El primer tramo de la Vía Verde del Plazaola se inauguró en el año 2000. Solo eran cinco kilómetros entre la estación de Lekunberri y el túnel de Uitzi. Hoy son 65 kilómetros los recuperados y rehabilitados entre Andoain y Sarasa, y se trabaja ya en acondicionar los casi 13 kilómetros que quedan entre Sarasa y Pamplona.
En el extremo guipuzcoano ya es posible ir desde Andoain hasta San Sebastián pasando por Urnieta, Hernani y Astigarraga. Son 14,5 kilómetros, casi todos por carriles bici (bidegorris). El itinerario está señalizado como Camino Natural teniendo su kilómetro cero en Andoain.
Algo de historia
El tren de Plazaola nació con la finalidad de transportar el mineral de hierro extraído de las minas de Bizkotx y Plazaola, en el valle de Leitzaran, hasta Andoain, donde se transbordaba al Ferrocarril del Norte con destino al puerto de Pasajes.
La construcción del ferrocarril comenzó en 1902 —incluso antes de que la Sociedad Anónima Leizaran obtuviera laconcesión de la obra— y el primer tren traqueteó por la vía el 21 de abril de 1905.
Aunque la concesión era para un tren minero permitía también el transporte de viajeros y de mercancías. El ferrocarril tuvo constantes cambios de propiedad hasta que la Ley de Ferrocarriles Secundarios y Estratégicos de 1908 estableció la necesidad de unir Pamplona con Pasajes por medio del ferrocarril, saliendo a concurso el tramo de Pamplona a Plazaola y de Andoain a Lasarte.
A pesar de las tremendas dificultades que oponía el terreno y que obligó a perforar 67 túneles (uno de ellos de casi tres kilómetros de longitud) y tender 40 puentes en un recorrido de 85 kilómetros, las obrasse hicieron en un tiempo record y el tren entró en funcionamiento en los primeros días de 1914 con tres servicios diarios, en cada sentido, entre Pamplona y San Sebastián, que se reforzaban si la demanda lo exigía, por ejemplo, durante las populares fiestas de San Fermín, y así siguió hasta que en 1953, a la crisis económica que se venía arrastrando desde los primeros tiempos, se le unieron unas terribles inundaciones que afectaron gravemente a la línea y la compañía paralizó la línea.
El tren siguió realizando algunos servicios de transporte de madera entre Olloki y Andoain (10 kilómetros) durante unos siete años. En 1958 la compañía obtuvo el permiso para levantar las vías y cerrar definitivamente la línea.
Paisaje mediterráneo
Aunque los hitos kilométricos comienzan en Andoain, la vía verde del Plazaola puede hacerse en ambos sentidos, naturalmente. Ahora bien, haciéndolo en sentido sur-norte, es más sencilla físicamente pues desde el kilómetro 34 hasta el final todo es bajada. Así que nos plantamos en el extremo sur del camino, concretamente en el pequeño pueblo de Sarasa, a pocos kilómetros de Pamplona.
Lo que nos rodea es un paisaje típicamente mediterráneo, con extensos campos de cereal que saltean pequeñas islas de quejigos y encinas. La autopista A-12 se “comió” algunos tramos del trazado original y se ha tenido que buscar alternativas con pendientes que delatan, a las claras, que no rodamos por la antigua vía.
Poco después de dejar atrás Sarasate pasamos por el viaducto de Gulina, el puente más largo de los 37 queatravesaba el Plazaola.
Atravesamos la localidad de Irurtzun, la más populosa del entorno, y desde la antigua estación encaramos el desfiladero de Dos Hermanas o Biaizpe, formado por dos gigantescas peñas muy características que atrapan los vientos húmedos del norte.
Esto explica por qué al otro lado el paisaje cambia radicalmente volviéndose boscoso y verde. La vía verde se ve obligada a transitar casi un kilómetro por la carretera NA-1300. Apenas tiene tráfico pero hay que ir con cuidado.
Latasa es el siguiente pueblo que se alcanza. El almacén de su estación fue rehabilitado en 2019 en el marco del proyecto transfronterizo Ederbidea y ofrece servicio de restauración,alquiler y taller de bicicletas y punto de información.
Latasa se ha convertido en un punto estratégico del Plazaola ya que constituye el punto de conexión con la Vía Verde del Bidasoa por medio del itinerario Eurovelo 1.
Continuamos hacia el norte acompañando un rato a la carretera nacional pero después del área de descanso de Sanmigeltxo penetramos en un bosque espectacularcon el río Larraun a nuestra vera.
En un momento dado, las señales deCamino Natural invitan a abandonar el río y subir a Mugiro. No esimprescindible, pues la plataforma continúa cerca del cauce, pero el pueblo tiene unas bonitas casas blasonadas y unas vistas espectaculares de la sierra de Aralar. Si subimos, regresaremos a la vía verde un poco más adelante de donde la abandonamos.
Y llegamos a Lekunberri, otrode los hitos del camino y un centro de servicios fundamental. Enla antigua estación se ubica lasede del Consorcio Turístico del Plazaola. El edificio de la cantinase ha recuperado como bar restaurante, hay alquiler de bicicletas, servicio de transporte y un vagón de juegos dedicado a los más pequeños.
