GR 90: Desde Haya Seca al refugio de Majada Baja
Dentro de la red de senderos del Moncayo destacan, por su longitud, tres grandes recorridos balizados con marcas de pintura rojas y blancas. El GR-260, también llamado Vuelta al Moncayo, rodea la montaña y aunque no se adentra en el corazón de la sierra aporta una excepcional visión de conjunto de la misma, coincidiendo su recorrido con la Calcenada, la popular carrera de montaña de 104 kilómetros que se celebra todos los veranos y que convierte al pequeño pueblo de Calcena en un hormiguero. El GR-86 es el Sendero Ibérico Soriano que llega hasta la misma cumbre. Y el otro sendero de gran recorrido es el GR- 90 Tierras del Moncayo, que discurre por las localidades de Tarazona, Grisel, Lituénigo, Añón de Moncayo, Talamantes, Calcena y Trasobares, y que posee dos variantes, el GR-90.1 y el GR-90-2.
El GR.90.1 es la variante de gran recorrido que más penetra en el corazón de la parte aragonesa del Moncayo, pues se adentra montaña arriba hasta el Santuario de la Virgen del Moncayo y recorre la vertiente a media ladera hasta las Peñas de Herrera desde donde desciende a Talamantes.
Al tramo más alto de esta variante nos vamos a referir para proponer un día tranquilo a media ladera por las alturas del Moncayo. Para ello partiremos del aparcamiento de Haya Seca (1.630 m) que hay un kilómetro antes del Santuario de la Virgen del Moncayo. Esta hospedería de larga tradición se emplaza al mismo pie de las peñas negras del Cucharón. A la izquierda dejaremos el ancho camino de la fuente de San Gaudioso y la bajada del GR-90.1 por los bosques de la cara norte. Al poco de empezar a acometer la tradicional subida hacia la cumbre del Moncayo, muy cerca de la fuente del Chorro, deberemos desviarnos a la izquierda –sureste– siguiendo las marcas rojas y blancas de pintura. El camino transita sin perder altura entre de pinos silvestres y brezos en dirección a la parte baja de los circos glaciares de San Gaudioso y de Morca. Más adelante mana la fuente de aguas frías del Morroncillo. Las frambuesas silvestres o chordones harán las delicias de los paladares excursionistas.
El sendero prosigue por zona casi siempre arbolada, aunque salpicada de canchales de origen periglaciar, acompañados de arándanos y de las bellas flores rosas del epilobio en verano. Así se llegará, bajo el pico Lobera, a las inmediaciones del collado Bellido (1.840 m), enlazando con una pista forestal, por la que discurre la RC-1 o, la ruta ciclista marcada por el Parque Natural que viene desde la fuente de los Frailes y va al collado de la Estaca. Hacia allí nos dirigiremos, salvando la cabecera de los profundos barrancos de Valdealonso y de Morana, con vistas hacia la Muela de Horcajuelo y la umbría de los Tollares. La pista discurre por unas laderas que hace décadas fueron repobladas con bosque de pino negro, si bien no se sabe si su semilla procede de los Pirineos o de la sierra de Gúdar. En la zona es posible ver la endémica violeta del Moncayo. Nuestro punto final es el refugio de Majada Baja, balconada desde la que contemplar las cumbres y muelas calizas de la cara oculta del Moncayo, el sector más meridional de esta sierra.
Regreso: Por el mismo camino
Desnivel: 300 m.
Distancia: 9’2 km.
Tiempo: 2 horas y media, sólo ida.
Dificultad: Baja-Media.
Cartografía: El Moncayo. Ascensiones y rutas por la Sierra más alta del Sistema Ibérico. 1:30.000. Editorial Piolet
Más información: Por los caminos del Moncayo. Ed. Prames. Varios autores. 1995.
Alto del morrón por el barranco de Horcajuelo
Tanto en Castilla y León como en Aragón hay balizados diversos senderos de pequeño recorrido. En la vertiente aragonesa se reparten por las comarcas zaragozanas de Tarazona y el Moncayo, el Campo de Borja y de Aranda. Todos ellos conectan hitos naturales y culturales de primera magnitud.
Estos senderos son ideales para excursionismo de día y los podemos iniciar o enlazar en prácticamente todas las localidades moncaínas: Tabuenca, Talamantes, Calcena, Purujosa, Tarazona, Torrellas, Los Fayos, Santa Cruz de Moncayo, Grisel, Trasmoz, Litago, Lituénigo, Vera, el monasterio de Veruela, Alcalá de Moncayo y Añón.
Cerca de este último pueblo se encuentra la central eléctrica de Morana (810 m) y las parideras del mismo nombre, en el límite del Parque Natural. Allí se emplaza un aparcamiento para unos ocho vehículos que nos servirá de lugar de inicio de la excursión por el barranco de Horcajuelo, siguiendo en todo momento las marcas amarillas y blancas del sendero de pequeño recorrido PR-Z 3, cuyos extremos se localizan en el Monasterio de Veruela y en el collado del Campo.
