Chris Sharma repite en Magic Wood, bosque suizo que esconde un granitoperfecto en sus interiores, y donde el americano perfiló el pasado año unnuevo proyecto: Practice of the wild. Arrancando desde el final de unapequeña cueva, sus cantos parecen buenos en principio, hasta que tocatantearlos. Cuando eso ocurre, es posible comprobar la extrema tensión corporalque requieren para poder ir encadenando cada uno de los pasos.
Después de cuatro movimientos, la sección más dura del bloque todavíacontinua. Mano izquierda en una pinza mala y redondeada, coger un plano antes derebotar a otro. Juntar manos, subir el pie derecho y prepararse para un dynocruzado (en diagonal) que se realiza hacia atrás (es un techo) y en el que sepierde todo contacto con la roca. Aquí es donde acaban realmente lasdificultades. Después sólo queda negociar la salida… ¿Grado? Alto y nodemasiado asequible seguro, pero los números, letras y signos es lo nunca siguea los encadenamientos de Chris… al menos de su propia boca. Marca de la casa.
Malas noticias
Y hablando de negociar, si en ello estaban los escaladores asiduos (el austriaco Bernd Zangerl entre ellos) con las autoridades de la cercana localidad de Ausserferrera, para lograr que no seclausure el bosque tras la creciente y en ocasiones irrespetuosa, visita deescaladores (de momento los bloqueros están a prueba hasta otoño), una tristenoticia se suma a la delicada situación del bloque en Magic Wood.
Como ya ha ocurrido en otras zonas suizas, dentro de la región del Tessino (Cresciano,pro ejemplo), los picadores también han hecho de las suyas en el bosque mágico. Muchos de los bloques clásicos de la zona han sido tallados. Cantos mejorados y nuevos agarres aparecidos dónde nada había.
Fuente: 8a.nu