Actualización (23/04/2015).- Después de un tiempo de reflexión y de análisis de los datos y casuística de la actividad invernal de David Palmada ‘Pelut’ y Tato Esquirol en el Dru, la redacción de Desnivel ha sentido la necesidad de rectificar y dejar de considerar Abdruits como una vía para situar la línea en el apartado de los intentos. Esta nueva consideración no desmerece para nada las dificultades superadas por sus dos protagonistas, ni el compromiso o la dureza de las condiciones que tuvieron que soportar durante el par de semanas que permanecieron en la pared.
Vale la pena recordar que los dos alpinistas se bajaron de Abdruits totalmente exhaustos. Principios de congelación en los pies de Tato Esquirol motivaron que solicitaran la asistencia de un helicóptero de rescate, que los evacuó desde la base del Dru.
Pelut y Tato han reconocido siempre que no hicieron cima. De hecho, también han apuntado que no consiguieron enlazar con la vía Los Papas, que era su intención como plan B. Según sus estimaciones durante la apertura, se habían quedado muy cerca de la repisa de Los Papas. Eso garantizaba que Abdruits tenía salida hasta la cumbre aunque no la hubieran recorrido ellos.
Sin embargo, del análisis pormenorizado de las fotografías y los croquis de ambas vías se desprende que la distancia entre la última reunión de Abdruits y la citada repisa donde hubiera enlazado con Los Papas es mayor de lo que se suponía. Seguramente no son más que un par de largos, pero un par de largos que no permiten hablar de una vía terminada de abrir. El propio Tato Esquirol admitía en su blog: «Como alpinista, me deja un poco cojo el hecho de no haber llegado a la cima del Petit Dru y, como bigwallero, no me acaba de convencer haber dejado la vía allí en medio de la nada, de un sin sentido».
Así pues, Abdruits es todavía un proyecto pendiente de conclusión, un desafío duro y de gran exposición, que requerirá una dosis más de fuerza mental a las ya invertidas en él.
Noticia publicada el 23/02/2015
Ha sido una “vía nueva que va por el gran desprendimiento, con peligro real de que te caiga un trozo de pared encima, pero increíblemente bonita. Largos de ensueño”, según nos respondía un exhausto pero feliz Pelut desde el móvil ayer mismo (22 febrero), aún sin completar el descenso que ha culminado esta misma mañana, “rotos, pero felices. Si la meteo nos deja mañana lo bajaremos todo y regresamos a casa”.
Han sido 15 días de escalada estilo cápsula, en una aventura que ha estado marcada por la inestabilidad de la pared que, como es bien conocido, sufre desprendimientos desde hace una década. En 2005 una gran sacudida arrastró consigo gran parte de la historia de la aguja, borrando la mítica Pilar Bonatti –abierta en solitario por Walter Bonatti en 1955– y modificando para siempre grandes vías como la Directísima americana o la Directísima francesa. El último gran desprendimiento se produjo en 2011 y desde entonces no se habían abierto nuevas vías por la pared oeste de la estética aguja del Petit Dru.
David Palmada «Pelut» soñaba con esta apertura desde hace tres años, cuando un alud de nieve que les cayó estando en la base les hizo desistir de la idea. Este invierno habían acudido el 23 de enero al macizo, a la espera de las buenas condiciones que no llegaron hasta principios de febrero.
Cuatro campamentos, entre cuarenta y cien metros de escalada al día
Tras una difícil aproximación por la mucha nieve y los bloques acumulados en la base, por fin empezaron la escalada el domingo 8 de febrero, fijando los primeros largos. El martes 10 de febrero entraron ya con la hamaca, dispuestos a no bajarse hasta la cumbre.
Fueron subiendo día tras día, con largos “brutales” de fisura según relata Pelut en el programa de radio El Pont de Mahoma, montando un total de cuatro campamentos en la pared y escalando entre 40 y 100 metros, según el día. Disfrutaron de jornadas relativamente estables junto a con otros días “infernales” con constante purgas de nieve cayendo que, sin embargo, ningún día les retuvieron por completo en la hamaca.
