La pandemia le obligó a permanecer año y medio en Patagonia. Aprovechó para realizar la travesía del Fitz Roy en la que, a lo largo de seis días, alcanzó nueve cimas. Por esta actividad , que bautizó ‘Moonwalk traverse’ recibió el Piolet d´ Or 2022.
En esta conversación nos cuenta su forma de ver la escalada y la vida. Su objetivo lo deja claro: pasarlo lo mejor posible.
«Me gusta vivir simple, con pocas cosas…»
“Soy escalador. Mi padre es español, mi madre irlandesa, nací y crecí en Bélgica, ahora viajo por el mundo escalando. Vivo en mi coche. Una o dos veces al año hago una expedición ”.
“Me gusta vivir simple, con pocas cosas… Aunque todo es relativo… para alguien que vive en la calle o en un país pobre tengo muchas cosas. Tengo un coche, y es un privilegio tener un coche. En realidad vivir en un coche es mucho más cómodo que vivir en la calle o en una hamaca en una pared. Por eso digo que todo es relativo… Tampoco estoy en contra de vivir en una casa. Puede ser que algún día encuentre el lugar donde me sienta muy bien. Ahora me gusta vivir así: viajando y teniendo pocas cosas”.
«Me inspira Sílvia Vidal con sus escaladas en solitario»
“Fui a Patagonia con mi amigo Nico Favresse, hicimos una buena temporada. Volvió a Francia y yo me quedé con el plan de estar dos semanas más pero, al final, la pandemia hizo que cancelaran los vuelos y me quedé un año y medio en Patagonia. Un lugar que me gusta mucho porque es muy salvaje, tanto el paisaje como la meteo. Estaba en el pequeño pueblo de El Chaltén donde lo pasé muy bien: había todo lo que necesitaba: boulders, escalada deportiva, montaña… No necesitaba coche, vivía en una caravana”.
Sean Villanueva en Patagonia.
“Llevaba tiempo inspirado por Sílvia Vidal que hace escaladas en solitario y quería hacer algo en solitario también. Pero teniendo los mejores compañeros de escalada del mundo es difícil hacer algo en solitario porque siempre hay algún plan con ellos . Aquel era el momento… empecé a pensar qué podía hacer… Atravesar todo el macizo del Fitz Roy me parecía que era lo más largo que podía plantearme. Al principio pensé que era solo un sueño, algo imposible… Empecé a darle vueltas y poco a poco todas las cosas se alinearon… Fue un poco como un sueño, todo fue perfecto para que pudiera hacer esa travesía”.
«No conté a nadie lo que iba hacer porque quería hacerlo para mí, por la experiencia…»
“No quise decírselo a nadie porque para mí era muy importante hacerlo porque la motivación venía de mí, sin ninguna presión exterior. No lo hacía por el reconocimiento… Era muy importante saber que lo hacía por mí, por la experiencia, por eso no se lo quise decir a nadie”.
“Pero, justo saliendo del pueblo, me encontré a dos personas y las dije que iba a la Aguja de la S, que es la primera aguja, y que iba a seguir hasta donde pudiera llegar… Los dos pensaron que mi plan era ir hasta el Fitz Roy, no pensaron que mi plan fuera hacer toda la travesía integral”.
«Nada más comenzar a escalar unas piedras rompieron la cuerda»
“El primer día estaba subiendo un petate, cayeron unas piedras y rompieron la camisa de la cuerda en tres lugares. Pensé que ya no podría seguir, pero me dije: “Voy a seguir un poco más”. Y puse cinta para proteger el alma de la cuerda. Y seguí un poco más. Y luego un poco más. Y luego me dije: “Bueno… voy a ver qué hay detrás de eso…” . Hice esto bastantes veces y llegué al final. En el último rápel, después de seis días, cerca ya del suelo, se rompió la camisa de la cuerda… caí como un metro, y se veía el alma en un metro y medio. Allí supe que no podía usar más la cuerda, pero desde este lugar solo tenia que andar, no la necesitaba más. Fue como alucinante, milagroso que en el último rápel se rompiera la cuerda”.
