En su eterna adolescencia han entrado muchas experiencias relacionadas con el riesgo y la aventura; y en su madurez muchas preguntas de porqué lleva estas aventuras al límite. Muchos le llamarían loco, pero es extremadamente consciente de todo lo que hace y de cómo lo hace. Hablar con él es entender que la montaña nunca deja de marcar límites, y leer su libro “Marejada Alpina” demuestra que esa montaña interior viaja con él vaya donde vaya. Sponsorizado por Berghaus, Camp y Boreal, este escalador de 35 años compartió algunas impresiones con nosotros antes de ofrecer una charla en :Climbat.
¿Por qué la montaña interior?
Porque trata de los sentimientos, de las expresiones más íntimas, de las cosas que te planteas cuando estás en la montaña.
¿Cómo empezaste con el salto Base?
Primero probé el paracaidismo, pero me aburrí en seguida. Vi que no había riesgo alguno, y no me motivaba, quería más. Así que fui haciendo vuelos en paracaídas y en parapente hasta coger la experiencia para hacer salto base. Desde el primer vuelo en paracaídas, sabía que iba a acabar haciendo Base.
¿Y con la escalada?
Fue gracias a mi madre, que me pagó un curso, y ya me enganché.
¿Dónde fue el primer salto?
En Noruega, con mi compañero de Berghaus, Leo Houlding. Con él di los primeros pasos en el salto base desde la montaña.
Teniendo en cuenta todo lo que has hecho…tapia, escalada en solitario, solo integral, ochomiles, ¿ves el salto base como una continuación de tu trayectoria en la montaña?
Ha sido una progresión lógica de la búsqueda de retos en la montaña, y la relación con el riesgo.
¿Crees que esta práctica se va a proliferar unido a la escalada? ¿Ves un vínculo entre los dos?
No necesariamente. Son dos cosas distintas, y hay muchos saltadores que se buscan la vida para llegar arriba sin escalar. Parece contradictorio, pero incluso se acercan a la pared y se sienten inseguros en la cima de una montaña porque no están acostumbrados a la escalada, no han llegado a formar parte de esa pared.
¿Sientes miedo alguna vez?
Muchas. Sino no sería humano.
Entre escalada y salto base, ¿qué te aporta cada uno?
La escalada ha sido una escuela de vida para mí, ha sido mi mayor relación con el riesgo. El salto base es la adrenalina que te puede dar una escalada en pared, pero concentrado al máximo en unos pocos segundos.
¿Soñabas con ese vacío cuando escalabas?
Cuando estás escalando en tapia, el vacío siempre queda detrás, es ese algo que hay allí, el que te impone, con el que convives, pero al que nunca llegas a tocar. Siempre estás pegado a la pared, y cuando miras detrás o debajo piensas…¡vaya patio!, o, si ahora me cayera, iría a parar allí abajo, en ese cuadrado pequeñito que se ve a lo lejos. Quería llegar a experimentarlo, quería acceder a ese vacío.
«El salto base es la adrenalina que te puede dar una escalada en pared, pero concentrado al máximo en unos pocos segundos».
¿Toda roca se puede saltar?
Toda no, hay muchas que parecen verticales o desplomadas, y luego te das cuenta de que no lo son, de que en realidad son tumbadas. Terradets, por ejemplo, es tumbada, no es vertical, y no se puede saltar. Te cambia mucho la perspectiva cuando ves las paredes desde el punto de vista del cielo.
¿Cómo calculas la distancia?
Depende de la altura de la pared debes calcular unos metros para abrir el paracaídas, el cual debe estar doblado de una forma muy estratégica. No se dobla igual con 1000 metros que con 400 metros de altura. Se necesita una logística muy complicada.
Las paredes desde las que vuelas, ¿las subes escalando?
Algunas sí, otras caminando, o en helicóptero.
Parece la perfección al completo. Escalar una pared y luego bajarla volando, adentrándote en ese vacío que no alcanzas de otro modo. ¿Crees que esta trayectoria acaba aquí, o que aún hay más?
Ya veremos.
Entrevista realizada por Bárabara Mas-Bagá Sayer, :Climbat