No es el único lugar del entorno de las lagunas de Ruidera que aparece en la novela más universal de la literatura española, como descubriremos en esta excursión.
La lengua de tierra que se encuentra entre la laguna de San Pedro al norte y las lagunas Tinaja, Tomilla y Conceja al sur, se conoce con el curioso nombre de Pie Enmedio, es probable que por su situación entre lagos.
Uno de los itinerarios oficiales del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera toma prestado el nombre para desarrollar un recorrido que permite conocer algunos de sus aspectos naturales y culturales.
Uniendo este itinerario con otros dos que tienen un claro matiz cultural e histórico —Cueva de Montesinos y Castillo de Rochafrida—, hilaremos una divertida excursión que nos dejará otra visión de este espacio natural.
Itinerario de la Cueva de Montesinos y Castillo de Rochafrida
Aparcamos el coche en un grupo de casas entre las lagunas de San Pedro y Tinaja conocidas como Camino de la Ringurrina, y echamos a andar hacia el este bordeando la margen izquierda de la laguna de San Pedro.
A nuestra derecha se alza hasta casi los mil metros el cerro de las Monjas que corona la cruz del mismo nombre y un mirador que ofrece unas vistas espectaculares del parque.
Dejamos atrás la laguna de San Pedro y llegamos a un grupo de casas. Un panel advierte de la presencia de las ruinas del molino de San Pedro, que molía tanto cereal como yeso. En pocos minutos llegamos a la ermita de San Pedro de Verona, que también aparece en El Quijote.
El edificio que hoy vemos no es el que conoció Cervantes; aquel fue demolido en la década de los cuarenta del pasado siglo pues había quedado en muy mal estado durante la Guerra Civil.
En la parte posterior de la ermita arranca el camino que ha de llevarnos hasta la Cueva de Montesinos. Pero antes tendremos que enfrentarnos a la cuesta de la Almagra, así llamada por el intenso color rojo del roquedo.
La cuesta trepa por uno de los flancos de un pitón cuarcítico, el roquedo más antiguo del lugar. El intenso color rojo se debe a unas costras ferruginosas que, a veces, van asociadas al manganeso, por lo que a principios del siglo pasado se hicieron unas prospecciones que no acabaron en explotación.
En la subida encontraremos un templete que protege un sillar de piedra donde los romeros descansan la imagen de San Pedro que se venera en la ermita y que es llevada en andas hasta Ossa de Montiel el domingo de Resurrección.
Llegamos a la Cueva de Montesinos, propiedad del Ayuntamiento Ossa de Montiel. Está cerrada por una verja y solo se puede visitar con guía (se puede reservar en el Centro de Información del Parque o en la oficina de turismo de Ossa de Montiel).
La cueva es una modesta cavidad producida por la disolución de la roca caliza y suple su pobre valor geológico con el incalculable valor literario que le da ser protagonista de dos capítulos de la novela cervantina.
Finalizada la visita, seguimos hacia el aparcamiento, dejamos atrás el centro de información de la cueva y por el borde de la carretera AB-611 bajamos unos 800 metros, justo hasta una curva en ángulo recto hacia la derecha donde comienza una ancha pista en sentido contrario.
Andaremos por este camino solo unos minutos pues pronto tendremos que abandonarlo y cruzar el arroyo Alarconcillo. En una elevación se divisan los muros arruinados del castillo de San Felices, rebautizado como Rochafrida por el romancero medieval por ser escenario del romance Rosaflorida: “En Castilla está un castillo, que se llama Rocafrida, al castillo llaman Roca, y a la fuente llaman Frida (…) Dentro estaba una doncella que llaman Rosaflorida…”
Iniciamos el regreso caminando por un sendero que nos lleva a un camino ancho que desemboca en la pista que cogimos en la carretera. Poco antes de llegar a ella tenemos que tomar un sendero que se desdibuja hasta llegar a un cauce que seguimos en sentido ascendente hasta topar con un camino algo más definido que desemboca en un buen camino más a o menos a la altura de un cruce.
Allí tenemos que seguir por el camino que continúa hacia el sur hasta dar con el camino del Molino Ossero. Continuamos por él rumbo al oeste dejando a un lado la laguna Conceja, primero, y después la muy urbanizada laguna Tomilla.
Un poco más adelante pasaremos por el Baño de las Mulas, un aliviadero artificial construido para controlar las fluctuaciones del caudal del río, que se conoce con este nombre debido al uso que hacían los arrieros de esta lagunilla artificial.
Bordeamos en un pequeño trecho la laguna Tinaja, en cuya cola podemos observar una antigua toba varios metros por encima del nivel del agua actual.
Es una de las más extensas y mejor conservadas y data de entre 110 000 y 30 000 años, época en la que el sistema lagunar era muy distinto al de ahora. El lugar donde comenzamos la andadura de buena mañana está muy próximo.
Ficha técnica
Comienzo: borde oriental de laguna Tinaja.
Tipo: circular. Longitud: 13,57 km. Desnivel: +161 m
Cartografía: hoja 788-1 del IGN 1:25 000.
Track: https://desni.in/montesinos
