Della Bordella, De Zaiacomo y Schiera, en la de la cara oeste del Bhagirathi IV, 6.193m
Croquis de la vía de Della Bordella, De Zaiacomo y Schiera, en la de la cara oeste del Bhagirathi IV, 6.193m
La cara oeste del Bhagirathi IV (6.193 m) era un viejo desafío pendiente en el Himalaya indio . Los anales del American Alpine Journal registran que al menos siete expediciones intentaron su imponente pared desde principios de los años noventa, algunas protagonizadas por alpinistas de altísimo nivel como el esloveno Silvo Karo . Pero ninguna de ellas logró ir más allá de los 6.000 metros y acercarse a su afilada cumbre, defendida por un tramo final de 500 metros desplomados que se eleva sobre otros 200 m totalmente verticales.
De hecho, fue intentada de forma insistente entre 1992 y 1996 (desde Eslovenia, Estados Unidos o España). Cada año, hubo un grupo escalándola y todos ellos se tuvieron que dar la vuelta ante las dificultades técnicas, la meteorología adversa, los riesgos objetivos o los problemas burocráticos. Janez Kesnar y Marjan Kovac alcanzaron los 6.000 m ya en 1992, un punto que ninguna otra expedición alcanzaría hasta 2015. En 1994, Silvo Karo y Matjaz Jamnik lanzaron hasta once intentos frustrados siempre por el mal tiempo (su punta de altura fue 5.500 m).
Matteo della Bordella, Matteo de Zaiacomo y Luca Schiera viajaron al glaciar Gangotri en 2015 y lanzaron una primera tentativa a la mítica pared oeste del Bhagirathi IV. En aquella ocasión realizaron tres intentos en dos líneas diferentes, pero las enormes dificultades de la parte más alta los obligaron a rendirse a 6.000 m.
Cima por los pelos
En este 2019, los tres italianos miembros del histórico grupo de alpinistas Ragni di Lecco volvieron a centrarse en el Bhagirathi IV . La experiencia de cuatro años antes debía ser clave para conseguir por fin escalar la codiciada cara oeste. Sin embargo, no iba na ser fácil.
Según explica con detalle Matteo della Bordella en Montagna.tv , la vía que habían planeado los sorprendió por los elevados riesgos objetivos que presentaba. De hecho, presenciaron en primera persona cómo dos enormes rocas del tamaño de automóviles se desprendían de un diedro que tenían que escalar y caían por la pared arrasando lo que encontraban a su paso, siguiendo el itinerario que ellos planeaban ascender al día siguiente… Por supuesto, no lo hicieron y regresaron al campo base.
Desde allí, optaron a continuación por otra ruta más directa , en la que se metieron unos días más tarde. Permanecieron tres días en pared, pero un tramo liso los forzó a abandonar de nuevo.
Finalmente, y cuando todo parecía perdido, cambiaron radicalmente de estrategia y decidieron darle un pegue en un estilo mucho más ligero , para intentar ascender en el día, sin llevar ni tan siquiera hamaca o pertrechos para vivaquear. Matteo della Bordella y Luca Schiera se fueron alternando como primero de cordada, mientras Matteo de Zaiacomo se responsabilizaba de izar el petate y seguirlos sin perder tiempo.
De este modo, partieron a medianoche desde el campo base avanzado y, 23 horas más tarde, alcanzaban la cumbre del Bhagirathi IV tras haber superado la pared oeste por primera vez en la historia. Fue el 16 de septiembre por la noche y hasta ahora no han podido realizar un relato más o menos completo de la ascensión, debido a las restricciones de las autoridades militares indias sobre las comunicaciones satelitales en aquella zona del país.