TÉCNICAS BÁSICAS

Cómo escalar crestas

Toño Guerra comparte las técnicas básicas para enlazar varias cimas a través de crestas y algunas recomendaciones generales para llevar a cabo esta actividad con éxito.

Dos cordadas en ensamble en la cresta de Alharisses (Pirineo francés), un largo itinerario donde conviene asegurarse y espabilar.
Toño Guerra | No hay comentarios |

Enlazar varias cimas a través de sus crestas, es una actividad que va más allá de la caminata sin llegar, a veces, a ser propiamente escalada. Sin embargo suele requerir la utilización de material técnico, pues incluso presentando niveles bajos de dificultad (frecuentemente entre II y III +), podemos encontrar pasajes aéreos o expuestos, roca mala, brechas donde será necesario montar un rápel o gendarmes y centinelas que es preciso trepar.

Algunas son muy largas, por lo que la habilidad para asegurarse la cordada en movimiento determinará la rapidez. Ir sin cuerda, la opción más comúnmente utilizada, proporciona rapidez si todos cuentan con el suficiente nivel, experiencia y confianza para afrontar las dificultades de la ruta, pero una simple piedra que se desprende bajo tu pie puede originar el desastre sin que tus compañeros te puedan ayudar.

Al tratarse de terreno de aventura, el equipamiento fijo de este tipo de itinerarios suele mostrarse incierto. Debes contar, por tanto, con la suficiente práctica en escalada de autoprotección con friends, fisureros, anillos, ser capaz de montar reuniones con estos elementos y también de improvisar el montaje de rápeles por si fuera necesario escapar de la cresta por tormenta, retraso, etc. Si preferís utilizar cuerda y aseguraros, es preciso aprender y practicar cuatro cosillas.

Encordarse

Lo primero será adaptar la longitud de la cuerda a las dificultades previstas y acortarla si es necesario. Normalmente no necesitaremos disponer todo el tiempo de la longitud total de cuerda, además resulta molesto y arriesgado maniobrar y escalar con toda ella en la mano, así que una parte la recogeremos. De esa forma también se transporta entre los dos escaladores.

Recoger la cuerda

Cuando empleamos solamente unos metros, el sobrante se transporta ordenado y recogido pero al alcance de la mano, preparada por si hace falta incrementar o reducir la distancia de encordamiento rápidamente. La cuerda se puede recoger y llevar de dos maneras, dentro de la mochila, o en bandolera formando anillos de pecho.

En la mochila

La cuerda se puede colocar en la parte superior de la mochila plegada en pequeñas zetas, en una bolsa para evitar líos con la ropa u otros objetos del interior, y dejando fuera un cabo al alcance de la mano, de tal manera que estirando de él salga fácil y rápidamente.

De esta forma ya tienes una punta de la cuerda lista para atarte en cualquier momento. Con ese cabo se ata el compañero y tú te encuerdas en un punto intermedio de la cuerda directamente o mediante un nudo autobloqueante.

Problema

Si hay que reducir la distancia y recoger la cuerda es difícil meterla de nuevo en la mochila, pero se pueden hacer algunos anillos de pecho.

En bandolera

Los anillos de pecho nunca deben quedar sueltos sino bloqueados para que no puedan apretarse y estrangularte.

  • Jamás deben llevarse anillos, ni de cuerda ni de nada, solamente alrededor del cuello.
  • Un eventual tirón debe recibirse en el arnés, no en los anillos, por eso el remate y bloqueo de los mismos se hace uniéndolos al arnés. Por otra parte, si el remate se hace solamente sobre los anillos sin atarlos al arnés, el punto de encordamiento quedará demasiado alto y cualquier tirón te desequilibrará más fácilmente.
  • Los anillos deben tener todos la misma longitud. Lo ideal es que lleguen hasta la cintura del arnés. Más cortos resultan agobiantes y es difícil quitarse la madeja de encima, demasiado largos quedan algo sueltos y se van cayendo del hombro mientras caminas.
  • El bloqueo y unión de los anillos al arnés debe permitir quitarse y dejar colgando la madeja de cuerda sin que ésta se deshaga.
  • El método más clásico para bloquear los anillos de pecho consiste en atarlos al arnés con un bulin o un medio pescador. Como nos interesa poder variar rápidamente la longitud de cuerda disponible para afrontar tramos de distinta dificultad, podemos hacerlo de esta manera: los bloquearemos con un nudo machard bidireccional en el anillo ventral del arnés. Este método también sirve en caso de llevar la cuerda plegada dentro de la mochila.
  • Para aumentar la distancia o deshacer la madeja hay que soltar los anillos de uno en uno. Si te la quitas toda, la sueltas en el suelo y tiras de la cuerda, sabrás lo que es un buen lío.
  • Practica el plegado de la cuerda en anillos y bloquearlos, desatar la cuerda, soltar anillos y volver a bloquearlos, antes de tener que hacerlo en terreno real. Con práctica soltarás y recogerás cuerda en menos de un minuto.

