Es esta una tierra dura, áspera, con interminables laderas de fuerte pendiente que se precipitan hasta los fondos de valle. No existe el terreno llano salvo allí donde el hombre lo ha logrado con el esfuerzo de muchos años construyendo bancales. Los ríos, en lo más profundo de las gargantas, se retuercen en innumerables meandros a cual más inverosímil. Enormes canchales y escarpes rocosos orlan el paisaje. A causa del clima seco y cálido acentuado por el encajamiento de los valles, domina la vegetación mediterránea: alcornoque, encina, enebro, olivo…
Hay también extensas zonas de pinar y eucalipto de repoblación que en nada han ayudado al control de los incendios. El monte bajo está ocupado por jara, brezo y escobas. No existen grandes manchas de caducifolios pero la presencia de castaños, cerezos, nogales y especies de ribera da en otoño una pincelada de color que destaca sobre el parduzco paisaje.
La arquitectura tradicional hurdana, uno de los principales atractivos de la zona, está claramente adaptada al entorno, tanto por su funcionalidad como por los materiales: gruesos muros de piedra (esquistos), tejados de pizarra oscura, pequeños ventanucos, calles estrechas y empinadas. Aún podemos disfrutar del sabor tradicional en pequeñas localidades y alquerías, como Erías, El Gasco, Horcajada, Aldehuela…
Si bien la sequía del verano deja apenas sin caudal, con las lluvias del otoño muchos de los ríos cobran de nuevo vida y, debido a lo escarpado del terreno, con frecuencia se forman cascadas y saltos de agua de vida efímera.El Chorro de la Miacera es posiblemente la más espectacular de Las Hurdes, con más de 100 metros de caída.
Recorrido
Comenzamos a caminar en la plaza de El Gasco siguiendo la preciosa calle que sale junto a la fuente. A los pocos metros tomamos una callejuela a la izquierda muy empinada que nos lleva a la orilla del río Malvellido. Cruzamos por un puentecillo a la margen derecha y continuamos aguas abajo por el paseo bien pavimentado que nos saca de la localidad entre muros de pizarra.
Tras cruzar un arroyo llegamos a un merendero con fuente. A la derecha comienza un camino que sube al famoso «Volcán», pero nosotros continuaremos por el sendero, ya más angosto, que sigue el curso del río y se encuentra señalado con marcas rojas y blancas, pues caminamos sobre un sendero GR. Al llegar a un canchal el sendero se bifurca y debemos tomar el ramal de la derecha (claramente ascendente) que comienza a separarse del río para enfilar la garganta del arroyo de la Miacera.
Primero caminaremos por una calleja entre muros de pizarra hasta llegar a la misma orilla del arroyo. No nos queda más que remontar su curso hasta la cascada. Para ello tendremos que cruzar a la otra orilla (margen derecha) en alguna ocasión para volver posteriormente a la margen izquierda. Si el arroyo baja muy crecido, puede no resultar fácil (e incluso imposible) cruzarlo. El regreso se realiza por el mismo itinerario.
Guía práctica
Situación: en la comarca de Las Hurdes, al norte de la provincia de Cáceres. Punto de partida y llegada: El Gasco.
Cómo llegar: desde Cáceres y Madrid por la A-66 hasta Plasencia y allí por la EX-370 hasta Vegas de Coria y Nuñomoral donde empieza la carretera que muere en El Gasco. Desde Salamanca por la A-62 hasta Ciudad Rodrigo y después por locales hasta Nuñomoral.
Dificultad: Fácil
Desnivel: 150 m
Tiempo: 50 min sólo ida
Distancia: 1,6 km aprox. sólo ida. cartografía: hoja 551-IV del IGN. 1:25.000. Observaciones: existen más cascadas dignas de verse en Las Hurdes, como El Chorrituero y El Chorro de Los Ángeles, ambas próximos a Ovejuela.
Alojamiento: en Nuñomoral, Hostal El Hurdano, tel: 927 433 012. y en Vega de Coria hotel Los Ángeles, tel: 927 434 005. Para buscar en el resto de la comarca, llamar a la Oficina de turismo de Las Hurdes (Caminomorisco), tel: 927 435 329 o consultar www.mancomunidadhurdes.org