Las minas del Horcajo fue el segundo yacimiento en importancia de toda la comarca del Valle de Alcudia. Fue tan productivo que a su vera se levantó un pueblo con “todos” los servicios. Cuando la actividad minera cesó definitivamente el pueblo quedó abandonado.
Solo se mantienen en pie la iglesia de San Juan Bautista, varios castilletes de mampostería, algunos lavaderos y talleres y unas pocas casas. Paradojas de la modernidad: a su costado pasa la vía del AVE, pero hasta el pueblo solo se puede llegar cruzando un estrecho túnel ferroviario de más de un kilómetro de longitud.
Itinerario de la ruta por las Minas del Horcajo
Con sus 241 kilómetros, el ferrocarril de vía estrecha Fuente del Arco-Peñarroya-Puertollano-San Quintín fue la segunda línea de vía estrecha más larga de España. Nacido con una clara voluntad minera, también dio servicio a viajeros hasta que se cerró en 1970.
Su plataforma, limpia de raíles y balastro, nos guiará durante una buena parte de esta excursión, tanto a la ida como a la vuelta.
Para llegar a ella hay que conducir por la N-240 hasta coronar el puerto de Niefla. Una vez allí, tendremos que entrar en la pequeña carretera que sube a las antenas, e, inmediatamente tomar una pista que sale a la izquierda y que en pocos metros llega a un aparcamiento con los carteles del Parque Natural y el panel Informativo de Rutas.
La ruta propiamente dicha comienza en la puerta peatonal, junto a la cancela del Monte de Uso Público La Garganta. Un cartel señala que el túnel del Horcajo está a 4,7 kilómetros.
En unos minutos bordearemos el lugar donde se levantaba la antigua estación de Fuencaliente, ocupado hoy por una casa de campo. La desmantelada vía vence los obstáculos que pone el abrupto relieve por medio de terraplenes y trincheras que han dejado al descubierto lo que se conoce como ripple mark, estructuras sedimentarias que se forman por la acción de una corriente de agua o viento sobre un sustrato de arena suelta.
Es prácticamente imposible despistarse, pero por si acaso, en cada cruce se ha instalado una baliza que señaliza el trazado correcto. Finalmente, tras cruzar por encima de la ancha pista que es el camino de Robledillo a Fuencaliente, llegamos a uno de los platos fuertes del día: el túnel del Horcajo, con una longitud de 1050 metros trazados con tiralíneas.
El túnel cuenta con un semáforo que se acciona voluntariamente porque es tan estrecho que solo puede pasar un coche a la vez. También se encienden a voluntad las luces que lo iluminan, pero es prudente y necesario llevar una linterna.
El túnel está en parte revestido de hormigón, y en parte la roca viva está a la vista. La boca sur sale junto a la boca del túnel del AVE y con lo que queda en pie del pueblo Minas del Horcajo.
Cuesta creer que este pueblo llegara a tener en su día más de 4000 habitantes. Hoy no llegan a la decena. La explotación se paró en 1911 y se volvió a abrir en 1959 cesándose definitivamente los trabajos en 1963.
Ya por aquel entonces, El Horcajo estaba despoblado y los pocos habitantes que quedaban decidieron emigrar al cercano Puertollano. Después de dar una vuelta por el pueblo emprendemos la segunda parte de la excursión que ha de auparnos a la sierra para visitar el Monumento a los Niños Perdidos, un humilde monolito que recuerda una tragedia acaecida en el año 1900.
Tres niños del Horcajo desaparecieron misteriosamente. Todo el pueblo salió al monte para encontrarlos sin resultado, y se dio por hecho que habían sido raptados. Algún tiempo después se encontraron los cadáveres de los desafortunados niños en lo alto de la sierra, a una “legua” del pueblo. Cerca de ellos estaban sus gorras, llenas de madroños.
El camino que ha de llevarnos hasta el monumento comienza en el mismo pueblo en dirección al cementerio; lo deja atrás y continúa ganando metros de desnivel por la ladera. A media altura gira bruscamente y llega a una encrucijada de caminos en un collado.
Es el momento de auparse a la loma de la izquierda y seguirla en el límite de un pinar de repoblación. Poco más de un kilómetro hay que caminar por este cordal antes de abandonarlo por una senda a la izquierda que interrumpe una puerta en la alambrada que delimita los montes. El humilde monumento esta justo al otro lado de la puerta.
Conociendo la historia es casi seguro que regresemos con un nudo en la garganta al pensar en aquellos desventurados niños. De nuevo en el cruce hay que seguir la pista principal que continúa hacia el noreste algo más de 500 metros y abandonarla por otra que aparece a la izquierda y que “sobrevuela” las entradas norte del túnel del Horcajo y del túnel del AVE hasta cuyas vías bajaremos para recorrer un camino paralelo a la valla hasta dar con un paso por debajo de las vías que nos permite cruzarlas.
Siguiendo la pista (que no es otra que el camino de Robledillo a Fuencaliente) llegaremos a la plataforma del ferrocarril que ya conocemos. Solo tenemos que desandarlo para llegar al punto de partida.
Datos técnicos
- Punto de partida: aparcamiento del puerto de Niefla. N-420 entre Brazatortas y Fuencaliente.
- Tipo: circular.
- Longitud: 20 km.
- Desnivel: +474 m.
- Cartografía: hoja 835-3 del IGN 1:25 000.
- Track: https://desni.in/minashorcajo
- Observaciones: toda la ruta es ciclable aunque el tramo que sube hasta el monumento es duro y bastante técnico.