Lo primero, unos días antes, fue reconocer el terreno desde elcual tenían previsto lanzarse al vacío: la cima Hörnli del Monte Cervino (Matterhorn).El pasado 19 de mayo, no hizo falta. Rapelaron desde el helicóptero hasta suparticular rampa de lanzamiento. Así, el guía de montaña, piloto de vuelosacrobáticos y paracaidista de saltos extremos Hannes Arch (34 años), y sucompañero suizo Ueli Gegenschatz, ¡corredor de seguros!, se convertían en losprimeros saltadores base de este clásico, literalmente a ras de su pared norte.
Vuelo rasante en vertical
Tras un breve vuelo, abrían el paracaídas, aterrizandoplácidamente sobre el glaciar. «Cuando saltamos hace tres años desde lapared norte del Eiger tuvimos 18 segundos de caída libre antes de abrir elparacaídas. Hoy han sido solamente 2 segundos», explica Ueli Gegenschatz.El y su compañero del equipo de vuelos acrobáticos «Red Bull AcroTeam»pueden sentirse orgullosos de haber hecho un salto base desde el «punto desalida» más alto de Europa.
Los saltadores BASE no abren el paracaídas hasta el últimomomento, después de saltar de edificios (Buildings), antenas (Antenna), puentes(Span) y montañas (Earth), lugares cuyas iniciales en inglés dan nombre a estaespecialidad deportiva.
Portafolio: Saltobase en el Cervino