HISTORIAS DE LA HISTORIA

Changabang, santuario del buen alpinismo

Este seismil del santuario del Nanda Devi, en el Himalaya indio, ha registrado una gran cantidad de aventuras alpinísticas. La primera ascensión, a cargo de Chris Bonington y compañía, se completó el 4 de junio de 1974.

Cimas del Kalanka y el Changabang, desde el norte
Cimas del Kalanka y el Changabang, desde el norte
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Algunos ni tan siquiera considerarían el Changabang (6.864 m) un pico principal. Su prominencia apenas alcanza los 300 metros y su dominancia supera escasamente el 4% (lejos del 7% de corte para cumbres principales de Eberhard Jurgalski). No obstante, su significancia –si este concepto no existe, habrá que inventarlo– desde la perspectiva del alpinismo es mucho mayor que la de sus picos vecinos en el santuario del Nanda Devi, en el Himalaya indio, más altos y más prominentes, como el Kalanka (6.931 m), del que sería formalmente una cima subsidiaria.

Su éxito en este sentido parte de una naturaleza agresiva, con paredes de roca y terreno mixto por todos sus contornos, que lo convierten en un pico difícil de escalar a través de cualquiera de sus rutas. Ese atractivo le ha reportado un sinfín de visitas ilustres a lo largo de la historia, con nombres tan relevantes como Chris Bonington, Dougal Haston y Doug Scott; Peter Boardman y Joe Tasker; Wojciech Kurtyka, Alex MacIntyer y John Porter; Andy Cave y Mick Fowler; Carlos Buhler y Andrei Volkov

El 4 de junio se cumple el aniversario de la primera ascensión del Changabang. Aprovechamos para repasar las aventuras más destacadas allí vividas.

1974, primera ascensión de Chris Bonington

Hacía veinte años que ningún occidental podía pisar la zona del santuario del Nanda Devi cuando Chris Bonington organizó una expedición formada por cinco alpinistas ingleses y otros cinco indios, de la que compartió el liderazgo con el local Balwand Sandhu. Formaban parte del equipo algunos de los más famosos exponentes de la edad de oro del alpinismo británico, como Dougal Haston y Doug Scott, así como Martin Boysen y Alan Hankinson.

Era la primavera de 1974 y, en aquellos momentos, los expedicionarios solo podían contar con la escasa información aportada por Bill Tillman y Eric Shipton en su exploración de 1935. Pronto se dieron cuenta de que el glaciar Rhamani –bajo la cara suroeste del Changabang– no les ofrecía una ruta factible. Tuvieron que seguir los pasos de Shipton y escalar el difícil collado de la arista sur que lleva su nombre (5.950 m) para acceder al glaciar del Changabang. De aquel lado, se eleva la cara sureste hasta la arista este, que conecta el Changabang con el Kalanka. Esa fue la ruta elegida y sigue siendo hoy en día el camino más accesible para escalar la montaña.

Optaron por llevar a cabo la ascensión en estilo alpino y tratar de evitar las horas de más calor y los consiguientes desprendimientos escalando principalmente de noche. Partieron el 31 de mayo desde el campo base en dirección al collado Shipton y descansaron durante más de dos días en el glaciar del Changabang debido al mal tiempo. El 2 de junio por la noche, se enfrentaron a las mayores dificultades de la ruta, en forma de paredes de hielo bajo un elevado riesgo de avalancha, en la muralla de la cara sureste. A las ocho de la mañana habían alcanzado los 6.400 metros, donde acamparon.

No volvieron a ponerse en marcha hasta las dos de la madrugada siguiente. Alcanzaron el collado entre el Kalanka y el Changabang al amanecer. Desde allí, tuvieron que negociar una afilada arista que serpenteaba hasta la cumbre del Changabang, que pisaron Chris Bonington, Martin Boysen, Dougal Haston, Balwant Sandhu, Doug Scott y Chewang Tachei. Fue una progresión lenta, que les llevó a hollar la cima a las cuatro de la tarde y les obligó a un descenso tenso a oscuras. Hacia las 22:30 horas llegaban a su último campamento.

1976, el Muro Oeste de Boardman y Tasker

La expedición a la cara oeste del Changabang fue la que unió como cordada a Peter Boardman y Joe Tasker. Este último había visto la pared el año anterior desde la cima del Dunagiri y, ante las congelaciones que arrastraba su compañero previsto Dick Renshaw, se lo propuso a Peter Boardman, que en 1975 había hecho cima en el Everest tras participar en la apertura de la cara suroeste con Doug Scott y Dougal Haston bajo las órdenes de Chris Bonington.

Ambos llevaron a cabo una ascensión de 25 días, que recibió un enorme reconocimiento del sector como una actividad puntera de alpinismo ligero y comprometido. Algunos incluso calificaron de “revolucionario” el uso que hicieron de técnicas de escalada en big wall, aplicadas a una altura tan elevada.

