Para empezar, no debemos confundir senderismo y montañismo. Son actividades diferentes y requieren calzados diferentes. No es lo mismo el Camino de Santiago que la Senda de Camille, esto tiene que quedar claro. Moverse por terreno de media montaña es, por definición, montañismo.
En nuestras latitudes podemos considerar que la media montaña se extiende aproximadamente entre los 1400 y los 2500 metros de altitud, si bien en verano, cuando no queda una pizca de nieve, incluso algunos tresmiles pueden considerarse como terreno de media montaña.
Este territorio es el terreno de juego de la popular bota “de trekking”, un calzado diseñado para ser utilizado por senderos o campo a través, para atravesar bosques, resistir al barro, trepar por roquedos y canchales, negociar con confianza laderas herbosas…
¡Ojo! Aunque muchas de ellas también permiten caminar por nieve de suave inclinación, si sus suelas son flexibles no son adecuadas para las pendientes de nieve dura ni para utilizar crampones. Aparte de su escaso poder aislante, la falta de rigidez las incapacita para cramponear correctamente, pudiendo incluso forzar los crampones hasta el punto de partirlos.
En cambio las de suela semirrígida sí que son compatibles con crampones de correas, siempre y cuando su tacón, generalmente ancho en estas botas, quepa en el talón del crampón. Piensa esto antes de lanzarte a la media montaña en invierno, porque entonces ya no será tan media.
Las ventajas de las botas frente a las zaptillas de monataña son múltiples: polivalencia en todo tipo de terrenos, resistencia, impermeabilidad, mejorprotección del pie y el tobillo… lo malo es que suelen dar más calor en verano, transpiran menos y pesan más.
Unas zapatillas de trekking sin membrana impermeable-transpirable constituyen una ligera opción en verano para terrenos poco accidentados. Mejor sin membrana porque aparte de encarecer notablemente el producto, de poco te servirá esa impermeabilidad con un cuello tan bajo si metes el pie en un charco.
Fabricadas enteramente con materiales sintéticos, o con algún refuerzo en piel o caucho, su peso suele oscilar entre los 700 y los 1000 gramos el par. Cuidado con las suelas de colorines, porque sobre la roca mojada no agarran.
Las zapatillas tipo “aproximación”, llamadas así por ser utilizadas por los escaladores en las marchas de aproximación a las paredes, es un calzado apropiado también para media montaña, sobre todo en zonas muy rocosas.
Construidas con empeines en piel vuelta hidrófuga de 1, 8 mm , suelas Vibram o goma similar a la que se utilizan en los pies de gato, refuerzos de caucho en puntera y laterales. Sus pesos oscilan entre los 800 y los 1060 gramos el par.
Resumiendo, siempre que vayamos a caminar por zonas escabrosas, pedreras, matorrales, pendientes empinadas de hierba o tierra, con posibilidad de encontrar lluvia, barro o nieve, elegiremos las botas.
Eligiendo botas
La oferta es inmensa, con centenares de modelos a elegir y no es difícil perderse en este galimatías. Se puede hablar de numerosas subcategorías con diferentes prestaciones, utilizaciones, materiales, pesos y precios que se mueven en una amplia horquilla de 100 a 220 euros.
La construcción con materiales combinados es la tónica general: la mayoría de los modelos llevan piel vuelta hidrófuga de 1,6 a 1,8 mm junto con cordura y ciertas piezas en materiales sintéticos en el empeine. Otros de mayor protección para actividades exigentes emplean piezas grandes en piel nobuck de 2,4 mm, con lo que se reduce el número de costuras y se aumenta su resistencia, aunque también el peso.
Y hablando de pesos, con una oferta tan variopinta pueden variar hasta un kilogramo de unos modelos a otros, oscilando entre los 800 y los 1700 gramos el par.
La combinación de cordura con piel proporciona ligereza, pero esa cualidad puede verse contrarrestada por una suela demasiado gruesa. Las suelas de tacos autolimpiantes de hasta 7 mm duran más que los de 4 o 5 mm, aunque también su peso es mayor. Menor peso de la bota significa menor duración.
La longevidad del calzado de cordura o con múltiples piezas se ve reducida a la mitad o menos comparado con el de piel. La duración del calzado suele ser inversamente proporcional al número de costuras que presenta.
La flexibilidad de la suela en el sentido longitudinal facilita la marcha pero interesa contar con una buena rigidez transversal, para ofrecer un correcto apoyo en medias laderas.
Algunas botas tienen muy buena pinta pero cuando caminas con ellas sobre roca mojada parece que les salen ruedas bajo la suela. Los fabricantes hablan de su gran adherencia – grip lo llaman– en todo tipo de terrenos, pero con frecuencia olvidan hablar del comportamiento sobre piso húmedo.
La adherencia de la suela no depende tanto del dibujo como de la composición del caucho. Hay una relación inversamente proporcional entre la dureza y la capacidad de agarre: las gomas duras duran mucho pero tienden a mostrarse deslizantes, principalmente sobre suelos mojados.
Las blandas suelen tener buena adherencia pero se desgastan prematuramente. Las suelas Vibram presentan un notable equilibrio entre desgaste y adherencia.