La senda avanza por el interior del barranco, cruzando el lecho en diversas ocasiones entre canchales, pequeños resaltes rocosos de pizarras, encinas y matorral mediterráneo – cantueso, jara, enebro, brezo y escaramujo–. Así se llega a la Moratilla, el lugar donde confluyen el barranco de Morana que viene por la derecha – pese a lo que digan algunos mapas este barranco es impenetrable más arriba– y el de Horcajuelo que es por donde deberemos contiuar. Nos toparemos con la llamada Torre de Horcajuelo o Moranilla, un bonito y recio monolito de roca de 25 metros de altura. Pasada la ladera de la Sábana, cada vez más cerca de la zona de los corrales de Horcajuelo –que caen a desmano– y de los Portillos superiores, iremos observando que estamos en un área de abundantes pies de acebo o cardonera.
Por gratas praderas de montaña – pastadas aún por los ganados en el verano, y bajo el cerro del Morrón–, nuestro PR sube al encuentro de la pista del collado de la Estaca, coincidente en este tramo con el sendero GR-90.1. Desde aquí arriba nuestra propuesta, antes de regresar por el mismo sendero, es subir a la cercana cumbre del Morrón (1.730 m) por su flanco suroccidental. Buitres leonados y águilas reales sobrevolarán nuestras cabezas en estas retiradas soledades donde aún se respira el silencio.
Regreso. Por el mismo camino.
Desnivel: 920 m.
Distancia: 10 km.
Tiempo: 2 h 15 min, sólo la subida.
Dificultad: media.
Más información: Paseos y excursiones. Senderos señalizados. Comarca de Tarazona y el Moncayo. Prames y Gobierno de Aragón, 2013.
Desde Ágreda al Pozo de las Truchas por el Cañón del río Val
En la vertiente soriana del Moncayo también hay varios senderos marcados y homologados por la Federación de Montañismo según la normativa internacional. A la Vuelta al Moncayo del GR-260 y al GR-86 –el Sendero Ibérico Soriano, que sube incluso a la cima de San Miguel– se suman diferentes senderos de pequeño recorrido: el PR-SO.79 –por el hayedo de Aldehuela de Ágreda–, el PR-SO.17 –de Cueva de Ágreda a Borobia por el collado del Tablado, al oeste de la Sierra de Toranzo–, el PR-SO.18 –una ruta circular que va desde la Cueva de Ágreda y transita por la Sima de los Trabucos y el lapiaz de las Patadas del Diablo–, el PR-SO.19 –otra circular que va de Cueva de Ágreda a Los Praus y a la fuente del Colladillo– y el PR-SO.20 –que visita el Cañón del río Val–.
Comienza en la basílica de la Virgen de los Milagros de Ágreda. Esta localidad conserva bastantes huellas de las diversas culturas que han confluido en ella. No podemos dejar de visitar la iglesia gótica de San Miguel Arcángel, el barrio judío y la muralla árabe abierta en bellas puertas califales. Precisamente de época musulmana son las huertas que rodean a esta villa, y donde se cultiva el afamado cardo rojo. Por ellas se dan los primeros pasos de nuestra excursión, en concreto por el camino de Pataroldán, en la margen orográfica derecha del río Val o de La Casa.
Pasada la depuradora encontraremos el desvío del PR-SO.20.1, una variante que va por el otro lado del cauce y que podemos utilizar para nuestro regreso. Pero ahora hay que seguir en dirección a la ermita de Santa Lucía –en ruinas–y por paisaje seco llegaremos a las riberas del Val, donde se hallan árboles como el chopo, el sauce o el nogal, que en curioso contraste acompañan a otras plantas más mediterráneas como el arce de Montpellier, la aliaga, el escaramujo, el enebro o la encina. El camino pasa cerca de los corrales de Ribota, llega al desvío de la peña del Tío Fresquito y enseguida baja por unas escalinatas a uno de los rincones más abruptos y recogidos de ese cañón, la cascada del Pozo de las Truchas. El sendero prosigue casi un par de kilómetros más, y merece la pena seguirlo hasta su fin porque así se puede gozar de un estupendo paseo bajo el bosquete fluvial de chopos cabeceros o trasmochos. Los buitres, el alimoche, el águila azor perdicera y otras rapaces nos acompañarán en este recorrido. Si siguiésemos el discurrir del río siete kilómetros más llegaríamos al embalse del Val y al pueblo zaragozano de Los Fayos, situado bajo una gran peña de conglomerado.
Desnivel: 250 m en descenso, que luego hay que remontar para volver.
Distancia: 7’4 km
Tiempo: 1 h 30 min, sólo ida.
Dificultad: fácil.
Más información: folleto Ágreda, tierra de las tres culturas. Proynerso.