Con motivo del anterior Año Santo Lebaniego, que tuvo lugar en el 2006, el Gobierno de Cantabria señalizó una ruta que difiere con la que actualmente se considera “oficial” en el tramo entre Hortigal y Cades. Como aquella, la nueva ruta adolece de muchos kilómetros de asfalto. Muchos de ellos se pueden evitar por caminos alternativos.
Con la ayuda de muy buenos conocedores de la zona, como los guías Andrés de la Torre y Lucía Blanco, la corredora Anabel Merino, Alberto Celis, autor de la guía Camino Lebaniego (Desnivel 2006) y el organizador del Desafío Cantabria, Sergio Besoy, ofrecemos esos itinerarios alternativos junto a la descripción del Camino oficial.
Es importante advertir que estos caminos alternativos no están señalizados y que para utilizarlos hay que utilizar la cartografía adecuada o aparatos GPS donde se hayan cargado los tracks correspondientes.
Itinerario
km 0 · 2,9 km. San Vicente de la Barquera-La Acebosa
Partimos de la casa consistorial de San Vicente de la Barquera y bajamos, frente a su fachada principal, por la calle empedrada que pasa por la puerta de la muralla. En la zona moderna seguiremos de frente hasta alcanzar una calle que sube a la derecha para alcanzar la calle Calzadas Altas. Por esta calle dejaremos atrás San Vicente para continuar por la carretera local que conduce a la localidad de La Acebosa. A las puertas del pueblo, antes de cruzar el puente sobre el ferrocarril, se separan definitivamente los trazados del Camino de Santiago del Norte y el Camino Lebaniego, aunque oficialmente lo harán en Hortigal. Los postes-baliza e indicadores serán diferentes, aunque siguen existiendo flechas amarillas.
km 2,9 · 6 km. La Acebosa-Serdio
Desde el pueblo de La Acebosa, en cruce con la carretera CA-843, iremos a la izquierda tras superar la iglesia. Tomaremos el próximo desvío a la derecha dejando el último grupo de casas del pueblo antes de subir por un viejo camino al cementerio y continuar hasta dar con el camino del Perujo, una pista asfaltada entre fincas que hay que tomar hacia el oeste hasta desembocar en la carretera S-221 por la que llegaremos a Hortigal, una pequeña aldea con una docena de casas y sin ningún servicio que queda a la izquierda. La misma carretera nos llevará hasta Estrada primero, y luego hasta Serdio. A la salida se levanta la fortaleza de los Estrada, un conjunto defensivo formado por un recinto amurallado, torre defensiva y capilla del siglo XIV declarado Bien de Interés Cultural en el año 1992. Esta es la única torre medieval de Cantabria que cuenta con una capilla anexa en su recinto interior. Actualmente en obras, la torre se ha convertido en un centro temático sobre la posguerra civil española y es sede de la exposición permanente Maquis, realidad y leyenda.
km 8,9 · 15,7 k. Serdio-Cabanzón
En Serdio los caminantes se despiden de las vistas marinas. El pueblo, cuna del conocido maqui Francisco Bedoya, cuenta con todos los servicios esenciales: fuente, bar y un albergue ubicado en el edificio de las antiguas escuelas. El Camino Lebaniego y el Camino del Norte continúan hermanados por una tranquila pista pero por poco tiempo pues a unos 700 metros se separan. El camino jacobeo continúa por la pista más ancha mientras que el Lebaniego toma un camino más estrecho a la izquierda. A partir de ahora nos guiaremos por las flechas rojas propias del Camino Lebaniego. Por este tranquilo camino el peregrino llega a Muñorrodero, situado junto a la ría de Tina Menor.
En Muñorrodero (donde se encuentra la cueva de la Fuente del Salín, en las que se han encontrado pinturas rupestres que datan del Paleolítico Superior) el Camino Lebaniego se dirige decididamente hacia el sur haciendo uso de la Senda Fluvial, un camino acondicionado que acompaña aguas arriba al río Nansa hasta la población de Camijanes. El peregrino no está obligado a llegar a esta población si no es que quiere comer o alojarse, ya que el Camino Lebaniego se desvía unos ochocientos metros antes para dirigirse a Cabanzón en la otra orilla del río a donde se llega siguiendo la carretera.
