El verano de 1986 fue extraordinariamente intenso en el K2 (8.611 m). Coincidieron bastantes expediciones a los pies de la montaña más alta de Pakistán. Los polacos firmaron dos nuevas rutas (la cara sur de Kukukczka y Piotrowski en julio y la Magic Line de Wroz, Piasecki y Bozic en agosto) y se sucedieron varios trágicos accidentes con un balance total de trece alpinistas fallecidos.
Tal día como hoy, el 8 de julio de 1986, Jerzy Kukuczka y Tadeusz Piotrowski abrieron una ruta directa por la cara sur del K2. Durante el descenso, el segundo de ellos sufrió una caída por una pendiente helada que le provocó la muerte. Reinhold Messner calificó el itinerario de “suicida” y nadie ha repetido jamás. Lo intentaron Jordi Corominas, Jordi Tosas y Mikel Zabalza en 2002: «No subimos muy alto, la verdad, a 6.800 o 6.900 m; ese verano fue nefasto en el Karakórum y no hubo cimas en los ochomiles. la ruta es peligrosa y tuvimos algún buen susto», recuerda Mikel.
Expedición internacional
Jerzy Kukuczka y Tadeusz Piotrowski formaban parte de una expedición internacional liderada por Karl Maria Herrligkoffer. No fue el mejor contexto para un Kukuczka que buscaba su 12º ochomil y que siempre trataba de ascender las montañas por rutas diferentes. No halló ese mismo espíritu entre sus compañeros de expedición. Solamente los suizos Deba Fuster, Rolf Zemp, Diego Wellig y el alemán Toni Freudig empezaron a trabajar la ruta con Jerzy Kukuczka y Tadeusz Piotrowski.
Los tres suizos habían abandonado ya el 10 de junio, a los tres días de llegar al campo base y tras haber alcanzado apenas los 6.000 metros del C1, donde comienzan las dificultades de la ruta.
En la segunda salida, el 21 de junio, abandonó tabmién Toni Freudig, tras instalar el C2 (6.400 m) bajo el primer serac y fijar 500 metros de cuerda en una compleja arista para rodearlo. Los dos polacos se quedaron solos para terminar el trabajo con un par de vivacs a 6.950 m y 7.400 m. Allí dejaron un depósito de material cuando una tormenta los obligó a regresar al CB.
Ataque sin oxígeno
Jerzy Kukuczka y Tadeusz Piotrowski iniciaron su intento de cima el 3 de julio. Fueron del tirón al C2 y, al día siguiente (4 de julio), alcanzaron su depósito a 7.400 m. A continuación, superaron un gran couloir y vivaquearon a 7.800 m (5 de julio) y 8.200 m (6 de julio), donde se les apareció un inesperado headwall.
La barrera de roca tenía 100 metros de altura por su sección más asequible, que incluía un largo de 30 metros de V+ que les llevó todo un día superar. Aquella noche (7 de julio), vivaqueando otra vez a 8.200 m, agotaron el gas de su hornillo.
El 8 de julio, partieron hacia la cima dejando todo su equipo en el vivac. Solamente llevaron consigo sus sacos de vivac y las cámaras, además del material de escalada y una cuerda. A mediodía, conectaron con el espolón de los Abruzzos a 8.300 metros. Todavía quedaba mucho trecho por delante. A las seis de la tarde entró la niebla, pero media hora después alcanzaron la cima, donde plantaron una badera y dos bufandas de los hijos de Kukuczka con un piolet.
Descenso dramático
Al poco de iniciar el descenso, se hizo de noche y su linterna frontal falló. Tuvieron que vivaquear a 8.300 metros. El 9 de julio, la niebla les acompañó y tuvieron dificultades para orientarse; se metieron en terreno complicado, donde se vieron obligados a realizar varios rápeles. Solo pudieron bajar hasta 7.900 metros antes de volver a vivaquear. Llevaban dos días sin comer ni beber.
El 10 de julio, el tiempo mejoró y pudieron ver las tiendas de los coreanos montaña abajo. A unos 7.500 metros de altura, hallaron la histórica pendiente donde Art Gilkey perdió la vida en el intento americano de 1953. El hielo estaba más duro de la cuenta y entonces advertieron que habían olvidado la cuerda en el último vivac. Mientras Jerzy Kukuczka descendía primero con precaución, Tadeusz Piotrowski perdía un crampón por encima de él… En sus esfuerzos por agarrarse al hielo, perdió el otro crampón, a lo que siguió una inevitable caída, en dirección hacia su compañero, al que estuvo a punto de arrastrar. Kukuczka tuvo serias dificultades para no caer también y no pudo hacer nada por sujetar a su compañero, que desapareció por el borde de la pendiente.
Jerzy Kukuczka pudo llegar al campamento coreano (7.300 m) y allí por fin comió, bebió y, agotado, durmió durante 20 horas seguidas. El 11 de julio por la tarde, continuó bajando y se cruzó con dos alpinistas coreanos. Descansó en el siguiente campamento coreano (6.800 m) donde otro miembro de la expedición asiática le ofreció comida y agua.
Finalmente, aclanzó el campo base el 12 de julio, cuando se cumplían diez días desde el inicio del asalto final.
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