«Quería vivir la experiencia, no buscaba ir rápido»
“Ir en solitario supone mucho trabajo, es muy lento, hay que subir poniendo protecciones, llegar a la reunión, recuperar los seguros, volver a subir y luego izar el petate… Es muy lento, pero quería vivir la experiencia, no buscaba ir rápido. Iba a mi ritmo y me concentraba en estar siempre en movimiento, no en ir rápido, esa era mi filosofía: estar siempre en movimiento, mantener un ritmo sin ir rápido, porque no hay que cansarse en una travesía tan larga”.
“Escalé las paredes sur, que en Patagonia son las que no tienen sol. En teoría tenían que ser las más frías, las que tenían más hielo, pero tuve mucha mucha suerte. Es raro tener condiciones tan buenas en este macizo. Alex Honnold y Colin Halen [quienes también hicieron la travesía, pero en sentido inverso a Sean], escalaron todas las caras norte que deberían estar más limpias de hielo, sin embargo tuvieron mucho hielo en las fisuras que les complicó las cosas”.
Sean Villanueva, en ‘La travesía del Fitz’ en solitario.
«Hice toda la travesía en zapatillas de aproximación»
“Hice casi toda la escalada en zapatillas de aproximación, solo en la cumbre del Fitz Roy había algo de hielo y se me complicó un poco, porque iba con las zapatillas y crampones de aluminio, una clavija y un tornillo de hielo. Parece que es un material un poco justo para atravesar un hielo tan duro, porque estaba muy duro… Parecía fácil porque no es muy vertical, pero estaba muy duro y con los crampones de aluminio, y las zapatillas de aproximación, era muy difícil…”
“Los largos difíciles los hice autoasegurándome, haciéndolos tres veces, las aristas o terreno fácil, donde se podía caminar un poco lo hacía en solo integral”.
«Fue increíble festejar mis cuarenta años de vida en un lugar así, en solitario»
“Apareció esa ventana de buen tiempo en mi cuarenta cumpleaños y lo disfruté mucho. Fue increíble festejar así mis cuarenta años de vida en un lugar así en solitario. Cantaba y tocaba la flauta en todas las cumbres. Desde hace 27 años viajo con Nico Favresse, él tiene su guitarra, yo también quería tener mi instrumento y empecé a llevar la flauta, un instrumento que es muy fácil de transportar para viajar y escalar. Estaba claro que también la iba a llevar en la travesía, porque forma parte de mi material de escalada, porque ayuda a pasarlo divertido y a disfrutar el momento, a relajarse y relativizar un poco las cosas , por eso es parte importante la flauta en mi equipo de escalada…”
«Me gusta reír y pasarlo bien»
“Hay que disfrutar el momento, si vas a la montaña, lo has elegido tú. Hay momentos que son difíciles, pero eres tú el que elegiste estar en la montaña y no tiene sentido quejarse… Hay que pasarlo bien. Me gusta reír y pasar el tiempo con humor”.
“Viajo mucho y por eso es difícil tener una rutina… aunque de alguna manera sí que la tengo. Me gusta levantarme temprano. Después hacer algo de meditación. Luego corro un poco, media hora o una hora. A continuación hago un poco de yoga o Tai Chi. Más tarde algunos ejercicios de equilibrio. Luego desayuno. Y después, un poco de entrenamiento de fuerza: entrenar los dedos en la tabla o fuerza con peso… Por la tarde me gusta hacer un poco de escalada en roca”.
Sean Villanueva en los Piolets d´Or 2022.
«Me gustan las escaladas con un poco de carácter, en las que que haya un buen reto»
“¿Viaje ideal de escalada? Me gusta la aventura. Me gustan las escaladas con un poco de carácter, en las que que haya un buen reto. Puedo disfrutar de todos los estilos de escalada, pero me gusta que tengan aventura, que haya que calcular el riesgo, poner tus propias protecciones”.
