un territorio antes de que desaparezca y cuidar de la belleza y la fragilidad de lo que sí está.
«Una emergencia por contar lo que tenemos ahí al lado antes de que sea muy tarde. Una necesidad de reflexionar sobre un paisaje cambiante sometido a una urgencia climática y una pérdida de biodiversidad tan acuciante que casi no deja tiempo para reaccionar. Son miles de personas las que practican estos deportes en el monte y muchos más los que se emocionan paseando y sintiendo la diversidad biológica al alcance de su mano. Me gusta pensar que ese entusiasmo lo podemos canalizar para enfrentarnos a los problemas globales que tenemos».
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