Adam Ondra realizó el pasado mes de octubre una de las vías más duras que ha escalado al flash en toda su larga trayectoria. Se trata de Peščena Ura 9a, situada en la zona eslovena de Sopota. El propio escalador checo la ha calificado como el segundo flash más difícil que ha conseguido hacer, solo superado por el de Supercrackinette 9a+ que hizo en St Léger en 2018.
Intento fallido a vista
Jernej Kruder comenzó a hablar a Adam Ondra de Sopota hace una década. Acababa de realizar la primera ascensión de In time 8c+/9a y le mostró fotos de un lugar paradisíaco, con una roca oscura al borde de un pequeño lago creado por una espectacular cascada. El checo retuvo en la mente aquel destino, hasta que por fin encontró la ocasión de viajar hasta allí el pasado otoño.
Su objetivo original era intentar In time a vista. La mayor dificultad de la línea se concentra justo al inicio, en un dinámico salvaje y largo de camino a la primera chapa. Adam Ondra se concentró para llevar a cabo su intento, lanzó el dinámico hacia el canto de destino, pero se escurrió en el último momento, malogrando la opción de un encadenamiento a vista.
Plan B en Peščena Ura
La decepción dio paso a una nueva oportunidad. Tras haberse recuperado del esfuerzo, Adam comenzó a valorar la opción de intentar la versión alternativa de la misma línea, situada justo a la izquierda y con una entrada más dura todavía. En este caso, el paso clave es un extraño movimiento dinámico doble desde un invertido… muy poco probable sin haberlo trabajado antes a conciencia.
Jernej Kruder logró la primera ascensión de esta variante en 2020, bautizándola como Peščena Ura y lanzando para ella una propuesta de grado de 9a. Además de sus consejos, Adam Ondra contó también con la detallada explicación de los movimientos de Jakob Bizjak, escalador esloveno de 32 años con varios novenos en su libreta.
Cuando se sintió preparado, Ondra inició su intento al flash y se sorprendió a sí mismo conectando ese primer paso clave. A pesar de la excitación, el checo supo mantener sus nervios a raya, pues todavía quedaban muchos metros de vía, bastante sostenidos y con otro paso clave al salir del desplome. Una vez superó esa sección, sí dio rienda suelta a sus emociones y, gritando de alegría, chapó la cadena completando la ascensión al flash.
“Fue un viaje memorable de un solo día a este lugar tan especial”, rememora Adam Ondra acerca de la jornada vivida en Sopota. Respecto a la ruta encadenada, apunta que “Peščena Ura, con ese loco dinámico al principio, viene a ser lo opuesto de lo que se consideraría como una buena vía para hacer al flash”.