Un tramo emocioante
Hasta el siguiente pueblo, Leitza,tenemos por delante el tramo más emocionante de la vía verde, dondese concentra un buen número de túneles, entre ellos el de Uitzi, el más largo de las vías verdes de Europa, 2700 metros. Pero antes dellegar a él tendemos que atravesar otro par de túneles.
Uno de ellos, el Bartolo, a poca distancia de Lekunberri, está cerrado por riesgo de desprendimiento desde 2019 y es casi seguro que no se abrirá porque costaría un potosí dejarlo en buenestado. Se ha habilitado un trazado alternativo.
Y llegamos al túnel de Uitzi. Este largo túnel que atraviesa la sierra que marca la divisoria de aguas del Cantábrico y el Mediterráneo permaneció cerrado hasta la primavera del 2011 por su mal estado.
Fueron necesarios muchos mesesde trabajo y una inversión de 1,3 millones de euros para dejarlo preparado.
El túnel dispone de luminarias que se vanencendiendo al paso, creando una atmósfera irreal, como de película de ciencia ficción. Aún así es conveniente llevar linternas por si las luces fallaran y también algo de ropa de abrigo porque dentro hace siempre frío,incluso en verano.
Atravesar estos casi tres kilómetros subterráneos es una experiencia muy especial.
Tendremos que atravesar otros siete túneles más antes de llegar a Leitza. Un antiguo almacén de la estación se ha acondicionado para alquilar bicicletas.
Desde la boca norte del túnel de Uitzi hasta Leitza se cuentan siete túneles. El bello pueblo decasonas de piedras con balconadas cubiertas de flores queda a un nivel inferior. Es el núcleo más grande del trazado navarro delPlazaola y ha servido de escenario de varias películas como la popular Ocho apellidos vascos.
El Plazaola guipuzcoano
Desde la estación de Leitza hasta la muga con Gipuzkoa la vía comparte en algunos tramosel acceso a varios caseríos. El paso a Euskadi supone un cambio notable en el paisaje. El valle se retuerce y encajona, y la vía se empareja fielmente al río Leit zaran— declarado Biotopo Protegido en su tramo guipuzcoano por su alto valornatural— aunque para ello fuera necesario construir varios puentes que pasan de una ladera a otra y un buen puñado detúneles (32 hasta Andoain).
Justo después de cruzar la muga encontramos las minas del Plazaola o Bizkotx que dieron origen a este ferrocarril. Una pista permite acercarse a los hornos de calcinación y los cargaderos que se han recuperado y son visitables. Es un desvío muy recomendable. No en vano podemos decir que sin estas minas no estaríamos aquí en ese momento.
A ambos lado de la vía verde se apilan ordenadas hileras de troncos y es que el valle sigue siendo una gran fuente de riqueza forestal. Es fácil que en determinadas épocas del año encontremos algún camión transportando madera pero eso no debería causar ningún problema.
A trechos vemos como las aguas del río se detienen en pequeñas presas construidas para reenviar el agua por medio de canalesque recorren las sinuosidades de la ladera hasta centrales hidroeléctricas situadas aguas abajo.
Cruzaremos por debajo de uno de estos canales soportado por un espectacular acueducto de sillería que cruza perpendicularmente el valle a gran altura. También veremos algunos túneles invadidos por la maleza que corresponden al tren minero original cuyo trazado mejoró cuando se amplió la línea hacia San Sebastián y Pamplona.
Paraje de Matxinbarrena
Otro túnel cegado obliga a descender hasta el río. La desviación merece la pena puesnos permite ver un puente medieval. La traza original se introduce en el encantador paraje de Matxinbarrena, donde el río se encaja formando una sucesión de bellas cascadas decenas de metros por debajo de la vía. Un túnel con unabarrera señala el principio del tramo hormigonado que conduce a Andoain.
Merece la pena detenerse en el Centro de interpretación de Otieta y visitar el Centro de visitantes Leitzaran donde se puede aprender más del valle que hemosrecorrido, declarado biotopoprotegido, y también de la historia de la vía verde.
Muy cercaestá el puente de Unanibia, un espectacular puente de piedra conocido popularmente como el puente de las Brujas, por el que pasa el camino empedrado que sube al barrio de Goiburu.
Tras esta imprescindible parada retomamos la vía verde pararecorrer sus últimos dos kilómetros atravesando el túnel de Otieta, el más largo del tramovasco.
A la salida nos aguarda el no menos espectacular viaducto de Auzokalte. La ligera pendiente a nuestro favor y el perfecto firme nos permite consumir los últimos kilómetros casi sin dar una pedalada y admirando relajadamente el paisaje.
La pista de asfalto rojo llega hasta la misma plaza del Ayuntamiento donde hay varios restaurantes. Unas flechas amarillas delatan la presencia de una ruta jacobea. Es el Camino Vasco del Interior que procede de Irún y se dirige a Vitoria-Gasteiz. No sería mal plan continuar viaje siguiéndolas ¿verdad?