En Tirol del Sur, los viñedos mediterráneos se funden con el paisaje alpino de montaña. La parte más septentrional de Italia no sólo muestra una gran variedad cultural y culinaria sino que ofrece también diversidad de paisajes y cuenta con una gran cantidad de montañas y paredes de roca. Sus características geológicas y morfológicas únicas convierten la zona en un destino a tener en cuenta para la escalada y los deportes de montaña. De hecho, desde la aparición de ambiciosos proyectos de escalada, Tirol del Sur ha atraído a los pioneros de este deporte y ha sido el escenario de grandes logros en la historia de la escalada en roca.
Las Dolomitas, en particular, son bien conocidas entre los escaladores alpinos; sin embargo, la faceta deportiva de la región de Tirol del Sur sigue siendo conocida sólo por los locales. Ya sea caliza en Val Gardena, granito en Valle Isarco o mármol en Val Venosta, podemos encontrar rutas de una amplia variedad de roca en la zona, lo que permite a los escaladores enfrentarse a diferentes estilos de la escalada muy cerca unos de otros. Por el momento se encuentran equipados un centenar de sectores con más de 4.000 rutas de escalada deportiva.
Michael Piccolruaz en Helmutant, 9a
El joven local Michael Piccolruaz escala la ruta Helmutant, en el sector Saustall, para la que propuso 9a, probablemente la vía más dura de Tirol del Sur
Foco en Val Gardena (Gröden)
Val Gardena es uno de los valles secundarios más importantes de Tirol del Sur y, ubicado en el corazón de Dolomitas, es el más interesante para la escalada deportiva. Tradicionalmente ha sido un valle tranquilo e independiente, habitado por campesinos que sabían cómo sacar provecho de los idílicos prados y campos que se extienden al pie del macizo de Dolomitas. Las paredes rocosas forman una frontera natural con los valles de los alrededores. Así era la Val Gardena de hace unos cien años, una cultura única enclavada en el entorno privilegiado de Las Dolomitas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Hoy en día los hoteles e infraestructuras turísticas han sustituido a la mayoría de las granjas y los establos. Lo que el pueblo de Val Gardena ha conservado es su propio idioma: el ladino, con una ligera connotación del francés que, junto al alemán e italiano, se enseña en la escuela como lengua oficial. El valle es un ejemplo de la evolución turística de la región de los Dolomitas, pero también del desarrollo de la escalada deportiva.
Antes de la Primera Guerra Mundial, las paredes de roca atrajeron sólo a unos pocos visionarios. Se enamoraron de esos grandes muros que hace millones de años estuvieron rodeados por el océano, un pasado cuyos rastros aún son visibles en la piedra dolomita. Casi sin darse cuenta, escribieron las primeras páginas de la historia de la escalada en Val Gardena. En 1908, Angelo Dibona hizo la primera ascensión de una de las cumbres de Sassolungo, que más tarde se dedicó a otro alpinista pionero de Val Gardena: Sepp Innerkofler. Durante la Primera Guerra Mundial, Sepp Innerkofler estaba al mando de un grupo de scouts austro-húngaro que atravesó Dolomitas para espiar el estado del enemigo italiano. Por entonces, lejos de ser una actividad de ocio, la escalada y el alpinismo eran esenciales para obtener una ventaja estratégica y defender el territorio.
Esos tiempos han pasado, hoy en día miramos con otros ojos las formaciones rocosas que nos rodean. Como escaladores, vemos las impresionantes murallas que rodean Val Gardena como una oportunidad para la aventura, el desafío y el disfrute: Sassolungo, macizo Sella, Meisules y Punta Cir. Desde después de la guerra hasta ahora, estas montañas han jugado un papel central en la evolución de la escalada. Cuando la generación de jóvenes escaladores franceses comenzó a equipar en Verdon, en Val Gardena se ascendió el Pilastro dei Sogni (Pilar del sueño), que ofrece una calidad de la roca similar. La escalada deportiva empezó a hacerse cada vez más popular no sólo como un entrenamiento para las exigentes rutas alpinas, también como una disciplina independiente, ofreciendo la posibilidad de escalar con el simple propósito de encadenar rutas duras.
Así, se fueron desarrollando mucho sectores interesantes, como Città dei Sassi, Frea, Bernardi del Menhir (que contiene una de las vías más bellas rutas de un solo largo de Dolomitas). Val Gardena limita con el Valle Isarco al oeste, con el Val Badia al este y con el Val di Fassa al suroeste, ofreciendo un acceso a cada uno de estos valles por un paso alpino. Esto hace que el valle de Gardena sea también un punto de partida ideal para las paredes rocosas de los valles dolomíticos de los alrededores.
Alex Walpoth y Titus Prinoth en Vía della Giraffa (7c), una vía de largos
Alex Walpoth y Titus Prinoth escalan la Vía della Giraffa (7c), una vía “vertical, expuesta, larga y bonita” en el sector Sass Ciampac
El laberinto de Città dei Sassi
Uno de los sectores con más historia de Val Gardena es Città dei Sassi, ubicado en la base del macizo de Sassolungo, situándose entre las zonas de escalada más grandes de todo Tirol del Sur. Se formó como consecuencia de una caída de rocas masiva y se asemeja a un enorme laberinto de enormes bloques de piedra, de ahí su nombre: città dei sassi, ciudad de rocas. Este lugar mágico se utilizó durante décadas como zona de entrenamiento para proyectos alpinos mayores. Hoy día no sólo ofrece vías deportivas, también numerosos problemas de búlder.
Gracias a su entorno acogedor, su cómodo acceso y sus vistas panorámicas, el lugar se ha convertido en un destino popular y muy recomendable para las familias. Como las rocas ofrecen todo tipo de orientación, siempre es posible encontrar un lugar con sombra en verano. Las rutas son hermosas, abundando sobre todo el grado medio, aunque también hay algunas vías difíciles y muchos bloques para descubrir.
Más información sobre la zona Val Gardena y el sector Città dei Sassi.