Alternativa: del puente sobre el Nansa a puente del Arrudo
Una vez cruzado el puente sobre el río Nansa, seguir unos quinientos metros por la carretera y abandonarla a la izquierda para seguir por la Senda Fluvial hasta poco antes del Puente del Arrudo donde ésta reencuentra el Camino oficial. La distancia es prácticamente la misma que por aquél (3,9 kilómetros) pero se evita el asfalto. Sin embargo, no se pasa por Cabazón perdiéndose la oportunidad de visitar su torre medieval.
km 24,6 · 3,9 km. Cabanzón-Cades
La localidad de Cabanzón, perteneciente al municipio de Herrerías, aparece mencionada en el año 1111, en el Cartulario del Monasterio de Santillana del Mar. Cabanzón formó parte del primer ayuntamiento constitucional de Val de San Vicente durante el Trienio Liberal. Posee una torre medieval que formaba parte de un sistema defensivo prácticamente desaparecido y un árbol singular: la Encinona. Dejamos atrás Cabanzón por una pista para caminar brevemente por el borde de la carretera que la une con Cades.
km 28,5 · 7,6 km. Cades-Sobrelapeña
La pequeña población de Cades cuenta con un modesto albergue que ocupa las antiguas escuelas y un bar donde reponer fuerzas. Además, se puede visitar una ferrería del siglo XVIII de singular interés que ha sido rehabilitada como centro de interpretación de este viejo oficio. Hay un hotel en Puente del Arrudo, un kilómetro antes de llegar a Cades y al otro lado del río.
El Camino Lebaniego busca la entrada a la Liébana por el estrecho valle del río Lamasón. Inevitablemente, el peregrino tendrá que caminar por la enjuta carretera más de diez kilómetros hasta la pequeña población de La Fuente (o Lafuente), no sin antes pasar por Sobrelapeña. La carretera es bastante estrecha, por lo que es conveniente caminar bien ceñidos al borde izquierdo y extremar la precaución en las curvas. En la primera parte de la misma existe la posibilidad de evitar el asfalto caminando por la placa de hormigón de un canal de agua que discurre paralelo. Por fortuna, el paisaje es tan bonito que resulta fácil olvidarse que caminamos sobre asfalto. Es después del pequeño grupo de casas que forma Venta de Fresnedo cuando comienza la zona más peligrosa de la carretera por las estrechas curvas sin visibilidad. Poco antes de llegar a Quintanilla abandonaremos la carretera CA-856 para seguir rumbo a Sobrelapeña de Lamasón por la CA-282.
Alternativa: de Cades a la Collada de la Hoz
El largo trayecto por asfalto hasta La Fuente se puede evitar atravesando la sierra de Arria. Es un tramo precioso y muy variado por el tipo de terreno que se atraviesa pero es muy difícil de seguir si no se tiene una sólida experiencia en orientación o se cuenta con un track para GPS. Además, salva un gran desnivel. Ni que decir tiene que hay que desecharlo en caso de niebla o mal tiempo, pues en más de doce kilómetros no se pasa por ningún núcleo habitado. Este tramo es utilizado por el ultratrail Desafío Cantabria que se celebra en octubre. En su web (www.desafiocantabria.org) hay información para seguir esta variante.
El camino alternativo parte de Cades por una pista hacia el sudoeste que se presenta con unas rampas bastante fuertes. A poco de empezar y después de pasar una línea eléctrica, dejamos a nuestra izquierda una pista que retorna a Cades. Medio kilómetro después la pista se bifurca. Continuamos por la izquierda orientándonos decididamente al sur y luego al oeste. Al llegar a la altura de un gran prado circular rodeado por un muro de piedra (Los Estrabales) se abandona la pista por un camino a la izquierda que en un continuo sube y baja nos llevará hasta los invernales de Hedillu (desde este lugar se consiguen unas preciosas vistas de mar Cantábrico).