Material mínimo por cordada

La elección depende de la dificultad y la exposición esperada en el recorrido proyectado. En una ascensión a una cumbre rocosa o sin camino, como mínimo mínimo, deberíamos contar siempre con una cuerda. Si según nuestra información comporta pasos de I o II grado y no hay rápeles:

  • Una cuerda simple de 30 metros.
  • Un arnés por cabeza, 2 o 3 anillos de cinta largos (2 m).
  • 6 mosquetones, por lo menos 2 de ellos de seguro.
  • Valorar el uso de casco según la ruta (frecuentación , morfología…).

Si hay trepadas de hasta III grado, añadir a lo anterior:

  • Casco.
  • 2 anillos de cinta largos cosidos.
  • 4 anillos más cortos (60 cm) cada uno con su mosquetón.
  • 2 mosquetones más de seguro.
  • 4 fisureros variados, algún friend si se tienen.
  • aparato asegurador -descensor (cada uno el suyo).
  • Se puede utilizar una cuerda doble de 8 a 9 mm y 50 a 60 m, (te puedes encordar en doble en un paso difícil y da para rapelar 25 a 30 m), o bien una cuerda simple de 30 a 40 m, más fácil de manejar pero que no permite hacer rápeles más largos de 15 a 20 m.

Tratándose de aristas o crestas más largas y difíciles, de III+ a V+, y con mayor compromiso, se impone contar con un surtido de material adaptado a las circunstancias. Si el recorrido presenta brechas profundas, que es preciso descender en rápel, serán necesarias dos cuerdas de uso en doble de las mismas características.

Quizás el conjunto te parezca pesado, aunque tenemos la opción de transportar un cordino auxiliar de la misma longitud de la cuerda de escalada y 6 o 7 mm de diámetro para rapelar junto con ella. La dificultad no suele ser muy homogénea en este tipo de vías por lo que en algunos momentos quizá sea conveniente guardar una de ellas para ir más cómodos en los tramos fáciles.

Para acometer una de estas crestas añadiremos al material aconsejado anteriormente:

  • 2 cuerdas antiarista de 8 a 8,5 mm y 50 m.
  • Un juego de fisureros (7 números).
  • 4 friends.
  • 3 cintas exprés largas.
  • 4 o 5 anillos de cinta para abandonar.
  • Piolet y/o crampones (si hay que cruzar heleros en la aproximación o la bajada).

Progresión

Se realiza de dos formas que se irán alternando según la dificultad y configuración del terreno:

Progresión continuada

Se utiliza en aristas digamos fáciles, donde predomina el terreno sencillo y la trepada consiste en pasos aislados o tramos breves hasta de III. Los escaladores avanzan a la vez.

La distancia de encordamiento irá de 2/3 m en las zonas más fáciles alargables hasta 10 m. Cuando la dificultad es constante pero moderada se alarga aún más la distancia y el primero va colocando anclajes intermedios (lazos de cinta, friends).

Al menos 2 seguros entre los escaladores. La distancia entre ellos no superará los 25/30 m para mantener el contacto visual y la comunicación. Esto es el ensamble medio.

Progresión fraccionada

En los pasos más expuestos o dificultosos se progresa de uno en uno, tanto en ascenso como en descenso. Mientras pasa un escalador, su compañero le asegura con la cuerda una vez colocado en una posición estable.

