En los últimos dos años he escalado todas las vías ferratas de Pirineo y pre Pirineo con el propósito de reunirlas en una guía, de forma que he podido clasificarlas por dificultad y hacer mi grupo de predilectas. Las que a continuación se propone forma parte de ese grupo. La elección, naturalmente, es subjetiva. Ninguna es fácil, sino más bien todo lo contrario, pero todas dejan un recuerdo intenso. Esto quiere decir que sólo deberemos afrontarlas en unas condiciones técnicas y físicas excelentes.
Sorrosal
Desde la población de Broto, muy cerca del famoso Valle de Ordesa, podemos admirar la espectacular Cascada de Sorrosal. Justo a su izquierda transcurre esta singular vía ferrata. Tiene la particularidad de ascender cerca de la cascada, colarse en un curioso túnel artificial y proseguir por un bonito barranco. Aquí la combinación ferrata y baño en las pozas puede ser perfecta en los meses más calurosos del año.
Es muy importante evaluar el caudal del agua y abandonar el proyecto si la cascada baja muy crecida. Muy concurrida por grupos guiados, especialmente en fines de semana y pleno verano. Si vamos en estas fechas y queremos subir sin aglomeraciones, lo más sensato será comenzarla al mediodía. Cuando está ocupada hay que tener mucho cuidado con las posibles caídas de piedras en el primer tramo.
Longitud: 400 m.
Desnivel: 220 m.
Dificultad: D.
Horario: 2 h.
Orientación: noreste el primer tramo y sur los siguientes.
Altitud del inicio: 920 m.
Características: la primera parte comienza por unos resaltes y finaliza en unas espectaculares escaleras que superan un muro muy aéreo. Nos colamos en el curioso agujero (oscuro) que sirve para desviar el agua del barranco. Si te lo trabajas bien no te mojas, aunque es recomendable llevar unas chancletas. El segundo tramo asciende por dentro del barranco, casi siempre en travesía y cerca del agua, para salir de él por la derecha. Éste es un poco más sencillo. El tercer resalte es el más fácil de todos. Enlaza varios sistemas de repisas con el único inconveniente de unas cortas panzas casi al final de la ascensión. Escapes: no tiene, salvo los rápeles de descenso del barranco o la propia ferrata.
Acceso: aparcar en la población de Broto. Dirigirse hacia la cascada de Sorrosal (visible). Un camino recorre la derecha (¿no es la ribera izquierda?) del valle hasta que éste se cierra. Veremos entonces la ferrata a la derecha. Dependiendo de dónde hayamos podido aparcar, tardaremos entre cinco y diez minutos.
Descenso: dirigirnos, por unos prados, hacia el norte. Rápidamente encontraremos un cómodo camino (marcas PR) que une Frajen y Broto. Tomándolo hacia la derecha llegaremos a este último en 30 minutos.
Cágate lorito
Esta es una muestra de las tendencias más modernas en cuanto a ferratas deportivas. La vía surca una pared corta pero espectacular, como ya delatan sus tonos anaranjados. Es una vía llena de detalles, y con variedad de equipamiento y con los agarres alejados. Si no se está sobradamente al nivel de la vía, es recomendable llevar cuerda y saber utilizarla.
Longitud: 145 m.
Desnivel: 65 m.
Dificultad: ED-.
Horario: 45 min.
Orientación: sur.
Altitud del inicio: 360 m.
Características: muy aérea y sostenida, por una pared vertical y con desplomes. Necesaria una buena técnica y forma física.
Escapes: rápel
Acceso: saliendo de Sant Llorenç de Montgai, en dirección a Camarasa y justo después de la última casa del pueblo (Cal Fontanet), encontramos un desvío de pista a la izquierda, que nos deja en una buena explanada, dónde aparcaremos. Seguiremos por el marcado camino que se adentra por el fondo del valle hasta que se decanta un poco a la derecha. Aquí nos desviaremos a la izquierda por otro más pequeño y señalizado con puntos. Cruzaremos con mucha precaución la vía férrea y continuaremos por la base de las paredes hasta el inicio de la ferrata señalada con un cartel metálico (30 min).
Descenso: la vía termina en una repisa que es el pie de vía de un sector de escalada denominado Barranco Fondo, con muchas vías de escalada. Seguiremos la repisa hacia la derecha, por un senderillo señalizado con puntos hasta ir a parar a la vía del tren, donde enlazamos con el camino de aproximación que nos devuelve al aparcamiento (30 min). O, mucho mejor, descender por la vía ferrata Cágate Lorito II. Esta ferrata sólo se puede hacer en sentido descendente. La vía tiene un recorrido bastante sinuoso, complejo y exigente. La disposición de sus agarres y el equipamiento con que cuenta obliga a pensarse dos veces cada paso; está muy lejos del movimiento autómata y repetitivo de otras ferratas.
