El alpinismo aragonés ha vuelto a perder. El pasado 12 de octubre, el zaragozano Pepe Garcés perdía la vida en el Dhaulagiri (Nepal,8.167 m), mientras descendía hacia el campamento base tras haber renunciado a la cumbre en su segundo intento cimero. El testimonio de los miembros de la expedición italiana liderada por Abele Blanc (13 ochomiles con el Dhaula) que acompañaba al grupo español en ‘La Montaña Blanca’, y que sí consiguieron la cumbre el sábado, es lo último que se sabe de Garcés.
Al parecer, Pepe resbaló y se precitó al vacío, una vez superada la peor parte de la pendiente de hielo que encierra la sección más difícil y comprometida de la ruta normal del Dhaulagiri (a unos 7.700 m). El aragonés la salvó por un itinerario diferente y más directo al seguido durante el ascenso, adelantando al grupo italiano de Blanc y a su compañero Silvio Mondinelli, que regresaban de la cima y se habían cruzado previamente con Pepe y Mario Merelli durante su ascenso. Este último, tras darse la vuelta junto a Pepe más arriba, prefirió la línea original de subida para descender.
Cuando Mario, Silvio y el grupo italiano (Abele Blanc, Adriano Favre, Claudio Roset y Alex Busca) afrontaban la delicada travesía vieron, unos 50 metros más abajo, como Pepe resbalaba y comenzaba a deslizarse pendiente abajo hasta caer por un precipicio, a pesar de sus intentos por detener la caída. El sábado 13, desde el campamento base, Carlos Soria confirmaba la trágica noticia. El abulense había renunciado a esta segunda tentativa, al igual que Edurne Pasaban, siguiendo los consejos de Silvio Mondinelli, que había comprobado las malas condiciones de la travesía en su camino hacía la cumbre.
Persiguiendo los 14
Pepe Garcés en el K2, su sexto ochomil, el pasado verano
Otra gran pérdida para el alpinismo aragonés -hace poco más de un año el oscense Pepe Chaverri fallecía en las Grandes Jorasses-, que ha visto como desaparecía uno de los iniciadores de su himalayismo. El propio Garcés estuvo presente en el K2,cuando en 1995 otro de los pioneros aragoneses en el Himalaya, Javier Escartín, fallecía durante el descenso tras haber logrado la cumbre del Chogori. En aquella trágica fecha también desaparecían Lorenzo Ortiz y Javier Olivar.
Nacido en Zaragoza hace 45 años, Pepe Garcés era uno de los más destacados himalayistas aragoneses. Tras su reciente cima en el K2, su sexto ochomil (Everest, Gasherbrum1 y 2,Cho Oyu y Manaslu),buscaba en el Dhaulagiri el ecuador de su particular carrera por los catorceochomiles, esta vez junto a sus amigos Carlos Soria y Edurne Pasabán.
Pepe se inició en la montaña en 1973 y su primer hito alpinístico lo logró en agosto de 1982, cuando realiza la primera nacional de Le linceul de las Grandes Jorasses junto a Gregorio Martínez Villén y Jesús Sánchez.
El verano siguiente sube la cara oeste del Yerupajá Sur y en 1985 escala el ‘Corredor del Diamante’ y el ‘Icy window’ al Kenia en un grupo muy representativo del alpinismo aragonés de entonces: Víctor García, Miguel González, Javier Lasala, Javier Olivar y Jesús Vicente. En una segunda visita a los Andes, consigue el Huascarán y Quitaraju.
Primeros pasos en el Himalaya
Su primera ascensión a los techos mundiales la emprendió durante el monzón de 1989, alcanzando los 8.500 metros con la expedición aragonesa al Everest por la ruta normal. La cima del mundo llegaría dos años después, junto a Toño Ubieto (6-10-1991). Tras el amargo trago de la tragedia aragonesa en el K2 de 1995, en 1997 llega su segundo ochomil, el Cho Oyu, con José Luis Gómez (26-9-1997).
En 1998 vuelve al K2 con una expedición comercial, rozando los 8.000 metros.Ese mismo año alcanza los 7.300 m en el Dhaulagiri y consigue el Shisha Pangma Central (6-5-1998). En julio de 1999 encadena las cimas del G-2 y G-1con el australiano Andrew Lock en poco más de una semana (9-7 y 17-7-1999). Ya en 2000, y junto a los hermanos Iñurrategui, Pepe lograba en el Manaslu su quinto ochomil, del que regresó con algunas congelaciones. Este año, tras conquistar por fin la cima del K2, Pepe ha dicho adiós descendiendo del Dhaula, cuando la prudencia le había hecho desistir de una cumbre que pronosticaba un descenso bastante complicado. A pesar de ello, ‘La MontañaBlanca’ no quiso devolverlo. Ahora, nos queda el recuerdo de un excelente alpinista, y de una persona que por encima de todo, amaba la vida y a los suyos.
