Todo fue mal en la jornada de ayer en el Manaslu. Días atrás, un equipo de sherpas consiguió equipar con cuerdas fijas la ruta hasta la misma cima y a continuación comenzaron a llegar las informaciones sobre las ascensiones mediáticas de Kristin Harila o Sanu Sherpa. Sin embargo, las informaciones que llegaban desde el campo base advertían de una montaña peligrosa y masificada, un cóctel potencialmente explosivo.
El Manaslu estaba peligroso porque había estado nevando bastante en los últimos días y el riesgo de avalanchas era elevado. Y ese peligro, sumado a las muchas personas que intentan la montaña este otoño, abre las puertas de unas consecuencias que podrían ser graves.
Confusión con Hilaree Nelson
Todo ello se puso de manifiesto ayer lunes 26 de septiembre, cuando muchas cosas ocurrieron a la vez y se publicaron muchas versiones de cada una de ellas. Una de las expediciones más interesantes de la temporada en la ruta normal del Manaslu, formada por los esquiadores Jim Morrison y Hilaree Nelson –autores del primer descenso en esquís del Lhotse en otoño de 2018– logró alcanzar la cima. A continuación, iniciaron el descenso en esquís, que Morrison completó.
Sin embargo, Hilaree Nelson no pudo seguir a su compañero. A una altura de unos 8.000 metros, la experta esquiadora sufrió un accidente. Algunas fuentes indican que cayó en una grieta de 25 metros y otras que se precipitó por el lado equivocado de la montaña. Mientras tanto, su compañera de expedición y ultrarunner Fernanda Maciel escribía en redes sociales que Hilaree Nelson había sido alcanzada por una avalancha desencadenada justo por debajo de la cima.
En cualquier caso, todas las versiones apuntaban que la estadounidense estaba desaparecida a una altitud de unos 8.000 metros. El mal tiempo impidió que ayer despegaran helicópteros de rescate para intentar localizarla. Hoy sí han podido volar, con Jim Morrison a bordo, para llevar a cabo esas tareas de localización.
Caos con una avalancha mortal
Paralelamente, metros más abajo, en la zona entre el C3 (6.800 m) y el C4 (.7400 m) del Manaslu, se desencadenaba otra avalancha, aparentemente sin conexión con el suceso de Hilaree Nelson. Este alud alcanzó a un numeroso grupo que en ese momento se dirigía hacia la cima y arrastró a un total de 14 personas, según confirmación desde el campo 3 de Mingma G, cuya expedición se vio afectada de lleno.
Según informaba hoy la prensa local, la peor consecuencia fue el fallecimiento del nepalí Anup Rai, quien llevaba al campamento superior botellas de oxígeno para su expedición cuando fue sorprendido por la avalancha.
Al menos otras cuatro personas sufrieron heridas graves. Dos de ellas pudieron ser trasladadas hasta la aldea vecina de Samagaun ayer mismo y, desde allí, evacuadas en helicóptero hasta el hospital en Katmandú.
Con la mejoría de las condiciones meteorológicas de hoy, los helicópteros han podido evacuar al resto de los heridos, que ya se encuentran en el hospital Karuna de Katmandú.
A pesar de todo, cimas
Y mientras todo esto ocurría en la montaña, otros expedicionarios completaban sus respectivos objetivos de alcanzar la cumbre, ajenos a los accidentes. Uno de ellos era Sajid Ali Sadpara, cuyo equipo en Pakistán precisaba en sus redes sociales que “ya había superado los 8.000 metros y seguía adelante cuando la gran avalancha golpeó a los alpinistas que iban camino del C4; de otro modo, él hubiera abandonado su intento de cima y rescatado a los alpinistas heridos”.
Tras pasar la noche en el C4, Sajid Ali Sadpara y el resto de expedicionarios que lograron ayer la cima se enfrentaban hoy a un descenso sin cuerdas fijas, arrancadas por las avalanchas.
