Como se suele oír a menudo, en la escalada, el músculo más importante es la mente. Por eso el libro Actitud, el arte de escalar trata de hacer honor a ese maravilloso concepto mediante la exposición de algunos ejercicios de introspección y comunicación que nos ayudarán a conocernos mejor y saber reaccionar de forma productiva ante situaciones de estrés.
El objetivo es aprender y desarrollar habilidades psicológicas como la concentración, la imaginación y el control del pensamiento para favorecer así la correcta adaptación a los altos niveles de estrés generados por las diversas situaciones de tensión emocional que son tan habituales en la escalada.
En primer lugar, debemos ser conscientes de que no es posible alcanzar la perfección o el control total de una actividad física sin el correcto equilibrio entre cuerpo y mente. Por consiguiente, el grado de exigencia física de una actividad concreta debe ir acompañado de un compromiso psicológico, o actitud emocional de la misma talla, pero nunca inferior. En ocasiones, incluso un alto nivel de actitud emocional podría solventar algunas pequeñas carencias físicas necesarias para conseguir un objetivo físico concreto.
En la escalada, las manifestaciones de origen psicológico (nervios, ansiedad, miedo, temblores…) surgen como respuesta a una situación emocionalmente importante y dependiendo de cómo se reciban e interpreten en nuestra mente, nuestro organismo responderá de una manera obstaculizadora, por medio de fugas de poder y pérdida de control, o favorecedora, con una buena concentración y control de nuestro sistema psicomotriz.
La mente es la principal responsable de nuestra percepción ante las diferentes situaciones y la encargada del control de nuestro organismo, por eso debemos centrar toda nuestra atención en la educación de la misma con el objetivo de que nos permitan controlar diferentes estados emocionales como la inseguridad, el miedo, pensamientos negativos, etcétera.
¿Qué causas pueden provocar desequilibrios?
- Cargas impuestas de intensidad demasiado alta (un proyecto de especial dificultad o gran exposición).
- Realizar la acción en condiciones adversas (demasiado frío o calor, al instalar un seguro precario o un chapaje muy duro, excesiva expectación ante los gritos de ánimo de nuestro compañeros…).
- Tener que realizar diferentes acciones que nos resulten difíciles de forma simultánea y coordinada (independización de movimientos en pasos especialmente delicados, mantener el correcto ritmo respiratorio mientras afrontamos un paso clave…)
- Tener poco tiempo para realizar una tarea concreta (escalando a última hora del atardecer mientras se hace de noche o en vías de varios largos donde el tiempo de ejecución es crucial).
¿Qué técnicas existen para hacer frente a altos niveles de estrés?
- Evitar niveles de exigencia excesivos.
- Seguir un entrenamiento específico de forma regular, con el objetivo de mejorar el rendimiento y la respuesta que faciliten la automatización de movimientos y la adaptación psicológica ante diferentes niveles de estrés.
- Recurrir a técnicas de respiración y relajación para reducir la tensión y el estrés antes y mientras realizamos una actividad.
- Reconocer e identificar las diferentes respuestas emocionales ante las situaciones de tensión y aprender a visualizarlas de forma creativa y productiva.
- Planear y prever las posibles situaciones adversas que puedan darse y establecer un buen plan de reacción.
- Ejercitar el comportamiento en situaciones simuladas.