Sobreviene después un pequeño descenso hasta la cabecera del arroyo La Tarmá que precede al tramo más duro de esta alternativa: la subida al collado de Arria, situado a 884 metros de altitud. Hay que superar quinientos metros de desnivel en unos tres kilómetros. El primer tramo de la subida se efectúa por una pista que muy pronto hay que abandonar para tomar a la derecha un antiguo camino en el que todavía se pueden apreciar restos de empedrado. Continuamos ascendiendo y dejamos atrás la zona arbolada y el antiguo camino para afrontar el último tramo hasta el collado con una pendiente considerable. El descenso es vertiginoso por un sendero técnico pero bien marcado que llega hasta las invernales de Lafuente y de ahí, por pista, al collado de Hoz donde se reencuentra con el Camino oficial. La distancia desde Cades al collado de Hoz es de 12,5 kilómetros. El desnivel positivo es de 1.130 metros y el negativo de 600.
km 36,1 · 2,8 km. Sobrelapeña de Lamasón-La Fuente
Aunque es un punto clave para la ruta, Sobrelapeña no posee ningún servicio para el peregrino, ni alojamiento, ni bar, ni tienda de comestibles… pero sí en Quintanilla, que se encuentra a tan sólo un kilómetro de distancia, donde hay varios alojamientos, un restaurante y un supermercado. Para continuar la ruta desde Sobrelapeña, lo más sencillo es continuar por la carretera CA-282, que remonta el valle hasta llegar a La Fuente, si bien existe un viejo camino por la izquierda del valle que discurre a media ladera y comienza encima del pueblo. Pero el camino esta tan perdido que antes de tomarlo conviene que nos lo indique bien algún vecino que lo conozca, porque de lo contrario podemos despistarnos.
km 38,9 · 6,5 km. La Fuente-Cicera
La Fuente (o Lafuente, que de ambas maneras se encuentra escrito), debe su nombre a una curiosa surgencia de agua que aparece en el mismo pueblo. Al pie de la carretera veremos una preciosa joya del románico del siglo XII: la iglesia de Santa Juliana. En La Fuente el peregrino dispone de un sencillo albergue donde también podrá comer. Frente a la iglesia abandonamos por fin la carretera para atravesar el pueblo a lo largo. Marcas amarillas y blancas de un sendero PR orientan al caminante hacia el barrio de Burió donde el camino inicia una decidida subida por una pista de hormigón hasta el collado de la Hoz, trescientos metros más arriba. La preciosa vista del valle de Lamasón que vamos dejando atrás enjuga el esfuerzo. Tras un buen tramo diáfano, la pista desemboca en la carretera CA-282 cerca del alto. Ante los ojos del peregrino se abre un impresionante panorama de montañas. Poco después de cruzar el collado abandonaremos la carretera por la izquierda para seguir de frente por una pista con piedra suelta que desciende a Cicera. La vista de este pueblo perteneciente al municipio de Peñarrubia, rodeado de verdes pastos en el fondo del valle, contrasta con los frondosos bosques a media ladera y las escarpadas cumbres rocosas.
km 45,4 · 9,6 km. Cicera-Lebeña
Semioculto entre las montañas, Cicera representa muy bien la arquitectura típica de la comarca. El pueblo cuenta con un albergue de peregrinos que funciona todo el año y es el último lugar donde podemos aprovisionarnos antes de enfilar el tramo más duro del Camino Lebaniego. En el anterior Año Santo se marcó el camino por el collado de Arcedón, pero el itinerario se ha modificado y ahora utiliza el antiguo camino entre Cicera y Lebeña que aunque da un rodeo, gana menos altura y discurre entre bosques, lo que le hace más apetecible para un caminante. El camino sale del pueblo por la iglesia y discurre paralelo a la riega de Cicera. Algunos carteles informan de que se trata de la Ruta de las Agueras, un bonito itinerario que desciende hasta el desfiladero de La Hermida. Muy pronto veremos, semioculto al pie del camino un pequeño humilladero de piedra donde antiguamente los viajeros se encomendaban a los santos pidiendo protección en su viaje. A escasos cien metros del humilladero abandonaremos el camino principal por una senda a la izquierda que sube suavemente y se interna en un bonito hayedo por donde va ganando altura hasta llegar a la braña de Berés, una zona ganadera abierta en un hombro del monte por el que pasa la divisoria entre Peñarrubia y Liébana. El desfiladero de la Hermida se abre a nuestros pies, y en frente el ciclópeo muro de los Picos de Europa.
