El Ripollès es una comarca de montaña. Por debajo de los dos mil metros de altitud, los bosques —entre los que se encuentran los hayedos más extensos de Cataluña— cubren las laderas convirtiéndolas en un mosaico de colores al llegar el otoño.
Hacia el norte, el relieve se encabrita y roza los tres mil metros de altura en el Puigmal. La máxima cota de este sector del Pirineo oriental está rodeada de montañas que superan de largo los dos mil metros, como el Costabona y Bastiments, que se cubren de blanco con la llegada de la nieve, lo que convierte al Ripollès en un destino atractivo para los aficionados a los deportes de invierno.
Con raquetas en los pies
Muchas excursiones de verano son candidatas a ser repetidas con raquetas de nieve cuando existen buenas condiciones para ello y las dos estaciones de esquí citadas son excelentes para iniciarse en esta actividad y para vivir experiencias tan oníricas como hacer excursiones con raquetas a la luz de la luna.
Puestos a elegir una actividad puntera habría que citar la ascensión al Puigmal desde Vall de Núria, la cima más emblemática del Pirineo Oriental, que alcanza los 2910 metros de altitud. Es una excursión de nivel avanzado, ya que deberemos salvar 950 metros de desnivel para llegar a la cima. El esfuerzo es recompensado por unas vistas soberbias.
Y si se desea tener una experiencia más intensa, ¿qué tal una excursión de dos días durmiendo en un refugio? Una buena opción es la mítica travesía de Vallter a Núria pasando por el refugio de Coma de Vaca. La travesía no tiene desperdicio.
El esquí más aventurero
Las montañas de El Ripollès son un lugar idóneo para la iniciación y perfeccionamiento del esquí de montaña. Como ocurría con las raquetas, Vallter 2000 y Vall de Núria son puntos de inicio de muchas rutas y ascensiones a cimas imponentes, como el citado Puigmal, y los no menos interesantes Bastiments y Noucreus.
El Ripollès es escenario de una de las travesías más clásicas y famosas del Pirineo: la Vall de Núria-Ulldeter. La ruta transcurre íntegramente por el Parque Natural de las Cabeceras del Ter y del Freser.
Con piolet y crampones
Naturalmente, las montañas ripollenses son también un excelente lugar para practicar el alpinismo invernal. Todas ellas ofrecen itinerarios que dejarán satisfechos a los fanáticos del piolet y los crampones sea cual sea su experiencia y nivel.
Y como botón de muestra ahí está el Gra de Fajol, cuya pared norte está surcada por numerosas vías para todos los niveles, desde sencillos corredores a escaladas comprometidas, con la ventaja de una corta aproximación y el regalo de ver el mar desde la cumbre en los días claros.
Deslizándose por las pistas.
Dos estaciones de esquí alpino hacen las delicias de los aficionados: Vall de Núria y Vallter 2000. La primera es una estación alpina muy singular, pues solo se puede llegar hasta allí en un tren cremallera que sube por un paisaje espectacular. Es una estación familiar enclavada en un valle circular rodeado de altas montañas.
Por su parte, Vallter 2000 —la estación de esquí más oriental del Pirineo— se ubica en un circo de origen glaciar rodeada de cumbres que sobrepasan los 2800 metros. Desde allí se puede divisar la bahía de Roses y el Cap de Creus en la Costa Brava.
También es una estación acogedora y familiar que ofrece muchas posibilidades para el esquí de montaña y el excursionismo con raquetas.
Ambas estaciones cuentan con parques lúdicos donde los más pequeños lo pasan en grande y aprenden a amar la nieve.