Alex Txikon ha relatado así al periodista y escritor italiano Alessandro Filippini los detalles de su ascensión:
“Llegamos a la cumbre en menos de 60 horas, yendo de campamento base a campamento 2, al 3 y luego directo a la cumbre. Desde el campo base hasta el campo 1, no había cuerdas fijas, sí entre C1 y C2 (6000 m), que es un tramo muy peligroso. Entre C2 y C3 no pusimos cuerdas fijas, que fueron necesarias, en cambio, en algunas secciones entre C3 y C4, donde había tiendas de campaña, pero no paramos. Desde el campo 4 hasta la parte superior no usamos cuerdas fijas».
«El 5 de enero subí con Chhepal desde el campo 2, empezando a las 10:30 a.m. llegando a las 3 p.m. al campo 3, un poco más de 6900 metros. Desafortunadamente, Simone Moro, quien comenzó con nosotros dos, tuvo que rendirse debido a los continuos ataques de diarrea. Le dijimos que podíamos extender la subida un día, esperándolo en el Campamento 4, para que pudiera recuperarse, pero eligió bajar a Katmandú. Su renuncia forzada nos puso muy tristes».
«Los siete partimos juntos del campo 3 alrededor de las 22h30. No usé oxígeno suplementario. Los sherpas llevaban botellas, pero los respiradores dejaron de funcionar uno tras otro debido al frío. Así que incluso los sherpas no pudieron seguir usando oxígeno extra para llegar a la cima».
«Fui el quinto en llegar a la cima. El primero fue Tenjen Sherpa «Lama» alrededor de las 8:30 p.m., cuando llamó con su walkie-talkie para dar la noticia. Avanzamos hasta la cumbre principal. Cuando llegamos a la cresta de la cumbre había una cuerda roja, creo que de octubre pasado. Es una distancia muy corta, no más de 35 metros entre la antecima que era el punto que se alcanzaba antes y la cumbre principal».
«Este es un lugar muy pequeño, por lo que no pudimos tomar una foto de grupo como los 10 nepaleses hicieron en la cumbre del K2. Tuvimos que cruzar la cresta para ir a la cima de uno en uno».
«Luego fuimos directamente al campamento base, con sólo una pequeña parada en el campo 2. Llegamos a las 18 pm, muy cansados pero obviamente felices. Muy emocionado por realizar la ascensión en solo tres días. Gracias también a una meteorología muy buena, con poco viento, y a las condiciones de la ruta igual también buenas, con no demasiada nieve. Había mucho hielo, lo que hizo la ascensión más técnica. Pero el mérito del éxito ha sido gracias al arduo trabajo de mis compañeros nepaleses, de los que estoy muy orgulloso. Estaban en el Manaslu por su país. Querían llegar a la cima, como alpinistas».
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