Por la cercanía al techo de Pirineos, y quizá también por una historia menos dramática, este gigante siempre ha estado a la sombra del «monarca».
Pico Posets. Un gigante a la sombra del Aneto
A pesar de que el gran pirineísta Henry Russell equiparó —exageradamente— la figura del macizo de Posets a la del Himalaya por su grandiosidad, éste siempre ha permanecido a la sombra del vecino Aneto. Tanto protagonismo le ha robado el «monarca» que tendrían que pasar catorce años desde que Platon de Tchihatcheff y Albert de Franquevillese llegaran a la cima del Aneto en 1842 para que la estrecha cumbre del Posets fuera pisada por primera vez —al menos de forma oficial— y sin las grandes celebraciones que acompañaron a la conquista de aquel.
Todas las rutas a la cumbre del Posets
A diferencia de sus «congéneres», Aneto, Monte Perdido, Vignemale… el Posets no tiene vías de escalada en el sentido estricto de la palabra. Una persona bien entrenada y habituada a medirse con las alturas es capaz de llegar a la cumbre sin necesidad de utilizar la cuerda y los otros elementos del equipo del escalador, al menos durante la época seca. Esto es así porque sus vertientes más escarpadas nunca son verticales y, además, la roca está muy fragmentada; un motivo de peso para utilizar el casco incluso en las rutas más sencillas.
- RUTA1 Vía de la canal Fonda
- RUTA2 Arista de las Espadas
- RUTA3 Vía normal
- RUTA4 Arista Este
- RUTA5 Arista norte
- RUTA6 Vía oeste
- RUTA7 Arista norte
- RUTA8 Por el collado de Eriste o de las Forquetas
Postales. La conquista del Virrey
Al contrario que el Aneto y el Monte Perdido, la conquista del Posets no dio lugar a historias truculentas, enfrentamientos dramáticos ni asaltos épicos, a pesar de ser la segunda altura de la cordillera. Su exploración y su primera ascensión pasaron sin pena ni gloria. Es como si la historia también se hubiera confabulado para relegar al virrey del Pirineo a un injusto segundo plano.
3 Cumbres para admirar al virrey
El Posets es de esas montañas tan grandes y complejas que una vez en ella uno la «pierde» de vista. Lo mejor para tomar conciencia de sus dimensiones, forma y colores es subir a algunas de las montañas que lo rodean. Las cumbres de Clarabides, Gran Bachimala y Culfreda dan la oportunidad de admirar el eterno segundón por diferentes vertientes; y con el añadido de que los tres están dentro de la lista de tresmiles que, en condiciones normales, se suben con relativa sencillez.
Picos de Clarabide (3019 m)
Los tres picos Clarabide —también llamados Pico de Poucherges en Francia— están incluidos en el grupo de tresmiles «fáciles». El trío se puede ascender de una tacada en una actividad asequible que se desarrolla en un rudo entorno de alta montaña que preside el macizo del Posets al otro lado del valle de Estós.
Pico Culfreda o Batoua (3034 m)
Desde el valle de la Pez, la cumbre tricéfala del Culfreda no impresiona demasiado. Pero, cuando uno está en el cordal que va desde el Culfreda hacia el Lustou, aquel muestra una pendiente empinada y una silueta afilada como un cuchillo. A pesar de esta aparente verticalidad, su ascensión, en verano, no comporta ninguna dificultad reseñable.
Gran Bachimala (3176 m)
El Gran Bachimala es la cumbre más elevada del macizo al que da nombre y en el que se levantan nueve cimas que sobrepasan los 3000 metros. La vía normal es relativamente sencilla y de ahí que siempre aparezca en las listas de tresmiles fáciles. Como curiosidad, cabe señalar que, a pesar de culminar un cordal fronterizo, la cumbre está situada íntegramente en territorio español.
Excursiones a Ibones. Esmeraldas del Posets
En el Parque Natural Posets-Maladeta hay aproximadamente un centenar de ibones, que es como se conocen a los lagos de montaña en Aragón. Una buena parte de ellos se concentra en el macizo del Posets y protagonizan algunas de las mejores excursiones que se pueden hacer en este territorio. Aparte de la belleza paisajística del entorno que ocupan, estos lagos de alta montaña tienen una gran ventaja, y es que se llega a ellos con relativa facilidad, sin el sacrificio que demandan las cumbres.
- Ibones de Millares y Lenés
- Ibones de Barbarisa
- Ibones de Perramó y Batisielles
El Posets más salvaje
Lo mejor de la naturaleza pirenaica se refugia en macizos montañosos protegidos como el Posets o Llardana. En las laderas de la segunda cumbre en altura de los Pirineos pervive un mundo salvaje de flores alpinas, de bosques de abetos y pinos negros, de abedules, serbales, fresnos, tilos y hayas, con extensos pastizales y roquedales… y con ecosistemas en los que aún se constata la presencia de especies tan emblemáticas como el urogallo, la perdiz nival, el mochuelo boreal o el quebrantahuesos.
Vuelta al Posets. Travesía de los tres refugios
A vista de pájaro, el macizo del Posets se presenta como una isla circular rodeada por los valles de Benasque, Chistau, Eriste y Estós. En puntos estratégicos de los tres últimos se levantan otros tantos refugios guardados que permiten rodear el gigante sin necesidad de cargar con una pesada mochila.
- ETAPA 1. Refugio de Viadós – Refugio Ángel Orús
- ETAPA 2. Refugio Ángel Orús – Refugio Estós
- ETAPA 3. Refugio Estós – Refugio Viadós
Las bordas del Posets
Muchas cosas llaman la atención en el valle de Chistau y no es la menor el elevado número de cabañas aisladas que se utilizan —o utilizaban— para almacenar el heno y guardar los animales. Son edificios muy rústicos, con muros de piedra vista y tejados de lajas más o menos irregulares de pizarra. Las bordas, que así se llaman, son reliquias de un pasado basado en la ganadería y el autoconsumo.
Caminos Naturales en cuatro de los grandes ríos españoles
TAJO, EBRO, DUERO Y GUADIANA
Caminos Naturales ofrece numerosos senderos y miles de kilómetros para disfrutar de multitud de paisajes que componen la totalidad de la geografía española. Algunos de ellos sirven para vertebrar parte del territorio. Otros ayudan a conocer buena parte de la arquitectura y legado histórico de una región o provincia. Pero, en esta ocasión, es preciso destacar cuatro vías que recorren los cuatro ríos más relevantes de la Península Ibérica: el Tajo, el Ebro, el Duero y el Guadiana.