El camino comienza a descender hacia el sur hasta desembocar en una pista más ancha en las inmediaciones de una finca con una cabaña. La pista asciende suavemente, llanea un rato, comienza a descender levemente y traza una gran curva a la derecha. A nuestra izquierda veremos como se incorpora la senda que baja del collado de Arcedón. Sin ningún problema de orientación la pista nos dejará a las puertas de Lebeña. Los aficionados a las rarezas geológicas están de enhorabuena. Por encima de Lebeña hay un punto llamado «Discordancia de Lebeña», donde se contempla con claridad el contacto discordante entre la caliza de los Picos de Europa y la arenisca y limolita de Peña Sagra.
km 55 · 2 km. Lebeña-Allende
El camino parte de Lebeña en dirección a uno de los hitos más notables de la ruta: la hermosa iglesia de Santa María de Lebeña, una de las más bellas obras del prerrománico español. Desde la iglesia de Santa María tomamos la carretera local que nos lleva al puente sobre el río Deva que cruza la N-621. Hay que caminar un centenar de metros por la carretera como si retrocediéramos y tomar a la izquierda el desvío que sube a Allende.
Alternativa: de Lebeña a Castro Cillórigo
Desde Lebeña se puede continuar por el viejo Camino de la diligencia que discurre por encima del desfiladero de La Hermida y que conduce directamente a Castro Cillórigo acortando seis kilómetros al itinerario oficial y un buen montón de metros de desnivel. Para utilizar esta alternativa hay que tomar una pista que sube hacia el sur en empinadas curvas por la ladera de Peña Ventosa. Hay varias desviaciones, pero debemos seguir siempre el camino más marcado. Tras ganar altura, el camino avanza hacia el desfiladero por un encinar hasta pasar sobre un collado reconocible por una torreta del tendido eléctrico.
Un poco más adelante se llega a una horcada donde hay que desviarse a la derecha para bajar entre encinas y rocas tomando como referencia las torretas eléctricas. El camino continúa por la ladera, entre encinas y enebros, hasta salir del desfiladero y bajar a la carretera. Hay que seguirla unos metros antes de cruzarla para tomar un camino que pasa por la trasera de La Ventosa. Un puente nos ayuda a pasar al otro lado del Deva. Castro está inmediatamente encima y para llegar a él hay que superar una corta pero empinada rampa. Poco antes de entrar en el pueblo aparece un desvío a la izquierda que desciende de nuevo al nivel del río. En un kilómetro pasaremos por delante de la semi arruinada ermita de San Francisco donde reencontraremos el Camino oficial procedente de Cabañes y Pendes. Veremos también señales del GR-71 que comparte la Ruta Asturiana procedente de Sotres. Con el Camino oficial se convive durante casi dos kilómetros (inevitablemente habrá que utilizar un pequeño trecho la carreterilla de Pendes), exactamente hasta el punto en el que aquél cruza el río Deva para ir a Tama.
km 57 · 6,5 km. Allende-Cabañes
El camino cruza la aldea hacia el norte y abandona la pista de las invernales de Pelea para tomar a la izquierda pista hormigonada que primero sube decididamente y luego discurre a media ladera por el barranco del río Rubejo hasta Cabañes. La primera casa que se encuentra al entrar es el albergue de peregrinos.
Alternativ: Allende-Cabañes
Al lado de la ermita de Santa Eulalia, en el lado oeste de Allende, arranca una senda que discurre paralela al río entre prados y encinas por el fondo de la vaguada del río Rubejo y que llega hasta Cabañes ganando menos altura y por un paisaje muy agradable. Esta senda incluso nos permitiría llegar directamente a Pendes sin pasar por Cabañes, ya que en uno de los puentes que se cruza encontraremos carteles que indican la dirección a seguir para llegar al castañar de Pendes.
km 59,8 · 6,5 km. Cabañes-Pendes
Desde el mismo centro del pueblo torcemos a la izquierda para salir por la estrecha carretera que baja a Pendes y que es utilizada por el sendero de gran recorrido GR-71. Poco antes de llegar a Pendes se pasa por El Habario, un pintoresco grupo de castaños centenarios con unas vistas extraordinarias de Peña Ventosa y de la entrada sur del desfiladero de la Hermida.
