La comarca del Campo de Borja se extiende entre las montañas del Sistema Ibérico y el Valle del Ebro. Su relieve es una sucesión de suaves altiplanicies, entre los 350 y los 700 metros de altitud, por donde corre libremente el cierzo, un viento frío y seco procedente del Pirineo. La capital, Borja, se asienta en la ribera izquierda del río Huecha, a poco más de sesenta kilómetros de la capital aragonesa. Borja fue un centro importante de la cultura ibérica, época en la que recibía el nombre de Borsau. Tuvo también un importante pasado musulmán que denotan sus callejuelas.
Tradición vinícola
Campo de Borja es un territorio eminentemente agrícola, y destaca en la producción de vinos, una industria que se remonta al Medievo, como demuestra un documento del año 1203 encontrado en los archivos del monasterio de Veruela. En la actualidad, la producción de vinos con denominación de origen Campo de Borja es el principal motor económico de la comarca, y la uva garnacha una seña de identidad territorial. Por eso se ha elegido a esta variedad para dar nombre a una de las Rutas del Vino de España, un producto turístico impulsado por la Secretaría General de Turismo y la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN), con el objetivo de promocionar los recursos turísticos ligados al cultivo de la vid de los territorios con denominación de origen.
El escachamatas
Para disfrutar de los amplios paisajes de viñedos del Campo de Borja nada mejor que recorrer, a pie o en bicicleta, la vía verde del Campo de Borja. La vía verde utiliza la plataforma del ferrocarril de vía estrecha que unía Borja con Cortes y que era conocido como el Escachamatas. El tren entró en funcionamiento en 1889 con el objetivo de dar salida a la rica producción agrícola de estas tierras. El Escachamatas tuvo una larga vida, pero no pudo soportar la competencia del transporte por carretera y se cerró en 1955. Antes de desaparecer el Escachamatas protagonizó una de las escenas más jocosas del cine español; aquella en la que el actor Miguel Ligero se negaba a apartarse de la vía por la que iba montado en burro mientras le decía a la locomotora que hacía sonar insistentemente su bocina, “¡Chufla, chufla, que como no te apartes tú!”. Los lectores de mediana edad seguro que la recuerdan pues Nobleza baturra, que así se llamaba la película, alcanzó mucha popularidad.
Como en toda vía verde, el inicio puede estar situado en cualquiera de sus extremos. Nosotros elegimos comenzar en Borja, no sin antes darnos un paseo por sus calles para admirar su importante patrimonio arquitectónico. La vía verde comienza junto a los silos de la Cooperativa Campo de Borja, a unos trescientos metros del pueblo por la carretera N-122 en dirección a Magallón. La amplia calzada se dirige hacia la localidad vecina de Ainzón, sede de la denominación de origen Campo de Borja, y escenario del festival nacional de cortos cinematográficos Animainzón. Las huertas verdes y los viñedos nos acompañan en el viaje. Si tenemos la fortuna de coincidir con la vendimia podremos observar cómo se utilizan diferentes técnicas de acuerdo a las plantaciones: vendimia tradicional a mano para las cepas en vaso y vendimia mecanizada para las emparradas. En esos días el olor a mosto lo impregna todo.
No tardaremos mucho en pasar por la estación de Ainzón y por el apeadero de Albeta, convertido en vivienda privada. Vale la pena desviarse hacia esta población para visitar el Centro de Interpretación del Valle del Huecha. Contienen toda una muestra de patrimonio cultural: aperos de labranza, objetos cotidianos de la vida diaria, etc. De vuelta a la vía verde seguimos hacia el este, haciendo caso omiso a los caminos que van apareciendo a diestra y siniestra con el fin de alcanzar Bureta. De nuevo abandonamos momentáneamente la vía para entrar en el pueblo atravesando una frondosa chopera a orillas del Huecha. Hablar de Bureta es hablar de la Casa Palacio Condes de Bureta del siglo XVIII-XIX, época en que Doña María Consolidación Domitila Azlor y Villavicencio, condesa de Bureta y Heroína de los Sitios de Zaragoza, vivió con sus hijos. Es visitable y cuenta con servicio de guía.
