Sleepwalker irrumpió en el panorama bloquero el mes pasado, con una fuerza inusitada. Jimmy Webb realizaba su primera ascensión y Daniel Woods conseguía a continuación la primera repetición. Ambos coincidían en una propuesta de grado de 8C+, lo que lo convertía en algo extraordinario, solamente comparable con otras dos líneas del mundo: Hypnotized minds y Creature from the black lagoon, ambas de Rocky Mountain National Park. Son los tres únicos problemas de 8C+ que han sido repetidos y su cotación confirmada.
La cuestión es que Sleepwalker había sido descubierta por Nalle Hukkataival, quien después de numerosos intentos no había conseguido hacerse con la primera ascensión de su proyecto y vio cómo sus dos amigos la hacían antes que él. Sin embargo, ahora ha regresado y finalmente lo ha concluido de la mejor manera, logrando la segunda repetición.
Encadenamiento agridulce
El propio Nalle Hukkataival –autor de la primera propuesta 9A de la historia con Burden of dreams– narra todo el proceso en sus redes sociales, con un tono que se adivina agridulce:
El año pasado abrí este proyecto en Red Rocks y después de trabajar en él estuve cerca de escalarlo, cayéndome en el último movimiento. Entonces, las gélidas temperaturas invernales tomaron el cañón. A pesar de estar por ahí durante dos meses más intentando cerrar el trato, nunca tuve la oportunidad de pelearlo.
Al volver por la revancha este invierno, trabajé rutinariamente mi regreso adonde lo había dejado –esperando conseguir un pegue real este año. Fue verdaderamente refrescante probar finalmente el bloque con alguien. Jimmy Webb y Daniel Woods habían hecho equipo anteriormente este mismo invierno para tumbarlo. Su secuencia, sin embargo, a mí no me servía. Al final, el bloque se reduce a un paso clave romo de fricción, con una bicicleta casi inexistente para llegar a una regleta. Tanto Jimmy como Daniel tienen la envergadura de brazos para saltarse esta secuencia, así que yo estaba solo luchando mi propia lucha.
Esta aleatoria secuencia dependiente de la fricción –combinada con mis problemas de piel en el desierto– hizo que se redujeran las posibilidades de encontrar las condiciones que necesitaba. La mitad de los días de “escalada” consistieron solo en aparecer por ahí sin ser capaz de encontrar nada de adherencia en la roca. Ni escalar nada.
El hecho de que todo se redujese a mirar el tiempo y muy poco a realmente escalar, afectó enormemente a mi motivación y me hizo preguntarme incluso si valía la pena continuar arrastrándome hasta allí día tras día.
Ayer la encadené. Fue bastante decepcionante. No me pareció nada que no hubiera hecho ya diez veces. Simplemente, mi piel no me falló esa vez. Estoy contento de que no lo hiciera.
En definitiva, estoy entusiasmado! También es una lección que tenía que aprender sobre cómo no vale la pena librar todas las batallas. Me cuesta mucho cuando escalar se transforma básicamente en manejar factores externos y muy poco en escalar realmente.
Solo horas después, otra tormenta de nieve puso fin a la escalada aquí por un tiempo. Estás destinado a tener suerte de vez en cuando.