Vía de descenso
Longitud: 120 m.
Desnivel: 65 m.
Dificultad: Extremadamente Difícil Inferior (ED-).
Horario: 45 min.
Orientación: sur.
Altitud del inicio: 425 m.
Características: tan aérea y sostenida como su predecesora Cágate Lorito. No hay que subestimarla por ser una vía de descenso. En todo momento tenemos un vacío perfecto bajo nosotros y se suceden tramos diferentes en los que hay que aplicarse y concentrarse. Una cuerda puede ser útil en algunas maniobras. Como inicio encontramos el paso de las presas artificiales, el más difícil desde un punto de vista técnico. En la barra habrá que controlar la velocidad de descenso. Si nos da reparo, una cuerda pasada por arriba hará que bajemos a la velocidad deseada. En la tirolina nos sorprenderá el ingenioso sistema para recuperar las poleas. Poco después nos aguardan un par de barras móviles situadas bajo un techo. Casi finalizando, encontramos un péndulo con la cadena fuera del alcance de nuestras manos. De nuevo el ingenio se impone y una barra metálica dotada de un gancho servirá para llegar hasta ella. Después ¡a correr! El resto es más normal.
Escapes: rápel, llevar dos cuerdas de 50 metros por si acaso
Tampoco he dicho que las ferratas deberían prohibirse (aunque yo no se si equiparía ninguna…), pero si que se tendría que estudiar MUY, MUCHO su impacto y ubicación. Y la gente las está equipando como «bolets»… Y sin ningún tipo de «seny», como si plantaramos máquinas de refrescos en los sistemas naturales porqué «¡Oye tu!, ¿Que cojonudo esto, no?, ¡Te puedes sacar una Coca-Cola bajo cualquier arbol!. ¿A que mola?… Un poco de educación, respeto y menos consumismo…
irrespetuoso, y le diré que seguramente le divierte mucho eso, pero que puede ir a otros sitios a hacerlo, que ese es un lugar que para algunas personas merece silencio, tranquilidad… Y que él está ahí berreando como un poseso y haciéndose selfies… ¿Nos vamos al Amazonas a montar tirolinas, escaleras y puentes entre los árboles?. ¡Puede ser muy divertido!. ¡Y de vez en cuando sale alguna serpiente!. Pues no…
Otro ejemplo: una cruz, un palo o una estatua en una cima, podemos aceptar que tiene un impacto ambiental ridículo, ¿cierto?. Pero… ¿es necesario para disfrutar de la montaña ir clavando historias en las cúspides?. Para eso están las iglesias, sinagogas, ayuntamientos, los museos… No es mejor un alpinista extremo que un senderista que una persona que se divierte en unas atracciones. Pero si un alpinista se encarama dando pioletazos por un campanario (para divertirse) lo tacharé de
Exacto. En tu primera afirmación (44) te doy toda la razón. En la segunda no. Se reduce a que para divertirse no es necesario acumular toneladas de hierro por una pared. Si a mi me chifla el derrapaje, me voy a un karting. No salgo al monte y empiezo a talar árboles y asfaltar el campo sin plantearme si eso esta bien o no, si no si me divierte lo suficiente.
Al final todo se reduce a que lo que hace «la gente» en las ferratas es de parque de atracciones y lo que hago yo en pared es arte, no? me parece que te crees muy especial.
Yo he hecho ferratas y tapia muchos años, y he visto tantos guarros y maleducados haciendo una cosa como la otra.
lo pasaremos bomba?. Pues no toca… Los botellones, en su sitio. La diversión tipo «MIsión Imposible» en los parques de atracciones, por favor. Y en el entorno natural, intentemos comportarnos como toca… Si es que nos importa un poco este entorno. Es muy fácil de entender si somos un poco educados y respetuosos y no solo nos preocupa el «a pasarlo bien y si le molesta a alguien me la pela»…
Yo no educaría a mi hijo diciéndole: «Mira, si te quieres divertir, coge un montón de cable y hierro y súbete por ahí». Podemos divertirnos de muchas maneras y en muchos sitios. Y al monte podemos ir paseando con respeto (o escalando con respeto, o pedaleando con respeto…) o saltando y pisando todo lo verde que pillemos. Una forma no tiene nada que ver con la otra. Y las ferratas pisan y arrasan con todo lo que pillan. Ya puestos… ¿Por qué no montamos un botellón en medio de los cables, que
Eso no es hipocresia, eso es precisamente coherencia. Las ferratas fueron un invento militar para desplazar tropas de forma rápida y segura por zonas escarpadas. A partir de ahí, se han aprovechado para una utilidad lúdica. Y a partir de ahí, eso está degenerando cada vez más con ferratas por doquier, con gente inexperta que no sabe ni por donde se coge una cuerda de escalada (pero se mete en una pared) a la que hay que rescatar, y sin plantearse si tiene o no algún impacto sobre el medio.