Jared Vilhauer y Seth Timpano llevaban años planeando una expedición a la cordillera del Kokshaal-Too Occidental, en el Tian Shan. La oportunidad de hacerla realidad llegó este otoño, con la beca Cutting Edge del American Alpine Club. Sumaron al proyecto al joven Dane Steadman y viajaron a Kirguistán con la idea de explorar la zona y decidir cuál de los tres objetivos que tenían en mente presentaba mejores opciones.
Después de diez días aclimatando y esperando la ventana de buen tiempo, se enfocaron en la cara este del Pik Alpinist (5.482 m). Allí habían encontrado el desafío sobre hielo vertical que andaban buscando y se lanzaron a por la línea soñada.
Estilo alpino ligero
Para llevar a cabo la ascensión, dadas las elevadas dificultades técnicas que tendrían que superar, decidieron no cargar más peso del necesario y dejaron el material de vivac al pie de la vía. Se comprometieron pues a una ascensión rápida, que no les obligara a pasar ninguna noche en la pared.
A las tres de la madrugada del 24 de septiembre salían de ese vivac a pie de pared y cruzaban la rimaya. Progresaron con rapidez, escalando largos trechos en ensamble y superando dificultades máximas de hasta AI5+ y M5 en un terreno mixto en el que el hielo perfecto ofrecía mejor protección que la roca.
La primera sección clave de la ruta consiste en 300 metros de hielo a media altura, que superaron disfrutando en la parte de hielo al sol y sufriendo en la parte de hielo durísimo a la sombra. Más arriba, a unos 5.200 metros encontraron un pilar de hielo terrorífico, que pudieron evitar a través de un corredor con hielo fino.
Tras disfrutar de la puesta de sol con vistas privilegiadas sobre el inhóspito desierto del Taklamakán, se las vieron con la cornisa que daba acceso a la arista somital. Pasadas las ocho de la noche consiguieron romper esa cornisa y ganaron la arista somital, para pisar la cumbre rodeados de oscuridad, alrededor de las 20:30 horas.
Inmediatamente después iniciaron el descenso, primero en ensamble y más abajo a través de casi veinte rápeles a la luz de la luna que los devolvieron al vivac al otro lado de la rimaya a las seis la mañana, 27 horas después de haber partido y con un nuevo amanecer ya despuntando en el horizonte.
Han decidido bautizar su nueva ruta como Trophy Hunt. Una línea de 1.100 metros de desnivel desde la rimaya hasta la cima.
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