Propuesta de A5 para el largo clave
El martes 17 de febrero (noveno día en pared) se enfrentaron a uno de los largos más difíciles, que han graduado de A5 y que Pelut describe así: “He arrancado por una fisura buena hasta que, de repente, se ha acabado y he tenido que empalmar con una laja completamente hueca y separada de la pared, sólo sujeta por la parte de arriba. Justo en este punto he parado a pensar qué hacer”. Fue entonces subiendo poco a poco por la lastra, con seguros muy precarios, “paralizado por el miedo real de salir volando yo, la lastra y el Tato abajo … pero al mismo tiempo algo me dice que ¡hoy no es el día! Con una mezcla de miedo, parálisis y felicidad, sigo subiendo. Una vez superada la sección, de A5 y ya en terreno más seguro y consolidado, no puedo parar de temblar!” y resume la jornada: “Han sido 9 horas de danza precaria por 45 metros”.
«Un principio de congelación por ir con unos pies de gato invernales»
Desde la última repisa, que alcanzaron el jueves 19 de febrero, han empalmado con la vía Los Papas (900 m, 6b/A3, abierta en 2007 por Jean-Yves Fredriksen y Martial Dumas), y desde ahí estiraron las horas de escalada durante la noche, durmiendo apenas 4 horas, por la presión añadida de la llegada del mal tiempo anunciada para el sábado. Según relatan, la noche del viernes escalaron con condiciones gélidas: “vas con toda la ropa puesta y el frío te va poseyendo, tanto que un pie ha cogido un principio de congelación por ir con unos pies de gato invernales, que no calientan lo suficiente. Las botas buenas, con botín, se quedaron en la reunión”.
Último largo, el más expuesto
El último largo que abrieron de su vía resultó ser uno de los más intensos, por lo peligroso y expuesto a los desprendimientos: “Brutal, tope intenso; bloques gigantes colgando sobre nosotros… al ser la parte más nueva de la pared, tiene que acabar de aposentarse. Sin embargo, a las tres de la madrugada por fin terminamos nuestra vía Abdruits, y a ver si mañana tenemos más suerte”.
La emoción tampoco aflojó durante el descenso. Ayer, 22 de feberro, amaneció con una pequeña nevada y fuertes rachas de viento y a mediodía subió la intensidad de la nevada hasta obligarles a montar la hamaca en el campo 1 para pasar la noche. Esta misma mañana han acabado de rapelar los 200 metros que les separaban del suelo, con lo que en unos días esperamos tener croquis y más detalles de su ascensión.
«Hacía mucho tiempo que no vibraba tanto y se mezclaban tantas emociones juntas…»
De momento nos quedamos con su valoración final, aún con la emoción a flor de piel, que transmite Pelut: “Ha sido una actividad dura y expuesta, en un lugar cerca pero tan lejos. Hacía mucho tiempo que no vibraba tanto y se mezclaban tantas emociones juntas: miedo, felicidad, ilusión, motivación, pánico… No sé, esas cosas que te hacen sentirte vivo y notar cómo tu corazón bombea a mil”.
«Hemos ido a abrir una nueva ruta por toda la zona «nueva» que había en la pared después de los desprendimientos. Cada minuto que estás en la pared estás en exposición constante de lo que pueda caer».
Walter Bonatti, un genio. Catherine Destivelle, poder mental absoluto…
Aprovechamos para preguntarle a Pelut sobre qué opinión le merecen las aperturas en esta misma pared de Walter Bonatti y Catherine Destivelle.
Sobre Walter Bonatti nos dice: «Realmente impresionante. Un genio avanzado a los tiempos».
Su opinión sobre la apertura de Catherine: «Brutal. Poder mental absoluto para entrar en esta pared sola y en invierno. Tienes que tenerlo muy claro. Cualquier pequeño problema allí arriba puede ser fatal»