Hablar del Corredor Hornbein hoy en día es mencionar uno de los tramos más legendarios de la historia alpinística del Everest. Eso sí, a diferencia de otros como el Escalón Hillary o el Balcón, solamente un puñado de las 9.000 personas que han hecho cumbre en el techo del mundo ha pasado por allí. Los primeros fueron Tom Hornbein y Willi Unsoeld, antes de alcanzar la cima del Everest el 22 de mayo de 1963.
Primera cima estadounidense
La expedición dirigida por Norman Dyhrenfurth tenía el doble objetivo de completar la primera ascensión estadounidense al Everest por la ruta normal y abrir una nueva ruta por la arista oeste que les permitiera completar la primera travesía del Everest. En aquel momento, solamente los británicos en 1953, los suizos en 1956 y los chinos en 1960 habían logrado la cumbre, y solo estaban abiertas las rutas normales de la cara sur y de la cara norte.
El primer objetivo se consiguió el 1 de mayo de 1963, cuando Jim Whittaker y el sherpa Nawang Gombu alcanzaron la cima por la ruta normal del Collado Sur.
La nueva ruta
Mientras tanto, el equipo seguía progresando en el objetivo secundario: abrir un nuevo itinerario por la impresionante arista oeste, que separa las vertientes napelí y tibetana. El primer desafío fue subir a la arista desde el glaciar del Khumbu, algo que resolvieron partiendo desde el C2, alcanzando la arista a 7.300 m.
Desde allí, la ruta sigue la arista propiamente dicha hasta unos 7.600 m, donde se toparon con grandes dificultades que los llevaron a abandonarla y adentrarse en la cara norte. Allí llegaron a instalar su C4 a unos 7.650 m (15 de mayo), pero el viento y las tormentas fueron un rival muy duro para los expedicionarios, que tuvieron que reinstalar ese campamento tras haber sido barrido por el viento.
El asalto definitivo a la cumbre de Tom Hornbein y Willi Unsoeld fue planeado para coincidir con una segunda cordada en la cima por la ruta normal. Sin embargo, las cosas no estaban nada claras. Partieron antes de las 7 de la mañana y progresaron hasta los 8.000 metros antes de tener que decidirse por un estrecho corredor que posteriormente sería bautizado como Corredor Hornbein. La inclinación sostenida de casi 50º llegaba a los 60º en su parte superior de esos 500 metros, en los que tuvieron que superar pasos de escalada de IV grado.
Finalmente, consiguieron alcanzar la cumbre hacia las 18:15 horas, un horario mucho más tardío de lo previsto.
Descenso épico
Menos de 20 minutos más tarde, comenzaron a bajar por la ruta normal, donde tenían compañeros que les podrían ayudar. Al poco rato, Willi Unsoeld se quedó sin reservas de oxígeno y a las 21:30 horas dieron con Barry Bishop y Lute Jerstad, que bajaban tras hacer cumbre por esa ruta normal.
Sin embargo, de poca ayuda les podían ser, pues ambos estaban también exhaustos y apenas les quedaba oxígeno. Así las cosas, los cuatro siguieron bajando lentamente hasta pasada la medianoche, cuando consideraron que era demasiado peligroso continuar. Se apiñaron para pasar la noche a la intemperie a más de 8.500 metros y a las 4 de la madrugada retomaron la marcha descendente. Pronto encontraron a los compañeros que subían con botellas de oxígeno y que los ayudaron a llegar al campamento. Todos menos Hornbein sufrieron congelaciones de resultas de aquella noche.
Los miembros de la expedición fueron distinguidos en julio con la medalla Hubbard, la máxima distinción de la National Geographic Society, que les impuso el presidente John F. Kennedy.