La escuela de escalada de Araotz (Guipúzcoa) se ha convertido en pionera a la hora de resolver muchas de las dudas que planean sobre las áreas de escalada en nuestro país. El paso del tiempo está degradando el equipamiento de muchas vías, mientras la masificación de las zonas está provocando problemas de salubridad y convivencia con otras actividades o con el respeto por el medio ambiente o los propietarios de las fincas.
Un acuerdo a múltiples bandas, en el que han participado el Ayuntamiento de Oñati, la Diputación Foral de Guipúzcoa, la Federación Guipuzcoana de Montaña, la sección de escalada del club Aloña Mendi y los propietarios de los terrenos se han puesto de acuerdo después de cinco años de negociaciones y han pactado un convenio que regirá la escuela de escalada de Araotz como una infraestructura municipal más.
El paso final de dicho acuerdo ha sido la cesión de los terrenos del área de escalada al Ayuntamiento por parte de sus propietarios. A cambio, el Consistorio se ocupará del mantenimiento horizontal de la zona, es decir, la señalización, los accesos, la limpieza… y librará a los propietarios de cualquier responsabilidad ante cualquier contingencia. Por su parte, la Federación se encargará del mantenimiento vertical, es decir, el reequipamiento de las vías, con el apoyo económico de la Diputación.
La idea de fondo es que todo redundará en el beneficio común: los escaladores podrán disfrutar con seguridad de la práctica de la escalada, con anclajes renovados y adecuados a estándares de calidad, en un entorno saneado y con buenos accesos y señalizaciones; por otro lado, se podrá regular mejor la actividad escaladora y hacerla compatible con la protección del medio natural; y todo ello sin que los propietarios tengan que asumir los costes ni las responsabilidades. Una forma única de promover la escalada sin dañar el patrimonio cultural y natural.
El edil de Deportes del Ayuntamiento, Borja Moiua, explicaba en declaraciones al Diario Vasco, que “el proceso ha sido jurídicamente complicado, pero el resultado final ha merecido la pena porque los escaladores ganan en seguridad, los propietarios privados eluden cualquier responsabilidad, se regulariza y protege el entorno, y el Ayuntamiento asume una infraestructura deportiva que le permitirá trabajar en conjunto la oferta de ocio activo y el patrimonio natural y cultural de Araotz”.
La iniciativa es pionera en España y un ejemplo quizás imitable en otros lugares.
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