De nuevo en la vía verde, dejamos atrás la arruinada estación de Bureta para encontrar el acceso a la localidad de Alberite. El ábside de su iglesia posee bellas lacerías mudéjares. La vía verde pasa por debajo de la N-122 y se acerca a Magallón, población que anuncia una alta chimenea. Conviene guardar un tiempo para visitar la iglesia de San Lorenzo y los restos del castillo medieval que yacen junto a ella. A su paso por Magallón la vía ha desaparecido bajo el asfalto, pero basta dirigirse al auditorio de la iglesia de Santa María de la Huerta o Dominicos, junto al ayuntamiento. Una vez allí sólo hay que dejarse caer calle abajo para encontrar un cartel indicador de la vía.
Entre viñedos y olivos dejaremos atrás Magallón. Transcurridos un par de kilómetros la vía es interrumpida por la carretera de Magallón y no queda otro remedio que utilizarla para llegar al pequeño caserío de Agón. Si vamos bien de tiempo es buena idea acercarnos a Fréscano, a poco menos de dos kilómetros al norte de Agón, para visitar su conjunto arquitectónico compuesto por el palacio renacentista de los Condes de Villahermosa. En el municipio se encuentra el Parque Arqueológico de la Primera Edad de Hierro ubicado al pie del yacimiento arqueológico de Burrén y Burrena. Es el primer parque arqueológico de España dedicado a este periodo de la prehistoria reciente.
Para regresar a Borja desde Agón, caben dos posibilidades: o utilizar el mismo camino que nos ha traído o dirigirnos a la cercana localidad de Bisimbre por una tranquila carretera y seguir desde allí por la pista agrícola del despoblado de Gañarul. Este camino nos permitirá conocer el azud de la Mora en el río Huecha, un agradable lugar con chopos y pequeñas praderas junto a campos cultivados. En Gañarul nacen dos caminos; cualquiera de ellos nos conduce directamente a Magallón.
Guía práctica
Situación: noroeste de la provincia de Zaragoza.
Cómo llegar: desde Zaragoza por la A-68 y la N-122. Desde Soria por esta última.
Partida y llegada: Borja.
Distancia: 22 km.
Desnivel: 100 m positivos y otros tantos negativos.
Tipo de firme: tierra sin acondicionar. Tramo urbano en Magallón y 1 km de asfalto hasta Agón y Bisimbre. En el regreso pistas agrícolas hasta Magallón.
Cartografía: hojas 320-IV, 352-I y 321-III del IGN. 1:25.000.
Dónde dormir: la comarca Campo de Borja tiene una amplia oferta que va desde hoteles a casas rurales, pasando por albergues y campings.
Información turística: Oficina de turismo de Borja. Tel. 976 852 001 y www.larutadelagarnacha.es
Observaciones: el otoño es una época ideal para hacer este recorrido. La temperatura es suave y los viñedos dan color al campo. En pleno verano y pleno invierno las temperaturas son rigurosas.
Visitas: el Museo del Vino del Campo de Borja ocupa el monasterio Cisterciense de Veruela. Abrió sus puertas en 1994, siendo uno de los pioneros en España y el primero de su género en Aragón. Tel: 976 198 825.
Ruta de la Garnacha
La Ruta de la Garnacha, ha sido declarada Espacio de Interés Turistico de Aragón recientemente. Está incluida dentro del producto Rutas del Vino de España, guía al visitante por la riqueza cultural histórica y natural del territorio adscrito a la denominación de origen Campo de Borja, formado por varios municipios de esta comarca y de las comarcas limítrofes de Tarazona y Moncayo. En la Ruta se incluyen desde las tradicionales “bodegas en cerro” (excavadas en las colinas), consideradas patrimonio histórico y artístico, hasta las huellas dejadas aquí por Gustavo Adolfo Bécquer, pasando por poblados celtibéricos, castillos, monasterios, edificios de órdenes militares, sin olvidar las múltiples posibilidades para practicar deportes de aire libre como el senderismo, la escalada, la bicicleta de montaña, la vela, el parapente, etcétera.