CONCELLO DE ALLARIZ, OURENSE

Bosques de Augas Santas del río Arnoia

Allariz, el pueblo que antaño fue considerado la llave de Galicia, se asienta en uno de los tramos más hermosos del río Arnoia. A tan sólo a seis kilómetros, rodeada de bosques, se encuentra la aldea de Santa Mariña de Augas Santas. Tanto el pueblo como el entorno que lo rodea exuda misterio creando un ambiente extraordinario que nos atrapará, sobre todo en otoño, cuando los robles y castaños añaden una nota de color a esta sinfonía mágica.

Autor: Anxo Rial | No hay comentarios |
Bosques de Augas Santas en Allariz
Bosques de Augas Santas en Allariz

Los bosques de castaños y robles que cubren el concello orensano de Allariz invitan a conocer la historia de Mariña, una adolescente repudiada por su padre, gobernador de estas tierras bajo la dominación romana, por haberse convertido al cristianismo. La belleza y lozanía de Mariña obsesionó al prefecto romano Olibrio que la quería a toda costa como esposa o como esclava. Intentó seducirla con promesas y con halagos, pero ella se mantuvo firme, rechazó las ofertas y terminó dando con sus huesos en un siniestro calabozo. Los días se sucedían y de la boca de Mariña sólo salían palabras de desprecio hacia los romanos. Las más horribles torturas le fueron aplicadas por los verdugos; atada de pies y manos fue sumergida en un pilón de agua, quemada y finalmente decapitada.

Itinerario

Proponemos un agradable paseo entre castaños que nos conduce por esta historia con punto de partida en la aldea de Augas Santas. Es una ruta corta pero conviene no hacer más planes para el día porque está repleta de puntos de interés a los que hay que dedicar su tiempo.

Arrancamos a caminar en la fuente de la Santa. Un enorme roble carballo nos marca el camino a seguir, que pasa entre la iglesia y la casa rectoral, cuyas escaleras de acceso custodian dos enormes perros de piedra blanqueada por el líquen. Al salir de la aldea el camino inicia un suave descenso, que poco a poco nos aleja de las casas y nos encajona entre las típicas corredoiras, esos caminos estrechos enmarcados entre muros de piedra que tapizan el musgo. Después de unos cientos de metros el horizonte desaparece sustituido por los castaños y robles centenarios. El camino empedrado se empina notablemente y nos lleva, rodeado de bosque, hasta una pequeña carretera sin tráfico que cruzaremos para adentrarnos de nuevo en la arboleda. Sin apenas esfuerzo, pues el camino es llano, llegamos hasta los grandes muros que delimitan un campo de viñedos y algunas parcelas de cultivo medio asilvestradas. Una gran roca esférica de varios metros de altura y de curiosa forma nos sirve como referencia en una encrucijada en la que hay que decidirse por el camino de la derecha, más evidente y en mejor estado.

Quizá no reparemos en ello, pero estamos caminando sobre las mismas piedras que pisaron las legiones romanas. Estamos en una ramificación de la Via XVIII que se dirigía a Ourense y que después fue empleada por los peregrinos que recorrían la Vía de la Plata en la Edad Media. Una losa con varios agujeros nos anuncia la proximidad de las ruinas de la basílica de la Ascensión, un templo que comenzó a construirse en el siglo XIII y que nunca fue rematado. En sus estancias subterráneas, llamadas Os Fornos, la leyenda sitúa el lugar donde Mariña sufrió tormento. Para visitarlas tendremos que descender por una estrecha escalera de piedra –es aconsejable llevar una linterna– hasta el lugar donde la mártir escapó de las llamas ayudada por el propio San Pedro. En la oscuridad del solitario sótano, es fácil imaginar la terrible escena.

« Rumbo a las colinas del castro de Armeá encontramos un gran roble de aspecto atormentadoque proyecta su sombra sobre los Aliviaderos de la Santa, unas bañeras esculpidas en la roca madre donde, según la leyenda, Mariña alivió sus quemaduras »

Saliendo del recinto y rumbo a las colinas del castro de Armeá encontramos un gran roble de aspecto atormentado que proyecta su sombra sobre los Aliviaderos de la Santa; se trata de unas bañeras esculpidas en la roca madre y llenas de oscura agua que mantienen el nivel sea cual sea la estación. La leyenda dice que en estas piscinas Mariña se alivió de sus quemaduras y que las cenizas desprendidas de su piel tiñeron las aguas con el color oscuro que todavía hoy presentan. El roble no ha sido nunca podado porque, se dice, cualquier herida que se haga al árbol irá acompañada de un derramamiento de sangre.

Hacemos un último esfuerzo para llegar a la atalaya donde estuvo en otros tiempos situada la ciudad de Armenia. En lo alto de la colina se encuentran los restos de un castro y de una villa romana que ya contaba con calles pavimentadas, una red de saneamiento y casas con buena sillería. Un poblado galaico-romano que fue habitado hasta el siglo IV en el que se encontró el O Guerreiro Alaricano, un raspador para pieles que muestra el dibujo de una figura antropomorfa con un arma en cada mano y el pelo encrespado.

Desde aquí sólo nos queda volver al mismo punto de partida, pero para ello, en vez de desandar el camino, tomamos rumbo a Armeá. Esta aldea es un lugar lleno de misterio y huellas de un pasado remoto. Al castro y villa galaico-romana de la Atalaia hay que sumar una basílica con su cripta y pedra formosa, la pioucas da santa, petroglifos, un santuario románico y los restos de un asentamiento romano o quizá galaico- romano, descubierto por un vecino en el año 2011. Se localiza justo por donde pasa el Camino Real, en la ladera orientada hacia el este del Outeiro del Señoriño. El yacimiento ya está integrado al Roteiro Arqueolóxico de Armea.

Continuamos dejando atrás la aldea y girando a la izquierda para entrar de nuevo en el bosque y enlazar con la corredoira que usamos a la venida y retornar, así, al punto de partida, completando este círculo por los yacimientos y la historia de Santa Mariña.

Para combinar

1. Abedular de Montederramo GE_169. Distancia: 55 km.
2. Cañón del río Mao GE195. Distancia: 47 km.

Ficha práctica

  • Situación: concello de Allariz, entre los valles del río Arnoia y el río del Barbaña. Suroeste de Ourense.
  • Desnivel: prácticamente inexistente.
  • Distancia: 3 km.
  • Tiempo: 2 h.
  • Dificultad: fácil.
  • Partida y llegada: aldea de Santa Mariña de Augas Santas.
  • Cómo llegar: por la autovía Das Rías Baixas, A-52, para salirnos en Allariz y una vez en el pueblo, buscar la carretera de Augas Santas.
  • Cartografía: hoja 226-III del IGN. 1:25.000
  • Información: oficina de turismo de Allariz. Tel: 988 442 008; www.allariz.com/turismo
  • Qué hacer: Allariz fue declarada Conjunto Histórico artístico en 1971. En 1994, la Unión Europea reconoció la restauración completa del pueblo y le otorgó el Premio Europeo de Urbanismo. No hay que perderse el convento de Santa Clara, que tiene un claustro barroco de setenta y dos arcos, el más amplio de toda España. Allariz es escenario en mayo de la Andaina Vila de Allariz 50 Km en 12 horas, una prueba senderista que pretende potenciar y dinamizar las antiguas veredas y corredoiras de Allariz y alredores. En la parroquia de Requeixo de Valverde se encuentra el Ecoespacio do Rexo, obra resultante de una intervención del artista Agustín Ibarrola sobre árboles y piedras.

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