Carlos Soria despierta pasión. Es un personaje único, irrepetible, que a sus recién cumplidos – el día que termina hoy (5 de febrero)- 85 años, a pesar del grave accidente que sufrió en el Dhaulagiri y la dura recuperación posterior en la que aún sigue, nos da un ejemplo único de cómo se puede vivir con la máxima ilusión y motivación, en todas las etapas de la vida un deporte tan exigente (a todos los niveles) como el alpinismo.
Ahora muchos ven en Carlos Soria el alpinista «mayor», el abuelo, que está intentando un récord de edad ascendiendo los Catorce Ochomiles con ocho décadas a la espalda. Esto es quedarse en la anécdota. No conocer lo que representa Carlos Soria en la historia del alpinismo y la escalada de nuestro país.
Carlos Soria lleva siendo alpinista desde que descubrió la montaña a los quince años. Y, desde entonces, ha vivido intensamente el alpinismo, la escalada en roca y hielo, el esquí de montaña, las carreras de montaña… (organizó, y participó en una de las carreras más «locas» organizadas en nuestro país: el cross de escalada de La Pedriza).
Carlos ha practicado todas las facetas de la montaña dándolo todo siempre, al máximo nivel, combinando familia, amigos, entrenamiento y actividades deportivas realmente interesantes. ¿De dónde ha podido sacar tiempo para todo ello trabajando al mismo tiempo en su pequeño taller de tapiceria? Este es uno de las facetas más interesantes de Carlos, practicar también al máximo nivel en su otro deporte favorito: aprovechar el tiempo.
Participó en la primera expedición española al Himalaya (Manaslu 1973) y, cinco décadas después, sigue yendo al Himalaya. Siempre en estilo autónomo, tomando sus propias decisiones y lo que es muy importante en los tiempos que corren: diciendo la verdad del estilo en que planifica y realiza sus ascensiones.
Carlos Soria ha estado en el Himalaya cuando los alpinista ponían las cuerdas fijas por las que ascendían. Las ha instalado en el Manaslu (1973 y 1975), en muchas otras expediciones, entre las que destaca la bella ascensión de esa montaña virgen que era el Dome Kang (7260 m), en 2009.
Estos días saltaba a los titulares una frase en la que decía que pensaba volver a intentar el Dhaulagiri. Cuando ayer le preguntamos sobre ella nos dijo, con la claridad que siempre se expresa:
«Salió publicado este titular y me llamó todo el mundo. ¿Qué había dicho? Los periodistas siempre ponen titulares llamativos. Dije que me gustaría ir al Dhaulagiri, si tengo un maravilloso patrocinador y las mismas circunstancias del año pasado, a nivel de entrenamiento, y me siento igual. Pero todavía me estoy curando la pierna. Y si no, iré a cualquier otra montaña del Himalaya más baja o me quedaré aquí en el cerro cerca de mi casa en el que entreno [Cerro del Telégrafo]. No quiero renunciar a nada, pero lo de ir al Dhaulagiri…pues…(duda un momento)… todo puede ser. Con la publicidad que se le está dando ahora es posible que llegue un patrocinador…»
«Sí que he dicho que me gustaría ir al Dhaulagiri, pero para eso tendría que estar en las condiciones que estaba el año pasado. Estaba en uno de mis mejores momentos: estuvimos siempre delante, hicimos dos campamentos de una tirada, nos levantamos y pillamos a los sherpas a 7000 m y 7500 metros, empujándoles. Fue un año fantástico que no sé si se repetirá o si jamás se repetirá».
«Mi mensaje es que seguiré subiendo montañas. Más grandes o más pequeñas, depende de mis posibilidades. Como siempre».
«He vivido una vida increíble. Los ochomiles que he hecho, la mayoría los he hecho solo, con un sherpa, menos los dos primeros y los dos últimos. Todos los demás con un sherpa, compartiendo campo base con otro grupo, pero sin formar parte de una expedición. Siempre he ido solo hasta que tuve el patrocinio del banco».
«El Everest es la montaña más solitaria que he hecho en mi vida porque el sherpa que tenía era un borracho y no pasó del campo 3. Subí dos botellas de oxígeno del campo 3 al 4 y, además, cuando pasaba a su lado, Óscar Cadiach me dijo, al ver que porteaba una botella: «Déjate de gilipolleces y póntela», pero le expliqué que la guardaba para luego. A la cumbre del Everest llegué solo, sin sherpa».
