El Everest registró durante el fin de semana su primera oleada de cimas de la temporada de primavera de 2022. Concretamente, y según una breve información de Mingma G en sus redes sociales, once expedicionarios chinos y su equipo de apoyo habrían coronado el techo del mundo desde la vertiente tibetana el 30 de abril.
La cara norte del Everest vuelve a estar este año cerrada a las expediciones internacionales, con lo que solamente es accesible para ciudadanos chinos, organizados en expediciones operadas por agencias de aquel país.
Los tiempos de Anatoli Boukreev
La fecha del 30 de abril es especialmente remarcable, pues habitualmente nadie asciende el Everest hasta mayo… y a menudo hay que esperar hasta bien entrado este mes para ver las primeras cimas. De hecho, según se desprende de los registros de The Himalayan Database, solamente en 2006 y en 2007 la primera cima del Everest durante la temporada de primavera llegó el mismo 30 de abril.
Hay que remontarse hasta 1997 para encontrar una cumbre de primavera en el Everest que llegase antes del último día de abril. Aquel año, el kazajo Anatoli Boukreev y el ruso Vladimir Bachkirov guiaron a una expedición de Indonesia al techo del mundo que coronó el 26 de abril.
De hecho, antes de la generalización de las expediciones comerciales en el Everest, era más común que se registraran cimas durante el mes de abril. La primera fue el 20 de abril de 1984; posteriormente, también llegaron cumbres en ese mes en 1985, 1990 y la más precoz de todas, que se produjo el 13 de abril de 1993.
Marc Batard alcanza los 6.000 m
Mientras tanto, en la vertiente sur, el equipo de sherpas nepalíes encargados de equipar la ruta de ascensión anuncia haber alcanzado ya el Collado Sur e instalado el C4 (8.000 m). Se espera que en la próxima ventana de buen tiempo puedan completar ya el trabajo alcanzando la cumbre.
En esa misma vertiente, la expedición más interesante es la que lidera Marc Batard. El veterano alpinista francés quiere repetir cima en el Everest sin oxígeno con 70 años de edad, y además hacerlo a través de una nueva variante por los contrafuertes del Nuptse que evite el peligroso tramo de la Cascada de Hielo del Khumbu.
Según informa a través de sus redes sociales, su equipo –en el que destaca la presencia de su hijo Alan Batard– habría instalado el C1 y habría superado ya los 6.000 metros de altitud, camino del C2. A su descenso de esta rotación, Marc Batard ha sido trasladado en helicóptero hasta Namche Bazaar, para descansar y sobre todo tratar de reponerse de una enfermedad que le ha obligado a ponerse en tratamiento antibiótico. “Voy a consultar a un médico”, apuntaba el otrora Sprinter del Everest.
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