PARA EL FIN DE SEMANA POR BOSQUES O CON NIÑOS

Hayedo de Peña Roya y el Cabezo de la Mata en el Parque Natural del Moncayo

Te dejamos algunos senderos para conocer sin prisa esta montaña tan querida en Aragón y en Castilla: el impresionante Hayedo de Peña Roya te ofrecerá un paisaje increíble. Si vas con niños te recomendamos subir al Cabezo de la Mata. ¿Quién se anima a echarse al monte para respirar aire puro?

Autor: Eduardo Viñuales | No hay comentarios |
En lo alto de las Peñas Meneras. A los pies
En lo alto de las Peñas Meneras. A los pies

El Moncayo es una sierra con una dilatada trayectoria excursionista. Naturalistas, geólogos, botánicos y farmacéuticos, montañeros, románticos, turistas o simples veraneantes pasean desde hace decenios por sus sendas de montaña y veredas boscosas.

A la clásica ascensión montañera a la cima del Sistema Ibérico se suman otras muchas posibilidades senderistas: simples paseos contemplativos, excursiones en familia con niños, rutas circulares para acometer en una jornada, largas travesías de montaña pasando de una vertiente a otra… e incluso hay recorridos temáticos para los amantes de los bosques y la botánica, de la ornitología, de las cuevas, de la etnología y los oficios perdidos, o la ruta de los hermanos Bécquer que une el Monasterio de Veruela, Trasmoz y Litago… ¡Y es que el Moncayo tiene tantas cosas que mostrarnos y que enseñarnos!

La misma montaña que fue admirada en el pasado por poetas y artistas como Marcial, el Marqués de Santillana, Bécquer o Machado… sigue hoy levantando pasiones. No importa el tiempo que haga: que brille el sol o que nos envuelva la niebla, que se sienta frío o calor, que al Moncayo le cubra la nieve o el hielo… que los bosques pierdan la hoja. Tal vez parte de esa fascinación por caminar por sus laderas resida en el hecho de que en muy poco espacio, el excursionista puede tener la sensación de haber realizado un viaje mucho más largo, amenizado por la sucesión de pisos bioclimáticos que nos llevan desde los secos matorrales mediterráneos del somontano a las venteadas y gélidas cumbres, pasando entremedias por encinares, robledales, pinares, hayedos, piornales y collados pedregosos.

Abundantes son los caminos y sendas, de todo tipo, bien marcados y señalizados, que permiten penetrar en los recodos, rincones y costados de este sobresaliente relieve a caballo entre las provincias de Zaragoza y Soria. Hay una decena indicados con carteles verdes por los forestales del Parque Natural del Moncayo y evaluados con el método MIDE. Otros tres disponen de las marcas de los senderos de gran recorrido (GR-86, GR-90 y GR-260 o Calcenada) y varios de las señales de los de pequeño recorrido. Por otra parte, el Camino Natural del Agua Soriano –o Camino Antonino- que va de Soria a Tudela, pasa por Vozmediano, Los Fayos, Tarazona y enlaza con la Vía Verde del Tarazonica… E incluso hay, también de siempre, sendas referenciadas por los sencillos hitos de piedra – o mojones- que siguen el antiguo itinerario de pastores, mineros, romeros y desaparecidos carboneros.

La amplia red de senderos del Moncayo permite conocer mejor los valores naturales a conservar, en los más variados escenarios que impone el medio natural. Y aquí en el Moncayo, la verdad, siempre hay una buena excusa para estudiar el mapa, calzarse unas botas, coger la mochila… y paso a paso emprender el camino que nos llevará a buen seguro a comprender mejor esa gran fascinación que es capaz de ejercer este monte y que tanto ha atraído antes a quienes lo han mirado, conocido y recorrido.

Ruta 1:  Bosques de la cara norte. Hayedo de Peña Roya

El Parque Natural del Moncayo, que protege más de once mil hectáreas de la vertiente aragonesa, dispone una red de senderos que transitan por el interior del espacio natural protegido, compuesto por una decena de itinerarios de diferente dificultad para hacer a pie y en bicicleta de montaña. Dichos caminos están considerados por los gestores del Parque Natural como un pilar básico para que el visitante pueda conocer, apreciar y respetar los valores naturales a través de su experiencia personal.

