Este año se celebra el 25º aniversario de la apertura de Riders on the storm, una impresionante línea de 1.300 metros (7c, A3) en la cara este de la Torre Central del Paine a cargo de Wolfgang Güllich, Kurt Albert, Bern Arnold, Peter Dittrich y Norbert Baetz. Aquellos cinco pioneros pasaron seis semanas de 1991 en la Patagonia chilena, de los que invirtieron 15 días en la citada pared.
Ines Papert y Mayan Smith-Gobat se han apuntado a la celebración de este 25º aniversario realizando la primera femenina de Riders on the storm. Se trata tan sólo de la quinta cordada capaz de escalarla después de los aperturistas, los checos David Stastny y Jan Kreisinger (febrero 2002), los franceses Arnaud Boudet, Martial Dumas, Jean Yves Fredericksen y Yann Mimet (noviembre 2002) y los belgas Nico y Olivier Favresse, Sean Villanueva y Mike Lecomte (2006).
Objetivo liberador
La propia Ines Papert cuenta que las escaladoras tenían un plan ambicioso: «Nuestro objetivo era liberar la vía y, por culpa del mal tiempo, no completamos nuestra misión. Hicimos, sin embargo, un progreso significativo hacia este objetivo. Conseguimos escalar en libre los dos largos superiores, que no habían sido liberados anteriormente, y encontramos una nueva ‘variante libre’ de 5 largos para evitar la otra sección de artificial. Tuvimos que ser creativas y utilizar varias técnicas innovadoras y combinar nuestras fortalezas individuales para tener éxito como cordada».
Algunas de esas «técnicas innovadoras» fueron tan curiosas como la que Ines Papert tuvo que emplear en el L18, un 7b+ off width en el que llevó pie de gato en un pie y bota de hielo con crampón en el otro. También Mayan Smith-Gobat explicaba la dureza de la empresa: «Empotrar dedos y manos directamente en el hielo se demostró como un desafío nuevo y muy desagradable. No me gusta nada escalar sin sentir ni las manos ni los pies, y en esta vía eso fue mayoritariamente un sueño lejano. Me obligó a tirar de todo mi conocimiento escalador para superar en dolor y conseguir liberar los difíciles largos L29 y L30 sin sentir nada y con los dedos sangrando copiosamente».
Al final, esos dos largos nuevos liberados aumentan la dificultad máxima de la vía en libre hasta el 7c+. Por otro lado, la variante deja en 38 largos el total de la vía, de los cuales Ines Papert y Mayan Smith-Gobat liberaron 34. Quedan, por lo tanto, cuatro largos por escalar en libre y completar la liberación de Riders on the storm.
Una escalada comprometida
Además de las dificultades técnicas y meteorológicas, las dos escaladoras pudieron comprobar que la cara este de la Torre Central del Paine es una pared comprometida y peligrosa. «Durante todo el tiempo que permanecimos en esta pared, nuestros nervios fueron constantemente puestos a prueba por el tiempo y la caída de rocas y hielo. Al principio de la expedición, un trozo de hielo golpeó mi casco, partiéndolo por la mitad. El último día, jumareé por una cuerda fija que casi fue cortada por una caída de piedras. Estos incidentes me llevaron a decidir que he tenido un montón de suerte en la pared. Incluso aunque la idea de regresar es muy tentadora, he decidido que el nivel de riesgo no vale la pena«, explica Ines Papert.
En ese sentido, Mayan Smith-Gobat tiene un parecer diferente y ya piensa en regresar para completar el trabajo de liberación de Riders on the storm. De hecho, ya planea volver a Patagonia el próximo verano… aunque por lo visto tendrá que buscarse un nuevo compañero de cordada.