La expedición al Changabang se convirtió en el libro La montaña resplandeciente, escrito por Peter Boardman, que mereció el premio John Llewellyn Rhys de literatura de montaña 1979.

1978, la cara sur directa de Kurtyka, Zurek, MacIntyre y Porter

Una de las rutas que legó la asociación polaco-británica formada por Wojciech Kurtyka, John Porter y Alex MacIntyre fue la de la cara sur directa del Changabang. Llevaron a cabo su expedición, en la que también participó el polaco Krzysztof Zurek, siguiendo a rajatabla su ética de estilo alpino ligero. En un primer intento, tuvieron que darse la vuelta por mal tiempo después de fijar seis largos de cuerda.

En el segundo y definitivo esfuerzo, terminaron alcanzando la cumbre después de escalar unas dificultades mucho más elevadas de lo previsto, altísimas para la época. Por ello, su avance fue mucho más lento de lo planeado y necesitaron ocho días de esfuerzo ininterrumpido –la mitad de ellos sin comida– en la pared, donde utilizaron hamacas para sus vivacs. La narración de su ascensión revela la complejidad de la misma, con incontables horas para resolver un solo largo, jornadas enteras con una progresión mínima, amenizadas por numerosas caídas de las que salieron indemnes de milagro.

1997, la cara norte de Andy Cave y Brendan Murphy

Después de un primer intento a la cara norte del Changabang protagonizado por Julie-Ann Clyma, Brendan Murphy, Roger Payne y Andy Perkins que tuvieron que abortar tras seis días en la pared en mayo de 1996, los tres primeros regresaron al año siguiente con los refuerzos de Andy Cave, Mick Fowler y Steve Sustad. Decidieron escalar la pared en tres cordadas diferentes: Andy Cave y Brendan Murphy por delante; Mick Fowler y Steve Sustad dos días por detrás; Roger Payne y Julie-Ann Clyma todavía un día más tarde y por una línea ligeramente distinta.

Partieron con comida para ocho días y gas para diez. El sexto día, después de que Andy Cave y Brendan Murphy se vieran sorprendidos en uno de los largos clave por una tormenta que motivó después a un descanso obligado, Mick Fowler y Steve Sustad los alcanzaron. La ascensión estuvo llena de episodios complicados, con desprendimientos agujereando las tiendas, caídas, congelaciones y heridas diversas. Finalmente, Andy Cave y Brendan Murphy alcanzaban la cima el 31 de mayo, su noveno día en la pared, tras completar una ascensión de 1.600 metros de desnivel, mientras Mick Fowler y Steve Sustad ascendían a la arista. Sin embargo, un inoportuno resbalón les arrastró 100 metros por la cara surt y les provocó un buen susto y varias lesiones, especialmente preocupante las costillas rotas de Sustad (cuatro de ellas, según se supo luego).

Así pues, los cuatro iniciaron el complicado descenso el 1 de junio. El mal tiempo los envolvió y comenzó a nevar con fuerza mientras trataban de superar un tramo delicado de rápeles, el 3 de junio. Entre las continuas purgas, una avalancha más importante pasó sobre ellos, llevándose a Brendan Murphy. Su cuerpo no pudo ser encontrado y sus compañeros todavía tardaron otros tres días en completar el descenso hasta el campo base.

1998, la Ruta del Rayo de Carlos Buhler y los rusos

Organizados a la rusa y ascendiendo en estilo cápsula durante 21 días en la pared, el estadounidense Carlos Buhler y los rusos Andrei Volkov, Andrei Mariev, Iban Dusharin y Pavel Chabaline completaron la segunda ruta de la cara norte del Changabang, que bautizaron como The Lightning Route (1.580 m, VII, 5.9, A4, WI4).

Otras rutas, ascensiones e intentos

El Changabang ha ido sumando algunas ascensiones más y otras rutas nuevas en grandes aventuras. Como los 33 días de los japoneses en la arista suroeste en 1976 o la arista sur de los italianos en 1981. Ya en este siglo, la montaña mostró toda su crudeza ante la cordada mexicana de Alfonso de la Parra y Andrés Delgado, que desaparecieron durante el descenso tras haber ascendido una nueva ruta por la cara norte en otoño de 2006.

Hace un par de años, en la primavera de 2018, los franceses Léo Billon, Sébastien Moatti y Sébastien Ratel, del Grupo Militar de Alta Montaña francés, repitieron la cara norte del Changabang, en estilo alpino y en tres días (40 largos, con dificultades de hasta AI5 y M6). Sin embargo, tras alcanzar un punto de la arista somital, no continuaron hasta la cima debido a la llegada de mal tiempo.

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