David Palmada ‘Pelut’ y Javier Martín ‘Mercuri’ compartieron cuatro días de noviembre en la levantina pared de Peña Roc y terminaron firmando la apertura de Love climbing A3/6a, una declaración de amor por la escalada que atraviesa por el mismo centro el gran techo de la parte alta del muro. Según el propio Pelut, la vía en cuestión nació «fruto de la pasión hacia lo solitario y desplomado de ese rincón mágico que es Peña Roc».
El primer flechazo de esta historia de amor surgió en una escapada de Pelut y Remi Brescó «por tieras levantinas y con la fantástica compañía de Roy de Valera, Javier Martín ‘Mercuri’ y Carlos Llorca, que nos llevan de excursión vertical a Peña Roc», cuenta Pelut. Desde la misma ventanilla del coche, recorriendo el camino que se aproximaba a la pared, «divisamos con Remi la imponente silueta del techo de la parte final de Peña Roc; es impresionante, esa mega visera larga y muy desplomada… Nuestras miradas se centran en ese techo que, evidentemente, no está abierto porque es liso completamente: dos rutas pasan una por cada lado del techo, pero ninguna por el medio», añade el prolífico artificiero.
Él mismo continúa narrando que «rápidamente surge un proyecto atractivo con Javi Mercuri, pues le debía una por llevarme a pasear al Rally del Peñón y esta era la oportunidad perfecta para devolvérsela».
Una pared desplomada y el Techo de los Retornados
Según la descripción de David Palmada: «La pared desploma de principio a fin, con una roca excelente, y lo más bonito es que se trata de un rinconcito muy poco frecuentado al que los locales tienen una gran estima y cariño, lo que lo hace todavía más especial, poder formar parte de la historia de Peña Roc.
Para el escalador catalán, «lo que hace especial esta ruta es la visión diferente del concepto de artificial que reina por levante. Evidentemente, no inventamos nada, pero normalmente, a excepción de algunas rutas muy duras, las vías de artificial suelen estar bastante equipadas en general, haciendo muy poco uso del clavo. En cambio, esta es una vía de mucho trabajo y largos muy acrobáticos de principio a fin». Para él, la línea le recuerda al Pilar del Segre, en Vilanova de Meià, «una escalada donde predomina el uso del pitonaje disfrutón, con un cuarto largo obligadísimo completamente desplomado y donde pondremos al límite todos nuestros friends y demás cacharros infernales».
Pero «la guinda del pastel», según su propia calificación, «es el techo final, que ha sido bautizado como Techo de los Retornados (no son zombies, son retornados), abierto todo en plena oscuridad y con una sensación de vacío, paz y tranquilidad brutal, sintiéndote el amo del mundo… un techo larguísimo, posiblemente uno de los más largos de levante, hacen de esta vía una joya única que todo artificiero -o no- que se precie tendría que tener en su libreta de primeras.
Por otro lado, el compañero de Pelut en la apertura, Javier Martín ‘Mercuri’, describía lo vivido en Peña Roc: «La noche me confunde; tan solo recuerdo un cocktail de vértigo, risas, luces nocturnas, cervezas y olor a estiércol quemado… Y también amor… Mucho amor».
Material utilizado: 25 clavos variados, extraplanos, V, S, algún bong, universales, zetas, us (en fin, metralla variada), unas cuatro anclas variadas, 3 o 4 plomos, juego de aliens, juego de totem cams, camalot 1 y 2, juego de fisureros y opcionalmente juego de tricams, alguna maderita y un buen surtido de chapas recuperables para el techo, guíndola.