Este camino tiene una cualidad que convencerá a muchos caminantes: es todo cuesta abajo (o casi todo), pues va desde el puerto de San Glorio, a 1599 metros de altitud, al monasterio, a solo 410 metros.
La línea de montañas que separa el valle de Liébana de la provincia de León es uno de los tramos más agrestes y elevados de la cordillera Cantábrica.
El puerto de San Glorio es el paso clave que permite pasar a Liébana desde la comarca leonesa de la Tierra de la Reina y por este motivo, aunque no hay evidencias históricas, parece acertado pensar que fue utilizado por los peregrinos que, procedentes de la costa cantábrica, continuaban su viaje hacia Santiago de Compostela después de pasar por el monasterio de Santo Toribio para venerar el Lignum Crucis.
El hecho de que este fuera un camino habitual entre la comarca lebaniega y el resto del reino de León, al que pertenecía durante la Alta Edad Media, avala esta suposición. No se puede descartar incluso un posible precedente romano, ya que dos de los escasos vestigios de romanización del valle de Liébana son sendas estelas romanas aparecidas en los pueblos de Bores y Villaverde, ambos al pie del puerto de San Glorio.
Tomando en consideración estas circunstancias, la comarca marcó, con la señales propias del Camino Lebaniego (la cruz y la flecha granate) un itinerario que, transitando por pistas, caminos y algunos tramos de asfalto, sube de Potes al puerto de San Glorio pasando por las localidades de Porcieda, Tudes, Tollo, La Vega de Liébana, Bores, Vada, Villaverde y Ledantes.
En este último pueblo, famoso por la pisa reconstruida que hay en las afueras, comienza una variante que llega hasta Cervera de Pisuerga, en Palencia, por los solitarios puertos de Riofrío.
En Ledantes la ruta principal comienza un largo tramo de casi veinte kilómetros sin poblaciones hasta Portilla de la Reina, ya en tierras leonesas.
El puerto de San Glorio marca el límite entre Cantabria y León, y allí las cruces lebaniegas son sustituidas por las tradicionales flechas amarillas y vieiras que acompañarán al peregrino un centenar de kilómetros hasta Mansilla de las Mulas, donde podrá seguir su viaje hacia Santiago de Compostela por el Camino Francés.
Naturalmente, el camino se puede hacer a la inversa y comenzar un corto peregrinaje hasta Santo Toribio en el puerto de San Glorio o en Portilla de la Reina. Es una bonita excursión de 35 kilómetros (44 si se inicia en Portilla de la Reina), siempre cuesta abajo (salvo algún repecho) y que se puede dividir en dos cómodas etapas, ya que en Villaverde y La Vega hay sendos albergues.
Descargarte el mapa del Camino Lebaniego Leonés.