Alternativa: Cabañes-Pendes
Podemos evitar la carretera entre Cabañes y Pendes siguiendo un camino que baja hacia el sur entre fincas. Pasado el arroyo llegaremos a una bifurcación que cogeremos por el ramal de la derecha y que comienza a subir. Atravesamos el famoso castañar de Pendes, conocido como El Habario. En algo más de medio kilómetro llegaremos a la carretera a la altura de un área recreativa. Una vez aquí podemos continuar por el asfalto hasta Pendes o bajar por una senda que comienza al otro lado de la carretera que ataja tres curvas. Hay que tener cuidado para no seguir hacia el sudeste por una pista que lleva al collado Arenas. Pronto llegaremos de nuevo a la carretera.
km 62,2 · 6,8 km. Pendes-Potes
Atravesamos Pendes y seguimos descendiendo por un camino que se dirige hacia la ermita de San Francisco de Trasvega. Si por un motivo u otro deseamos bajar a Castro Cillórigo (pueblo sin servicios) hay que utilizar una pista que baja directamente desde Pendes y después continuar por el borde del río para enlazar con el Camino oficial en la ermita de San Francisco. Entre ermitas, alguna que otra fábrica, y siempre cerca del río Deva, el camino llega a Tama. A un kilómetro y medio al norte está el centro de interpretación del Parque Nacional de los Picos de Europa. No es mucha distancia, pero lo malo es que para llegar hasta allí hay que caminar por el borde de la N-621 que no es precisamente tranquila. El mismo borde la carretera se usa para llegar hasta Potes pasando por Ojedo.
Alternativa: Allende-Cabañes
En el punto en el que el Camino oficial atraviesa el río Deva para dirigirse a Tama podemos continuar de frente por el camino de Campañana (marcas del GR-71 y del PR-S3 y S4) que conduce sin interrupción y con mucha más tranquilidad hasta Potes.
km 69 · 2,9 km. Potes-Santo Toribio
Potes es el núcleo de población más importante de la comarca de Liébana que debe su nombre a los puentes (Potes) ya que se localiza en una llanura en la confluencia de los ríos Deva y Quiviesa.
Goza de una intensa vida social y cultural, congregando diversos monumentos históricos entre los que destaca la Torre del Infantado, símbolo del poder señorial que ha poseído desde la Edad Media. El casco histórico fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1983. Durante la Guerra Civil, sufrió un gran incendio y fue restaurado en la posguerra, a lo que le debe el aspecto actual.
Potes nos atrapará con su animación y actividad comercial, pero aún tenemos tres kilómetros por delante para llegar a nuestro destino; después tendremos tiempo de visitar Potes como se merece y celebrar nuestro esfuerzo. Por la calle principal atravesamos todo el centro de la villa siguiendo la carretera CA-185 hasta e desvío de la carretera que sube al monasterio.
No hay pérdida: los carteles indican la proximidad de Santo Toribio y un peregrino de bronce en mitad de la rotonda da fe de ello. Pero como si la meta se hiciera rogar aún habrá que vencer una última “subidita” por un andadero paralelo a la carretera antes de tocar con los dedos el imán que ha guiado nuestros pasos a través de dos comarcas y más de setenta kilómetros.
Centro geográfico de Liébana y eje de la vida cultural, religiosa, económica y social de la zona durante la Edad Media, santo Toribio es hoy es uno de los referentes cristianos universales al conservar la Vera Cruz o el Lignum Crucis, el mayor trozo de madera de la cruz de Cristo según cuenta la tradición. Esto ha provocado la afluencia de miles de peregrinos desde la Edad Media a Santo Toribio que se llegó a llamar la Pequeña Jerusalén.
Hasta el siglo XII, el monasterio de Santo Toribio se llamaba San Martín de Turieno pero cambió con el uso, ya que en este lugar también se veneraba el cuerpo de Santo Toribio. Resulto ser un importante reducto de la resistencia cristiana frente a los musulmanes gracias a la protección natural del valle. Se cuenta que muy probablemente se fraguaran aquí los comienzos de la Reconquista. El monasterio es uno de los más antiguos de la región, conservando arte románico, gótico y barroco y sus orígenes no están muy claros, aunque hay documentación que hace pensar que estos se remontan al siglo VIII durante el reinado de Alfonso I.
Es entonces cuando un obispo de Palencia llamado casualmente Toribio, se refugia en Liébana huyendo de la invasión musulmana y trayendo consigo el cuerpo del obispo de Astorga, Santo Toribio, y las reliquias que éste trajo de Tierra Santa, entre las que destacaba el Lignum Crucis.