La Montaña Blanca cerró en 1960 la serie de primeras a los ochomiles de la década de 1950. Kurt Diemberger, Peter Diener, Ernst Forrer, Albin Schelbert, Nawang Dorje Sherpa y Nima Dorje Sherpa compartieron la cima tras una expedición innovadora.
Diez alpinistas chinos (cuatro de ellos tibetanos) liderados por Ching Hsu coronaron por primera vez en 1964 la única cumbre principal de más de 8.000 metros que quedaba virgen. El más bajo de los ochomiles fue durante años también el más inaccesible.
Coronó con Kurt Diemberger, Markus Schmuk y Fritz Wintersteller en un estilo muy ligero. Fue el primero en hacer dos primeras a ochomiles y falleció días después en un accidente en el Chogolisa.
Este escalador italiano del periodo de entreguerras resolvió la ansiada primera ascensión de la cara norte de la Cima Grande di Lavaredo. Fue pionero de las direttissimas y precursor de las técnicas que desembocarían en el big wall.
Pete Schoening y Andy Kauffman coronaron el Hidden Peak (8.080 m) el 5 de julio de 1958, cuando solamente quedaban el Dhaulagiri y el Shisha Pangam por ascender.
La cordada austriaca liderada por Fritz Moravec e integrada por Sepp Larch y Hans Willenport llevó a cabo en 1956 el primer vivac en altura planeado de la historia (7.500 m) para hacerse con la ascensión del 13º pico más alto del mundo.
La primera propuesta de 9b de la historia, realizada por Fred Rouhling, y la primera sugerencia de 9a+ del mundo, firmada por Bernabé Fernández, son dos líneas que todavía no han encontrado su sitio en la historia de la escalada deportiva.
La expedición suiza que colocó una cordada en la cima del cuarto pico más alto de la Tierra con Ernst Reiss y Fritz Luchsinger logró también la segunda absoluta del techo del mundo con dos cordadas más.
Este parisino de nombre poco conocido fue uno de los pioneros del bloque en Fontainebleau, realizó la primera ascensión de la cara norte del Petit Dru y participó en la primera extedición francesa a un ochomil. La vida le dio también para varios inventos de material de escalada.
La línea que asciende la proa de El Capitan (Yosemite) es una clásica entre clásicas y el gran icono del big wall mundial. Warren Harding lideró su apertura en 1958 y Lynn Hill la liberó en 1993. Muchos nombres ilustres están ligados a la ruta.
