Leslie Romero, de 25 años de edad, es una escaladora especialista en velocidad y miembro de la selección española. Con la doble nacionalidad española y venezolana, se formó como deportista en Venezuela, con la que compitió internacionalmente en categoría absoluta en el Campeonato del Mundo de Innsbruck 2018 y los Panamericanos de Guayaquil 2018 y de Los Angeles 2020.
Después de la pandemia, decidió emigrar a España y en 2022 comenzó a competir a las órdenes de David Macià. Ganó la primera prueba de la Copa de Europa que disputó, en Innsbruck 2022 y rozó la clasificación para las eliminatorias de la Copa del Mundo de Villars. Aquello ocurrió entre junio y julio del año pasado. A continuación, una queja de la federación venezolana derivó en un embrollo administrativo que la mantuvo varios meses alejada de la selección.
Una vez solucionado, ha vuelto este año a las competiciones internacionales, apuntando hacia los Juegos Olímpicos de París 2024, en los que la escalada de velocidad será una competición independiente del búlder y la dificultad. De momento, ha batido su propio récord de España y lo ha situado en 7”13 en la Copa de Europa de Innsbruck que volvió a ganar este año. Todavía no ha conseguido regularidad en sus cronos, pero ya ha mostrado que tiene un gran potencial. En la última prueba de la Copa del Mundo de Chamonix, se metió por primera vez entre las 16 primeras y terminó en 15ª posición. También ha logrado el título de Copa de España y está segunda en la Copa de Europa, muy cerca de su compañera Carla Martínez.
No será fácil, pero sus tiempos podrían darle el billete de París. La primera oportunidad será en el Campeonato del Mundo de Berna el mes que viene, aunque solo se jugarán dos plazas y parecen reservadas para las polacas o, como mucho, una polaca y una asiática. En septiembre llegará un clasificatorio europeo con una sola plaza en juego, y el año que viene circuito que dirimirá otras cinco clasificadas.
Tu experiencia en los últimos años ha sido como una montaña rusa. Ahora vuelves a estar en un buen momento. ¿Cómo afrontas actualmente la escalada de velocidad y cómo te sientes?
Como dices, mis últimos años han sido bastante complicados porque soy de origen venezolano, crecí y me formé como atleta allí pero también tengo mi padre español y doble nacionalidad. En vista de que en Venezuela no me apoyaban decidí venir aquí y continuar con mi pasión: la escalada y la competición.
Antes de venir, ya conversé con David Macià y otros miembros del equipo, para saber cómo era para entrar en el equipo, pero el hecho de venir ya estaba en mis planes. Al llegar aquí, recibí el apoyo de todos: de la Federación, de David principalmente que confió en mí sin saber apenas nada y me dio muchas oportunidades… y pude lograr competir de nuevo en competiciones internacionales. Luego hubo un problema administrativo, que finalmente quedó resuelto en noviembre del año pasado, y ya puedo volver a competir representando a España, que es el objetivo principal.
Todo esto es un sueño para mí, que unos años atrás no me imaginaba ni siquiera tener. El vivirlo ahora día a día y tener la oportunidad de poder entrenar con la plena libertad con que lo estoy haciendo, dedicarme a los objetivos, tener el apoyo de un entrenador, un equipo y una federación… para mí, todo esto significa muchísimo.
También tiene sus momentos duros, porque soy una persona y no un robot, pero afrontar el tema de no poder competir sí fue duro a nivel de motivación. Yo pensé que lo tenía todo gestionado y que ya volvería a competir en algún momento, pero también tenía esa duda: “¿y si no?, ¿y si se me está pasando el tiempo?, ¿y si no se resuelve?”… Aunque yo pensaba que era súper fuerte, que ya había pasado muchas cosas y que esto no es nada y se solucionará, igual había esas dudas. También es cierto que en ese momento, aunque pasaran cosas malas, también estaban pasando muchas cosas increíbles: la posibilidad de entrar en el CAR, a pesar de no competir mantenía el apoyo de mi entrenador y de la federación. Para mí fue súper valioso y fue lo que no me permitió caer hasta el fondo.
Ahora que está todo bien y que las cosas están saliendo tal como se han planeado, estoy bastante contenta, motivada y enfocada en trabajar para cumplir los objetivos.
¿Cuáles son esos objetivos?
Suena bastante fácil cuando lo dices… intentar clasificarse para los Juegos Olímpicos de París 2024.
Para conseguirlo, ¿cuál es el camino? ¿Tienes alguna estrategia, te fijas en alguna prueba concreta, te marcas algún tiempo…?
Creo que el primer camino es bajar de los siete segundos. Una vez conseguido hacer esos tiempos en competición, puede pasar cualquier cosa. En cuanto a pruebas, mi entrenador y yo vemos más viable el clasificatorio europeo de septiembre. Y si no, el próximo año.
En Europa, están las polacas, pero a partir de ahí hay competitividad pero todo está bastante abierto…
Las polacas están inhumanas, pero también italianas que están bajando de los siete segundos o haciendo 7”1, que ya es bastante competitivo. Se trata de estar en esos tiempos y en la competición de velocidad todo puede pasar y hay que ir preparada sobre todo psicológicamente y afrontarlo como podamos.
¿Cuáles dirías que son tus puntos fuertes como escaladora de velocidad y competidora?
Diría que mi punto fuerte es que, cuando logro tener la concentración que quiero, puedo hacer una competición dando mi 100%. Es verdad que no todas las competiciones son iguales, pero cuando logro entrar en ese estado de concentración, “estoy solo yo y la pared”. También el hecho de que no tengo miedo, que quiero ir a por todo.
¿Y para mejorar? ¿Qué te has planteado mejorar próximamente?
Creo que técnicamente, que tenemos mucho rango de mejora.
¿En qué condiciones trabajas? ¿Cómo es tu día a día?
Dependiendo de la temporada. En pretemporada, entrenamos básicamente todo el día. Se trata de: despertar, entrenar, comer, entrenar, dormir y así sucesivamente. Ahora mismo, aquí tenemos la pared de velocidad que nos permite hacer intentos enteros sin necesidad de viajar hasta el Sharma Climbing Gavà y nos permite estar mucho más tranquilos. Lo tendremos solo tres meses, pero habrá que aprovecharlo mientras se pueda.
Ahora que estamos más cerca de competición, esto es justo lo que necesitamos. Sí que tenemos una sección donde podemos entrenar más la técnica, pero necesitamos tener lo más parecido posible a lo que nos encontramos en competición, que es la pared para hacer carreras enteras.
Tú también resides aquí, ¿cómo es vivir tan metida en el ambiente deportivo de la competición?
Para mí, es un sueño. Y creo que la convivencia aquí en el CAR de Sant Cugat nos suma un montón, porque no solo está escalada, sino que hay muchos otros deportes y muchos otros atletas que son increíbles y tienen muy buenos resultados, pero son como nosotros. El hecho de poder sentarnos a conversar en la comida, en la cena y hablar de nuestras cosas, ya sea de cómo van los entrenamientos pero también de nuestros sentimientos, me hace pensar que “si él lo logra y pasamos por lo mismo, ¿por qué yo no?”. Es muy motivante estar aquí, convivir con toda esta gente, con profesionales… Para mí, es súper valioso.
Cuando visualizas las próximas competiciones, ¿qué crees que va a pasar?
Lo que yo quiero, y lo que esperamos, es estar dentro del primer corte, que es entre las 16 primeras. Hacer una buena competición sería mantener y ser constante con mis tiempos e intentar hacer en competición lo que hago en entrenamientos. Eso sería lo suyo.
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