Uno de ellos, muy atractivo y no difícil de recorrer, es el llamado del “Hayedo de Peñarroya”, un recorrido circular de ocho kilómetros que se adentra en los más frescos y hermosos pasajes boscosos de la cara nororiental del Moncayo, donde pervive en buen estado de conservación una extensa masa de hayas casi pura, de gran interés para los botánicos, evidencia de las abundantes precipitaciones y frecuentes nieblas que ascienden por estas laderas al enfriarse el aire.

Iniciamos el paso en el área recreativa de la fuente del Sacristán (1.300 m). Por la carretera asfaltada, en dirección ascendente al Santuario, llegaremos en unos 500 metros a una cerrada curva donde da comienzo una pista cerrada al tráfico –con un pequeño aparcamiento– que penetra rumbo oeste en el interior del bosque de haya que salpican abedules, saúcos rojos y acebos. El jabalí habrá removido el suelo y el sapo común estará escondido entre la abundante hojarasca en caso de tiempo seco. Hay un largo trecho hasta llegar al barranco de Castilla o de Agramonte, donde el camino gira bruscamente hacia el este y, siguiendo la curva de nivel, termina desembocando en la pista asfaltada del Santuario, muy cerca de Peña Nariz y de las Peñas Meneras. A la izquierda, continuando un kilómetro carretera abajo, llegaremos a la fuente del Afilador y el prado de Santa Lucía al encuentro del trazado del sendero GR-90.1 que ataja monte abajo cruzando la pista hasta en tres ocasiones. En el cuarto encuentro con la carretera hay que seguirla hacia arriba para llegar a la fuente del Sacristán.

Desnivel: 280 m.
Distancia
: 8 km.
Tiempo
: 2 h 15 min.
Dificultad
: media.
Observaciones
: precaución al cruzar la carretera.
Más información
: Vegetación e itinerarios botánicos en el Parque Natural del Moncayo. Pedro Mª Uribe-Echebarría. Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón.

Ruta 2: Cabezo de la Mata. Un paseo con niños

Si vamos con familia, con niños, o bien hay nieve y hielo en las zonas altas de de Moncayo una muy buena opción para “hacer cumbre” es coronar lo alto de la sencilla cima del Cabezo de la Mata, apta para casi todos los públicos.

Lo mejor de este enclave es que no hay pérdida, pues la excursión discurre casi todo el tiempo por una ancha pista cerrada a los vehículos. Y también porque debido a su posición ligeramente desplazada al este de la montaña del Moncayo, quien suba hasta aquí puede disfrutar de una inigualable balconada desde la que admirar las cumbres cimeras y los circos glaciares. Es éste, además, un lugar idóneo para los fotógrafos que quieran retratar más de cerca, pero en la corta distancia, las formas y perfiles de la alta montaña ibérica.

Nuestro punto de partida es el aparcamiento de la fuente de los Frailes (1.347 m), donde la tortuosa pista que viene desde Agramonte deja de estar asfaltada. Allí parte hacia el suroeste una pista forestal, cerrada con cadena y señalada como sendero S-2 y RC-1, que penetra en el bosque de pino silvestre o albar donde no faltan hayas, brezos, acebos, serbales, robles melojos y sauces cabrunos. El arrendajo, el corzo o la víbora hocicuda son parte de la vida que puebla estas forestas protegidas.

Al llegar a una curva en las inmediaciones del collado de Juan Abarca (1.335 m), dejaremos a la derecha la continuación de los dos senderos señalizados –hacia La Herradura por el cortafuegos, y hacia el collado de La Loma–, para dirigirnos en dirección este al visible cerro del Cabezo de la Mata. Una senda estrecha marcada con algunos hitos se adentra entre el pastizal, el roquedo de cuarcitas y la densa fronda de jóvenes rebollos hacia este promontorio rocoso tan panorámico (1.437 m).

El sendero es especialmente atractivo en otoño, cuando el bosque de robles del Cabezo cambia de color y vira del verde al amarillo dorado, pues en estas laderas de orientación umbría se localiza uno de los mejores robledales de Aragón, masa forestal autóctona y relicta de periodos más húmedos.

Regreso. Por el mismo itinerario, con posibilidad en todo caso de volver completando la vuelta del sendero S-2 del barranco del Apio, y antes abandonado.

Desnivel: 160 m.
Distancia
: 2’6 km.
Tiempo
: 1 h, sólo ida.
Dificultad
: fácil.
Observaciones
: precaución con niños en los pequeños escalones rocosos de la parte final.
Cartografía
: El Moncayo. Ascensiones y rutas por la Sierra más alta del Sistema Ibérico. 1:30.000. Editorial Piolet

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