El macizo del Posets es el segundo en altura de la cordillera pirenaica. Su techo, el pico Posets o Llardana, alcanza los 3.369 metros de altura, sólo 34 menos que el Aneto, del que le separa poco más de dieciocho kilómetros en línea recta. Por la cercanía al techo de Pirineos, y quizá también por una historia menos dramática, este majestuoso gigante, al que el gran pirineísta Henry Russell equiparó con el Himalaya por su grandiosidad, siempre ha permanecido a la sombra del «monarca».
Grandes Espacios nº 293
Pico Posets. Virrey del Pirineo
A pesar de su aspecto himalayico, el Posets se deja subir con relativa facilidad: hasta ocho rutas conducen hasta su pequeña cumbre si necesidad de recurrir a la cuerda y la escalada, y todas ellas son descritas con todo lujo de detalle en este número. Una persona bien entrenada y habituada a medirse con las alturas es capaz de llegar a la cumbre sin más dificultad que la que supone los 1500 metros de desnivel que tienen todas ellas, al menos durante la época seca.
Por otra parte, siendo el Posets una de esas montañas que por su tamaño y complejidad, una vez dentro de ella se la «pierde» de vista, proponemos subir a tres importantes montañas que lo rodean y en cuyas cumbres se toma conciencia de las dimensiones, forma y colores —sin duda los más psicodélicos de la cordillera— del Virrey del Pirineo. Nos referimos a los picos Clarabides, Gran Bachimala y Culfreda, tres montañas que pertenecen a la élite de tresmiles y que, en condiciones normales, se suben con relativa sencillez.
A vista de pájaro, el macizo del Posets se presenta como una isla circular rodeada por los valles de Benasque, Chistau, Eriste y Estós. En puntos estratégicos de estos tres últimos valles se levantan otros tantos refugios guardados que dan la oportunidad de rodear al gigante sin necesidad de cargar con una pesada mochila.
La llaman la Ruta de los 3 refugios. En el trekking se invierten entre tres y cuatro días, dependiendo del valle de entradas, y se puede alargar «saltando» al Pirineo francés.
Mucho más familiares son las excursiones que conducen a algunos de los lagos de alta montaña, los llamados ibones, que salpican el macizo. Del centenar de ibones que se cuentan en el Parque Natural Posets-Maladeta se cuentan, la mayor parte se concentra en el macizo del Posets y son protagonistas de algunos de los rincones más bellos de toda la cordillera, como se podrá comprobar en los reportajes donde se describe como llegar a los ibones de Millares, Lenés, Barbarisa, Perramó y Batisielles.
Finalmente, repasamos algunas de las peculiaridades del macizo, como su singular origen geológico, su naturaleza, la historia de su conquista y su humanización de la mano de firmas tan prestigiosas como Ánchel Belmonte, coordinador científico del Geoparque Sobrarbe-Pirineos, y del naturalista y divulgador Eduardo Viñuales.
Con el reportaje La conquista del Virrey, que narra las vicisitudes de la exploración y primera ascensión del Posets, y que fue ya publicado en Grandes Espacios en el año 2013, queremos honrar la memoria de Alberto Martínez Embid, su autor, probablemente la persona que más sabía de la historia del pirineísmo, y que falleció en 2021. Con la reproducción de este artículo queremos rendir homenaje a quien fue un magnífico colaborador de la revista y mejor persona.
Grandes Espacios nº 293
Pico Posets. Virrey del Pirineo