La transpiración dependerá de la mayor o menor superficie textil que posea cada modelo, del material utilizado en el forro interior y la plantilla, aparte de la presencia o no de membrana impermeable-transpirable.
Las botas desprovistas de membrana no son impermeables pero se pueden tratar con productos hidrofugantes.
Los modelos que incluyen membrana no calan cuando son nuevas aunque, con el uso, la acumulación de suciedad que obstruye los poros y, sobre todo, la flexión siempre en la misma zona que acaban por agrietarla, las propiedades de éstas disminuyen o se anulan. También para ellas es recomendable el tratamiento impermealizador.
Las versiones para mujer presentan un cuello de la bota más bajo por la parte trasera, la horma adaptada al pie femenino y el peso aún menor. La caña alta protege los maleolos de golpes con piedras y evita la entrada de grava, pinchos y agua.
En cambio la media caña contribuye a reducir el peso del calzado y resulta cómoda en determinados terrenos, aunque la protección del tobillo es menor. Pero ojo, la teórica protección de la caña alta como preventiva de esguinces sólo es cierta si el cuello de la bota es lo bastante alto y rígido, aunque también depende en gran medida de un correcto apriete y atado de los cordones.
Son comunes los dispositivos amortiguadores bajo el talón en EVA o poliuretano de hasta tres densidades diferentes para evitar que los repetidos choques de los pies con el suelo al caminar se transmitan hacia las articulaciones. Resulta fundamental escoger una horma adecuada a la anchura de tu pie.
Sobre la impermeabilidad
La impermeabilidad del calzado, prendas y otros artículos de montaña no depende solamente de su membrana impermeable-transpirable o de la naturaleza del material con que están fabricados, sino también del tratamiento hidrorrepelente aplicado a la piel o el tejido.
Gracias a estos tratamiento, las gotas de agua no se deshacen y, por lo tanto, no forman una película continua que impida la transpiración. Pero ese tratamiento se va perdiendo con el uso y para recuperarlo es preciso tratar el equipo con productos apropiados. Una correcta impermeabilización prolonga la vida útil de la prenda.
El moderno calzado de cuero suele incorporar membranas impermeables transpirables que, con el tiempo y el uso, acaban perdiendo sus propiedades. Hay impermeabilizantes compatibles con esas membranas y también específicos para cada tipo de piel (nobuck, ante…) o calzado combinado con cordura. Unos se aplican en seco y otros sobre el cuero mojado. Todavía existen las clásicas ceras aplicables a mano o con cepillo, pero su duración resulta menor y suelen cambiar el color y aspecto de la piel.
En resumen
Si vas a comprar unas botas fíjate en las siguientes características:
Ligereza
Una de las razones para escoger una bota sintética frente a otra de cuero es ésta, aunque hay algunas con una suela gruesa y pesada que no resultan más ligeras que las de piel. A menor peso también menor duración, pero cada kilo que llevas en los pies equivale a cinco en la mochila.
Suela
Debe ser flexible en sentido longitudinal (pero sin pasarse) y bastante rígida transversalmente, para que se “clave” en las medias laderas. Si el caucho que la compone es blandito proporcionará mayor adherencia incluso en mojado, pero se desgastará antes.
La adherencia en seco y en mojado es difícil de comprobar en la tienda. Las de colores ni mirarlas: siempre goma negra. Los tacos han de tener 5 mm de profundidad como mínimo.
Transpirabilidad
Una correcta transpiración es importante para una bota destinada a caminar mayormente en verano, so pena de acabar con los pies cocidos. La parte del pie que más suda es la planta. Por tanto, una plantilla extraíble de calidad puede ser tan importante como la famosa membrana.
El uso de calcetines de fibras sintéticas como el Coolmax facilita la evacuación del sudor hacia el exterior.
Impermeabilidad
Casi todas las botas actuales incorporan algún tipo de membrana impermeable-transpirable con distintas denominaciones, y las que no la tienen –alguna de cuero y otras de primer precio– se pueden tratar con hidrofugantes, los cuales impermeabilizan simultáneamente la piel y los tejidos.
Construcción
Los diseños con múltiples piezas de colores puede que sean atractivos pero necesitan muchas costuras que no resistirán gran cosa si somos aficionados a transitar por pedreras y otros terrenos escabrosos. Las protecciones de goma en la puntera y los laterales contribuirán a alargar su vida.
Asegúrate de que la suela está bien pegada y de que no queden huequecitos en la unión entre la misma y los laterales. Existen modelos fabricados en Kevlar-Cordura altamente resistentes a la abrasión y muy ligeros.
Comodidad
Una entresuela amortiguante es indispensable para evitar que los impactos de los pies con el suelo se transmitan hacia las articulaciones de rodillas, caderas , columna y cráneo, origen, a veces, de problemas articulares y musculares. Pruébate en la tienda las dos botas, con los calcetines que vayas a utilizar, ya que los dos pies no son iguales, preferiblemente por la tarde cuando se encuentran más dilatados.
Los dedos no deben tocar el interior de la puntera. Elige una horma adecuada a la anchura de tu pie. Busca puntos de presión o molestos en el interior, así como puntos duros a la altura del tendón de aquiles y bordes del cuello. La lengüeta blanda y flexible, no demasiado rígida ni gruesa. Y si eres mujer comprueba si hay versión fenemina.