Ayer, jueves, día de su 52 cumpleaños el gran alpinista suizo Erhard Loretan fallecía cuando guiaba una ascensión al Grünhorn (4.043 m), en el Oberland Bernés [por error habíamos indicado en el Valais], y su cliente está hospitalizado en estado grave.
El accidente se produjo a unos 3.800 metros. Loretan y su cliente habían llegado con esquís al Grünegghorn, donde los dejaron, para escalar la montaña, tal vez por la arista suroeste que es la ruta normal. Por razones desconocidas se produjo una caída de 200 metros hacia la cara noroeste.
La caída fue vista por otros alpinistas que llamaron a los grupos de rescate. Loretan ya había fallecido cuando llegaron al lugar, pero pudieron evacuar a su cliente a un hospital.
El historial de Erhard Loretan es impresionante. Sólo su escalada en estilo alpino del Everest con su habitual Jean Troillet en 31 h por la cara norte (una variante a la Ruta Japonesa del Corredor Hornbein) y descenso en 3.30 ramaseando (30-8-1986) valía más, a juicio de Messner, que varios ochomiles juntos.
Fue siempre fiel al estilo ligero y alpino, y uno de los primeros en criticar el uso de oxígeno: “Soy un extremista en este aspecto”; las cuerdas fijas: “es una pena poner cuerdas fijas en el Everest”; y la colección de los Catorce ochomiles: “Si se quiere entrar en esta dinámica habría que hacerlo estableciendo varias categorías: los que llevan oxígeno y los que no. A mí esto no me interesó en absoluto, nunca he querido coleccionar los Catorce hasta el 94: tenía 12 y quería cerrar un capítulo. Sí, yo también caí en la trampa”. “No me interesan las listas de montañas, ni de los Catorce, ni de las 7 Cumbres”. En 1996 había escalado 22 ochomiles, 14 principales y 8 secundarias.
Después de escalar los Catorce Ochomiles, realizó otras escaladas himaláyicas en picos de altitud inferior, entre ellas un intento en estilo ligero al Jannu. No aceptó el proyecto de escalar los Catorce en un año aunque le ofrecieron “mucho, mucho dinero”: “La idea de hacer montaña solo por dinero no me interesa: quien va por dinero no vive mucho tiempo. Prefiero hacer trabajos verticales, carpintería o, lo mejor, trabajar como guía. Porque, sobre todo, lo que me gusta es estar en la montaña”.
En 2001, Loretan vivió una terrible tragedia. Su hijo falleció debido al síndrome del niño sacudido. La proyección mundial de Loretan contribuyó a la difusión de la noticia. Él fue condenado a cuatro meses de prisión sentencia suspendida [un plazo de prueba tras el cual el juez anuló la sentencia por homicidio] en febrero de 2003.
Para él, seguridad y alpinismo resultaban compatibles aunque el riesgo cero no sólo no existe sino que es la esencia: “Nunca busqué itinerarios peligrosos. Siempre hay que hablar de seguridad entre comillas, si estamos seguros de que nada nos puede ocurir, entonces mejor quedarse en casa. Esa falta de seguridad obliga al alpinista a hacer un cálculo sobre el terreno. Si yo estuviera seguro de no tener que resolver ningún problema cuando salgo a la montaña ni siquiera iría”.
Carpintero ebanista y guía de montaña, amaba ambos oficios: “Ser guía de montaña es un oficio extraordinario, la gente viene con sus sueños y yo les ayudo a realizarlos”.