A su llegada a Madrid, Carlos Soria fue reconocido por el doctor Manuel Leyes quien decidió que, a la espera de ser operado -posiblemente el próximo sábado- el mejor lugar donde podía descansar estos días era en su casa. Allí estuvimos, conversando con este gran alpinista y amigo, para que nos contara cómo se produjo el accidente, cómo vivió el descenso desde los 7.700 metros al campo 2 y, sobre todo, saber cómo se encontraba y darle un gran abrazo.
Rodeado de su mujer, Cristina, y sus hijas Sonsoles y Mónica, encontramos al Carlos Soria de siempre: positivo, lleno de energía y motivación, deseando estar recuperado lo antes posible para seguir disfrutando de sus entrenamientos y sus montañas.
¡Menudo susto nos has pegado Carlos!
El que se lo ha pegado he sido yo. Han sido unos momentos muy complicados. Uno de los momentos más difíciles de nuestra vida.
Cuando por fin ibas a alcanzar la cima del Dhaulagiri…
La teníamos ahí. Estábamos en muy buena forma. La montaña estaba en muy buenas condiciones y la ascensión se nos había dado muy bien. Tuvimos que subir haciendo un día menos pues nos enteramos que el día 17 era el que la previsión daba las mejores condiciones para alcanzar la cima. Hicimos campo base campo 2 de un tirón, luego campo 3, y del campo 3 salimos a las 10 de la noche hacia la cumbre. A las cinco de la mañana ocurrió este desgraciado accidente que lo rompió todo.
¿Qué ocurrió?
Un sherpa se cayó en dos ocasiones y había mucha comba en la cuerda. Era de noche, hacía mucho frío y tuvimos algunos parones. Este sherpa, amigo nuestro, se cayó una vez y luego otra y nos arrastró a Sito y a mi. Los tres nos quedamos colgando con el jumar de una cuerda coreana. Enseguida me di cuenta de que me había roto la pierna.
¿El primer pensamiento?
Acordarme de que existen los helicópteros. Pensé: «no pasa nada, viene un helicóptero, vamos a llamar por el teléfono».
Pero eso no era así. No había ningún helicóptero que pudiera subir a 7.700 metros y eso cambió la situación. No me lo podía creer. No había manera de que nos recogiera el helicóptero. Y tuvimos que bajar poco a poco -cada vez nos decían que teníamos que bajar algo más abajo-, hasta que llegamos así al campo 2.
He visto rescates a mucha altura en el Himalaya. En el Manaslu vi sacar a unos coreanos a 7.200 metros más o menos. Y el campo 3 está a 7.300, pero no había manera
¿A qué altura ocurrió el accidente?
A 7.700 metros o así. Al principio de la gran travesía.
¿Estarás enfadísimo con el sherpa que provocó vuestra caída?
No, él no quiso caerse ni mucho menos. Nadie quiere caerse ni provocar esto. Estuvo con nosotros ayudando hasta el final. Se ha llevado una propina, la que debía llevarse en otras circunstancias, o mejor. Estaba haciendo su trabajo.
En el vídeo puedes ver la conversación completa que mantuvimos con Carlos Soria.