“¿Mi compañero ideal? Alguien que no lo tome demasiado en serio, que pueda disfrutar del momento…”
“Un lugar muy especial para mí es Patagonia, viví allí un año y medio, tengo allí muchos amigos. En Europa, me gusta escalar en Irlanda porque tengo mis raíces allí y es una escalada muy de aventura, como a mí me gusta . También me gusta mucho La Pedriza, en España, porque también tiene mucha aventura. Es muy especial, bastante única en Europa. Otro lugar, de donde vengo ahora, es la República Checa, donde la escalada es muy diferente a cualquier otra parte del mundo”.
“¿Redes sociales? Tengo mi página de Facebook, pero no pongo muchas cosas, y también un Instagram que lo empezó otra persona, lo recuperé, pero como no tengo smartphone no puedo poner fotos … Así que nunca he publicado nada“.
Sean Villanueva, siempre alegre, de buen humor.
«No quiero pasar mucho tiempo delante de la pantalla, por eso no tengo smartphone «
“El peligro con el smartphone es que pasas mucho tiempo viendo redes sociales y yo no quiero pasar mucho tiempo delante de una pantalla, por eso lo más fácil es no tenerlo… Hace más difícil todo, porque es un poco complicado contactarme. El smartphone tiene muchas cosas buenas, si quieres buscar algo o encontrar cualquier cosa. Ahora todo se hace con smartphone : comprar billetes, o entradas… y se complica un poco la vida sin él”.
“En mis escaladas no llevo teléfono satélite , pero mis compañeros muchas veces sí que lo llevan. Si fuera mi decisión no lo llevaría. También puedo entender por qué mis compañeros quieren llevarlo”.
«¿Mi experiencia más difícil? Quedarme sin papel higiénico en las Torres del Paine»
“La escalada para mí es una manera de pasar la vida, de aprender cosas y de crecer como persona, como humano… Una manera de pasarlo bien”.
“Mi experiencia más difícil fue la primera expedición a Torres del Paine, pasamos once días en la pared. Al cabo de cinco días no nos quedaba papel higiénico y tuvimos que seguir seis días sin él, solo con piedras y hielo para limpiarse… fue una experiencia bastante difícil”.
“Conozco a Nico desde siempre. Cuando teníamos 16 años salimos de Bruselas en autostop a España, sur de Francia… los dos meses de verano. Vivimos aventuras increíbles aunque solo hicimos escalada deportiva ya se podía ver que teníamos el mismo espíritu…. Por esa razón conecté tanto con Nico, porque tenemos esa sed de aventura, de encontrar lo desconocido. Por eso nos gusta la escalada de big wall, la montaña y hacer expediciones”.
«En Yosemite se me cayó la flauta 500 metros, seguí a pesar de que sin ella era más difícil»
“Tres veces hemos ido a Groenlandia en barco, en un velero. Es la aventura total, tienes la aproximación en el mar, que puede ser my salvaje, es algo muy especial. Es una oportunidad de conectar con el ambiente, con la naturaleza… Cuando viajas en velero no tienes la opción de ir rápido. Hay que hacer todo un poco más despacio. Es una buena cosa”.
“Una vez, en Yosemite, se me cayó la flauta como 500 metros y, aunque sin en ella era muy difícil, seguimos hasta la cumbre de El Capitán y cuando bajé Toni Arbonés la había encontrando y la había dejado en mi tienda en el Campo 4”.
“Para mí la flauta es una buena manera de relajarme… pero también puedo cantar. Te ayuda a poner cosas en perspectiva y estar conectado con el momento y con la tierra”.
“Cuando bajar no es una opción puede ser un poco peligroso si estás obsesionado. Me gusta ir revisando si estoy listo para bajar, para abandonar la escalada”.
Sean Villanueva tras recibir el Piolet d’Or 2022 por su travesía en solitario del macizo del Fitz Roy.