“¡Oh!, Cochamó” es la expresión habitual de todo el que llega por primera vez a este valle al sur de la provincia de Llanquihue (en mapudungun, “lugar donde zambullirse en el agua”), un paraíso de paredes de granito rodeadas por densos bosques y aguas cristalinas. El autor de este trabajo nos relata sus experiencias hasta llegar a este nuevo El Dorado de los buscadores de placas, fisuras y paredes kilométricas, descubierto por los escaladores en 1996.
Así resumíamos en nuestra web el artículo publicado en el número 388 de la revista Desnivel, de noviembre de 2018, acerca del Universo granítico, como titulábamos acerca del valle de Cochamó (Patagonia chilena). No son pocos quienes comparan este lugar con el californiano valle de Yosemite, no solo por su vibrante naturaleza sino también por las enormes posibilidades que ofrece a los amantes del big wall.
Uno de esos enamorados de Cochamó es el belga Siebe Vanhee, quien realizó allí tres grandes escaladas en libre durante el verano austral de 2020: la apertura de Jardines de piedra (16 largos, 7b+/A2), la liberación de Sundance (22 largos, 7c) y la primera en el día de El cóndor pasa (700 m, 8b).
A subasta
La gran mayoría de las paredes que han hecho famoso el valle de Cochamó entre los escaladores de big wall de todo el mundo forman parte de una misma propiedad, conocida como Estancia Pucheguín. Con una extensión total de 131.000 hectáreas, está anunciada en la casa de subastas Christie’s.
Su propietario, un poderoso hombre de negocios chileno a quien la justicia le tumbó un proyecto hidroeléctrico en el valle de Cochamó, aspira a obtener 150 millones de dólares. Al menos, esa era la cantidad de salida de la subasta en 2018, aunque entonces no halló comprador. Antes que él, Endesa también había planeado explotar el río Cochamó con una serie de presas para generar energía hidroeléctrica.
Resistencia civil
La población de la zona, organizada en ONGs como Organización Valle Cochamó o Puelo Patagonia, está comprometida con la defensa de ese territorio. Como dicen los primeros en su web: “Nuestra misión es conservar nuestro patrimonio natural y cultural para las generaciones futuras, promoviendo un turismo responsable, sustentable y sostenible en el tiempo”.
La principal reivindicación, que confían podría dar fin al riesgo de que una nueva propiedad acabase desvirtuando la riqueza natural del lugar, es conseguir la declaración de Santuario de la Naturaleza para el valle de Cochamó, que actualmente se halla en estudio del organismo de Bienes Nacionales.
“El valle de Cochamó no está protegido y es por esto que hace más de una década la comunidad local protege el lugar del turismo masivo y otras amenazas como el desarrollo inmobiliario y la instalación de hidroeléctricas. Hoy la comunidad está a la espera del pronunciamiento de las autoridades para que se declare un Santuario de la Naturaleza en el Valle Cochamó”, se puede leer en Puelo Patagonia.
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