MONTAÑA ORIENTAL LEONESA, LEÓN

Hayedo del Gilbo, a los pies del Cervino leonés

El Pico Gilbo es famoso en todo el país por su silueta airosa y desfiante. A la sombra de su imponente pirámide vive un hayedo que no le va a la zaga en interés y belleza: unos perfectos “zapatos” para el Cervino leonés.

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Un extenso hayedo cubre la base del Gilbo, desde cuya cumbre se consigue esta formidable vista de las montañas que lo rodean, el embalse y el nuevo Riaño.
Un extenso hayedo cubre la base del Gilbo, desde cuya cumbre se consigue esta formidable vista de las montañas que lo rodean, el embalse y el nuevo Riaño.

La cara su del Pico Gilbo, soleada y bucólica, presenta un extenso paño de caliza donde existen una decena de vías de escalada de variada dificultad. Así mismo, presenta una escarpada y espectacular cresta oriental que desciende hasta la orilla del pantano de Riaño y que hace las delicias de los escaladores aficionados a este tipo de aéreos recorridos por su longitud y su moderada dificultad.

Sin embargo, pese a su abrupta pose, existen dos opciones fáciles para ascender a su cima, una por su cara sur y la otra por la opuesta, siendo esta última la que vamos a utilizar en el ascenso y la primera para el descenso, cerrando un interesante circuito que atraviesa –y esto es lo que ahora nos importa– los bosques que cubren la parte inferior de las laderas del Cervino leonés.

Itinerario

Nuestro camino comienza en pequeño aparcamiento que hay en el lado izquierdo de la carretera justo antes de cruzar el puente sobre el embalse en la carretera N-621 si se procede de León (o a la derecha después de cruzarlo, si se viene de Riaño). Una vez aparcado el vehículo retrocedemos unos metros por carretera y, llegando al mismo borde del embalse, nos introducimos por una cómoda pista a nuestra izquierda, que bordea el agua bajo un pinar. Cuando el embalse está lleno, el agua anega la pista, y esta primera parte hay que hacerla por el interior del pinar. En otoño, esto no suele suceder. En una cerrada curva atravesamos el arroyo Vallarqué que desciende por el valle que más tarde utilizaremos para regresar. La cómoda pista bordea la peña caliza y se interna en la zona conocida como Las Viescas. En esta zona, acondicionada como área recreativa, abandonamos la orilla del embalse para tomar la pista que asciende por un bonito hayedo siguiendo el sendero PR-LE 52. El camino sube por la canal Moro hasta alcanzar en su cabecera el collado del Baile, límite de los dos valles y corte en la larga crestería mencionada en la introducción. Aquí, se traspone la collada y se abandona el sendero balizado para alcanzar el amplio collado de la Pedrera situado a nuestra derecha algo más arriba y a unos cien metros del primero y que nos permite adentrarnos en la misteriosa e inquietante cara septentrional. Este collado lo forman la Peña Sarnosa y el propio Gilbo.

« Aunque parece inquietante por el terreno por el que discurre, el camino es cómodo, salvo la fuerte pendiente final que hay para alcanzar la cima principal »

Un tramo sin mucha pendiente nos permite ir ganando poco a poco altura, siempre cercano a la pared, por una estrecha rampa bien marcada con hitos. Aunque parece inquietante por el terreno por el que discurre, el camino es cómodo, salvo la fuerte pendiente final que hay que vencer para alcanzar la cima principal.

Después del merecido descanso contemplando unas de las más hermosas vistas de La cordillera Cantábrica que forman la Montaña Palentina, los Montes de Riaño, el Macizo de los Mampodres y los Picos de Europa, comenzamos a descender por la esbelta arista oeste. Quizás éste sea el tramo más delicado de nuestro itinerario ya que, aunque no es difícil, tiene vertiginosas vertientes a ambos lados. Después de un corto tramo bastante aéreo, la arista se hace más roma y cómoda de andar a medida que pierde altura. Una pequeña horcada en la cresta, marcada con hitos, da acceso a un pequeño destrepe hacia el sur por el que abandonamos la arista rumbo a las praderías y siempre con vistas al valle de Vallarqué por donde vamos a descender al encuentro con la pista inicial. Sendas de ganado nos sitúan en el apacible collado, y algo más abajo, justo en el límite con el sombrío hayedo, rellenamos la cantimplora en una fuente de agua fresca. A partir de aquí seguiremos por un buen camino, sin pérdida alguna, que termina uniéndose a la pista en la curva donde el arroyo Vallarqué vierte sus aguas en el pantano. Una vez allí sólo necesitaremos volver sobre nuestros pasos para regresar al punto de partida.

Para combinar

1. Hayedo de Frañana GE214. Distancia: 23 km.
2. Hayedo de Llamazares GE214. Distancia: 77 km.

Ficha práctica

  • Situación: comarca de Riaño.
  • Partida y llegada: aparcamiento en el extremo sur del puente sobre el pantano de Riaño.
  • Distancia: 8 km.
  • Desnivel: 577 m.
  • Dificultad: alta.
  • Horario: 5 h.
  • Cartografía: hojas 105-II y 105-I del IGN. 1:25.000.
  • Información: Ayuntamiento de Riaño. Tel: 987 740 665, www.ayuntamientoriano.es Riaño tiene una gran oferta turística, tanto de alojamiento como de actividades en la naturaleza. La proximidad de los parques naturales de los Picos de Europa y Fuentes Carrionas lo convierten un inmejorable punto de partida para el disfrute de los mismos.

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