«He hecho casi todos los ochomiles después de cumplir sesenta años. Hay que recalcar algunas cosas porque la gente ahora dice que vamos rodeados de sherpas… He puesto cuerdas fijas en muchas montañas, entre otras en el Dome Kang (7260 m). Y, además, muestro las fotos. Es distinto contarlo con palabras bonitas a poner fotos y demostrarlo».
Hoy 5 de febrero, cuando termina el día de 85 cumpleños, Carlos ha batido otro récord difícil de batir en alguien que despierta tanto interés, pasión y motivación: el número de entrevistas que ha realizado.
Siempre lo decimos, porque vivimos en el país que vivimos, en cualquier otro país con tradición alpina (Inglaterra, Francia, Italia, Alemania, Austria, Estados Unidos…). En cualquier país que apoya a su gente cuando lo merece, Carlos sería un personaje conocido, que contaría con patrocinio público y privado. Al que hace tiempo le debería haber sido concedido el Premio Princesa de Asturias de los Deportes, porque muy pocos deportistas en el mundo representan los valores de lo que supone ser un gran deportista (y persona) como Carlos Soria. Que no le haya sido concedido este galardón merece una honda reflexión.
"Al que hace tiempo le debería haber sido concedido el Premio Princesa de Asturias de los Deportes" -> totalmente de acuerdo, aunque a Carlos le daría igual, no le cambiará nada de una vida excelentemente llevada. Un ejemplo a intentar seguir!!! Felices 85!!!
Felicidades Carlos y mucho ánimo!
Si Carlos Soria es el referente alpinístico en España y para la FEDEM, poco o nada hemos evolucionado hacia la sostenibilidad.
¿Qué es "Alpinismo”?
Poco a poco el Alpinismo ha ido evolucionando, hasta el concepto actual. Hoy en día el buen alpinista ha de saber esquí de montaña, escalar en roca, hielo o terreno mixto (aquel que combina roca y hielo), pero también ha de tener nociones de orientación.
Cuando un grupo de «alpinistas» se junta, cuando el jurado del Piolet d’Or se reúne, no existe el problema de una definición de Alpinismo, ya que hay un acuerdo tácito sobre el significado de lo que se está hablando entre los practicantes de esta disciplina.
El problema surge cuando se quieren comparar distintas disciplinas de los deportes de Montaña y Escalada.
En la montaña hay de todo: alpinistas, agencias, clientes, guías de altura, guías, currelas…
El oxígeno embotellado da calor, habilidad, agilidad, claridad de pensamiento, descanso. Utilizar oxígeno suplementario es entendible para quien no puede con la montaña por sí solo. En la medida en que introduces en el cuerpo un elemento que no está en él y que incrementa tu rendimiento de una manera drástica, como en el caso del oxígeno suplementario,es un dopaje en toda regla.
Es importante resaltar la diferencia entre subir uno, dos o tres solos toda la ruta sin fijar la cuerda o hacerlo después de que 6 u 8 currelas hayan fijado la cuerda previamente. Subes el monte, claro, pero el 99% del trabajo sucio te lo han hecho otros.
Alpinismo es el difícil equilibrio entre lo que el terreno montañoso nos exige (física, técnica, mentalmente) y hasta donde cada uno podemos llegar por nuestros propios medios, sin dejar la montaña llena de basura.
Lo más importante es el estilo con que se sube, escala una montaña, mientras la cumbre es simplemente un alto en el camino.
“No es el qué, sino el cómo”
Muchas felicidades, Carlos.
85 años y subiendo todavía montañas es algo inconcebible para la inmensa mayoría de seres humanos. Aquí al lado tengo a mi madre, de 86 años y con Alzheimer. Traerla de la cama al sillón del comedor donde le estoy dando el desayuno ya es una proeza, porque tiene una vértebra aplastada y otra desplazada. Ojalá pudiera llevarla conmigo a la montaña.
No creo que ningún galardón deportivo o de cualquier otra clase hiciera justicia a tu trayectoria. Hay personas que están por encima de los premios.
Lo dicho, felicidades y a seguir subiendo montañas.