Cuando la dificultad de un tramo sugiere que se puede producir una caída, es preciso detenerse y asegurar el paso, instalando reuniones y anclajes intermedios. Con frecuencia habrá que desplegar más cuerda.

Esto se aplica también en el curso de la progresión continuada para superar un corto escalón o resalte de mayor dificultad, sin necesidad de montar una verdadera reunión.

Progresando

Observar atentamente los bloques y salientes de roca antes de pasar la cuerda por ellos, pueden estar sueltos. Si resultan sospechosos, comprobarlos con dos patadas o buscar otro. Atención con los filos cortantes.

  • La cuerda debe mantenerse en tensión suave entre los escaladores para evitar que se enrede donde no debe, se arrastre y tire piedras.
  • El primero no debe caerse.
  • Intentar anticiparse a los próximos obstáculos para no romper el ritmo y quedarse parados.
  • Tras superar un escalón, el primero no debe retomar el ritmo precedente más rápido, pues podría desequilibrarse o desequilibrar al segundo de cuerda.
  • Avanzando simultáneamente en ensamble medio siempre debería haber por lo menos dos seguros entre los escaladores, sean anclajes móviles o cuerda entre bloques.
  • Los anclajes colocados por el primero para su propio aseguramiento no sirven igual para el segundo. Piensa que en una travesía con caída pendular, el primero y el segundo no caerían en la misma dirección.
  • Cuando el primero se detiene a colocar un seguro, el segundo se detiene también para no destensar la cuerda.
  • En cordadas de tres personas el encordamiento es en fila, el segundo va en el centro y se ata con una potencia.
  • Cuando el segundo quita la cuerda que le une al primero de un saliente o anclaje, coloca allí el tramo de cuerda que le une al tercero.
  • Se irán buscando constantemente lugares desde los que asegurar para que cada sección asegurada sea lo más corta posible, normalmente al otro lado de aristas o bloques.

Destrepes y tramos en descenso

En los tramos en descenso irá delante el escalador de menor experiencia o habilidad, sujeto desde arriba con la cuerda por su compañero. Esto implica, por otro lado, que deberá elegir el camino.

Cuando el terreno lo permita, el último irá cerca con la cuerda tensa, o por lo menos intentará permanecer al alcance de la vista.

Cuando se hacen largos hay que montar reuniones

Las crestas suelen presentar salientes, cuernos y bloques donde es fácil y rápido montar anclajes con anillos de cinta. Las reuniones deben ser capaces de resistir tracciones en diversas direcciones, no solamente hacia abajo. Para impedir que el anillo pueda saltar, se puede colocar por debajo un anclaje invertido, que aguante tracciones hacia arriba, y tensarlo contra el anillo.

Recomendaciones generales

Atención al pronóstico meteorológico y la evolución de las nubes: las crestas no son el mejor lugar en caso de tormenta con rayos.

  • A veces se puede pasar por varios sitios diferentes y puede que no se parezcan a la descripción que sale en la guía. Atentos.
  • Lleva pies de gato solamente en las crestas que tengan largos por encima del V.
  • Infórmate de si hacen falta piolet y crampones en la aproximación o el descenso.
  • Lleva muchos anillos de cinta.
  • Una cuerda simple de 9,1 a 10,2 mm resulta lo más práctico y fácil de manejar en la mayoría de las ocasiones. Si la cresta presenta rápeles largos, se puede complementar con un cordino de 6 mm de la misma longitud que la cuerda.
  • Mejor encordarse en un lugar cómodo antes del comienzo de las dificultades.
  • Cuidado con destrepar por canales de tierra y piedras sin posibilidad de asegurar, puede ser mejor retroceder o buscar la bajada por otro lado.
  • Avanzar por el filo muchas veces resulta más fácil de lo que parece. En cambio, rodear obstáculos por sus laterales puede implicar afrontar pasos de mayor exposición, dificultad o peor protección.
  • No dudes en sustituir los anillos de cordino o cinta existentes en los puntos de rápel, sobre todo si se ven resecos y descoloridos.
  • Refuerza con otros anclajes los clavos roñosos que te encuentres puestos, sobre todo en los puntos de rápel.

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