El Everest ha sido la montaña a la que el alpinista Nobukazu Kuriki (Japón, 1982) le ha dedicado más energías y, desgraciadamente, también ha sido el lugar donde ha perdido la vida. Su cuerpo apareció ayer por la mañana a 7.200 metros, a la altura del C2, y todo apunta a que falleció mientras descendía desde el C3.
Su objetivo era conquistar el Everest sin oxígeno y en solitario por la arista este. La noche anterior, alrededor de las 23:30 h, estaba solo en el C3 y pidió ayuda por radio a los compañeros que se encontraban un campamento por debajo, explicaba el guía Ashish Gurung en declaraciones al diario The Himalayan Times.
Kuriki se quejó de dolor y de una tos persistente, algo de lo que ya había mencionado en los últimos días en sus redes sociales. Un grupo de guías subió en su busca pero no consiguió dar con él “de noche y con el sistema de radio desconectado”, declaraba Gurung.
El cuerpo Nobukazu Kuriki apareció ayer por la mañana y las primeras informaciones aseguraban que había sido dentro de su tienda del C2, aunque datos posteriores parecían confirmar que estaba fuera y un poco por encima de este campamento. Sus restos ya han llegado a un hospital de Katmandú para que la autopsia determine la causa de la muerte.
Apuesta por el Everest
Era la octava vez que el japonés intentaba llegar hasta la cima del Everest sin la ayuda de oxígeno artificial y en solitario. Todas sus ascensiones compartieron estos dos rasgos, y algunas tenían un tercer plus de dificultad, el de la época: para evitar las masificaciones, en varias ocasiones viajó hasta allí en invierno, posmonzón y otoño, periodos menos queridos para los alpinistas para intentar sus proyectos debido al frío, los días más cortos o las precipitaciones.
La cuarta vez que lo intentó, en el año 2012, fue la más sonada: quiso ascender en otoño por la exigente ruta del corredor Hornbein de la vertiente tibetana (cara norte), pero se tuvo que dar la vuelta y necesitó la asistencia de un equipo de sherpas para descender al campo base. En el incidente perdió nueve dedos de las manos a causa de las congelaciones.
Cronológicamente, su primer encuentro con el techo del mundo fue en el año 2009 por la vertiente tibetana. En 2010 y 2011 lo intentó por la nepalí, pero en ninguna de ellas logró superar la cota de los ocho mil metros. Tras el episodio de las congelaciones volvió a la montaña en 2015, y para entonces decidió cambiar la cara norte por la ruta normal de la cara sur. Aunque no lo consiguió, llegó a la nada despreciable cota de 8.150 metros antes de abandoNar por el exceso de nieve profunda y viento.
Aunque el Everest fue el objetivo que más ocupó su tiempo, también contaba con otras cumbres
En el año 2016 lo intentó de nuevo y se dio la vuelta por el peligro de avalanchas; en 2017 volvió a tener mala suerte a causa del tiempo y, este año, viajaba por octava vez hasta el campo base con la esperanza de conseguir la montaña que tanto se le resistía.
Aunque el Everest fue el objetivo que más ocupó su tiempo, también contaba con otras cumbres relevantes en su historial. En el año 2004 escaló el McKinley en solitario; en 2005 escaló sin compañía el Aconcagua, el Elbrus y el Kilimanjaro y, un año más tarde, se apuntó con este mismo estilo la pirámide Carstensz. En su currículum también figuraba una cima en el Dhaulagiri en 2009, un intento al Manaslu y dos al Annapurna (2010 y 2016) en los que superó la cota de ocho mil metros.
Su historial en el Everest con las fechas de ascensión:
1º Everest. 9 de septiembre de 2009. Retirada por mal tiempo.
2º Everest. 10 de enero de 2010. Retirada por mal tiempo.
3º Everest. 10 de marzo de 2011. Retirada por mal tiempo.
4º Everest. 18 de octubre de 2012. Retirada por congelaciones.
5º Everest. 10 de octubre de 2015. Retirada por mal tiempo.
6º Everest. 10 de julio de 2016. Retirada por viento y malas condiciones de la nieve.
7º Everest. 23 de mayo de 2017. Retirada por mal tiempo.