La xanas son pequeñas pero muy bellas. Llevan su melena larga y rubia atada con cintas de perlas o flores. También son extraordinariamente ricas, y esperan al pie de los caminos a que el viajero deshaga su madeja de hilo de oro para salir del encantamiento. Viven en las cuevas, las fuentes y en las orillas de los ríos, y de todo ello tiene la garganta abierta por el río Viescas. ¿Cómo puede extrañar que lleve el nombre de las hadas asturianas?
Su belleza y su interés geológico le hizo acreedor del título de Patrimonio Natural
El desfiladero de las Xanas se encuentra entre los concejos asturianos de Santo Adriano, Quirós y Proaza. Tiene una longitud de alredor kilómetros y llega a alcanzar una altura de 500 metros entre el fondo del barranco y las cumbres de las montañas que le rodean.
Su belleza y su interés geológico le hizo acreedor del título de Patrimonio Natural en 2002. Y lo mejor de todo es que se puede conocer desde dentro gracias a un espectacular camino excavado en la roca, herencia de un proyecto de los años cincuenta del pasado siglo cuyo objetivo era unir Pedroveya, Rebollada y Dosango con el valle del Trubia.
Por este motivo a la garganta de las Xanas se la conoce como el Pequeño Cares, y es muy conocida entre los excursionistas asturianos, aunque, a diferencia de la archifamosa Garganta Divina, ésta no sufre aglomeraciones. En otras palabras: una oportunidad de hacer una excursión cómoda, accesible, sencilla y mágica, como las mismas xanas.
Itinerario
La zona encajonada de la excursión que se propone aquí es relativamente corta. El camino labrado en la roca recorre el arroyo de las Xanas aguas arriba durante dos kilómetros. Esto significa que iremos ganando altura continuamente desde Villanueva hasta Pedroveya, pero conviene aclarar que el tramo del desfiladero es bastante llano, pues sólo remonta 150 metros desde la entrada a la salida. Es cuando se sale de la garganta y hasta llegar a Pedroveya cuando hay que enfrentarse al mayor desnivel.
El camino comienza en el aparcamiento que hay a las afueras de la localidad de Villanueva, capital del concejo de Santo Adriano, unos 300 metros después de tomar el desvío hacia Lavares. Allí está el panel informativo del itinerario (marcado como sendero de pequeño recorrido) y varias advertencias sobre el sendero que es importante tener en cuenta, en especial si se va con niños.
A pocos metros, comienza el camino que nos lleva directamente al desfiladero. Éste sube decididamente al principio y después comienza un sube y baja de vueltas y revueltas en la zona más abrupta, allí donde el río ya no se deja ver y los tilos, avellanos y madroños emergen verdes, marrones o sin hoja, dependiendo la época del año, del fondo del cañón.
Su iglesia, al pie de un antiquísimo tejo, es un lugar estupendo para dar cuenta de nuestra merienda
El sendero, abierto en la roca viva, está protegido en algunos tramos con un pasamanos. Después del túnel de la Virgen, las hayas se adueñan del monte. El camino se vuelve sombrío y se acerca al río hasta casi tocarlo. Después de las ruinas del molino de Secundino encontraremos una bifurcación sin señalizar: por la derecha hay unos peldaños hechos con traviesas de ferrocarril; por la izquierda parte un sendero menos claro que, sin embargo, es el tradicional.
Ambos llegan a Pedroveya. Su iglesia, al pie de un antiquísimo tejo, es un lugar estupendo para dar cuenta de los embutidos y quesos asturianos que esperan en el fondo de la mochila. También tenemos la posibilidad de recalar en Casa Generosa, un restaurante familiar que hace honor a su nombre, con una escasa pero exquisita carta de platos asturianos. Todos los que prueban, repiten. En uno u otro caso conviene hacer la digestión dándose una vuelta por el pueblo, que conserva una interesante colección de hórreos y paneras.
Para regresar a Villanueva tenemos dos posibilidades: o desandar el camino de la garganta (una alternativa recomendable para los grupos con niños) o dar una vuelta por Dosango. Esta opción alarga notablemente la excursión, pero permite obtener una perspectiva completa de la zona y regresar por un lugar diferente. La subida hasta Dosango, que se hace por un sendero, es corta pero mantenida ya que salva un centenar de metros en apenas un kilómetro.
Una vez en Dosango hay que seguir unos 500 metros por la carretera de Lavares (AS-187) y continuar después por una pista que parte a la izquierda. Este camino nos llevará hasta la carretera AS-360, por la que tendremos que caminar aproximadamente un kilómetro para llegar a donde aparcamos el coche. Hay que advertir que en el descenso, haciendo un pequeño desvío, se puede visitar el castro celta de El Collaín. Desde allí también se puede bajar por pista hasta la carretera de vuelta.
Ficha práctica
- Situación: entre los concejos de Santo Adriano, Quirós y Proaza. Centro sur de Asturias.
- Partida y llegada: área recreativa de Villanueva.
- Dificultad: baja si se regresa por el mismo desfiladero y media si se hace el recorrido circular.
- Distancia: 11 km si se hace la circular y algo menos si se se regresa por el desfiladero.
- Desnivel: 650 m en el recorrido circular y 450 m en el lineal.
- Tiempo: 4 y 3h 30 min respectivamente.
- Cartografía: hoja 52-II del IGN. 1:25.000.
- Turismo: www.quiros.es y www.proaza.es.
- No perderse: comer en Casa Generosa de Pedroveya. Es necesario reservar. Tel: 985 768 209.