La cara noreste del Piz Badile, situado en la frontera alpina entre Italia y Suiza, es una de las vertientes más icónicas de los Alpes. De hecho, está considerada una de las seis caras norte clásicas de la cordillera alpina, junto a las Grandes Jorasses, el Cervino, el Eiger, la Cima Grande di Lavaredo y el Petit Dru. El contexto de pandemia mundial que se vive este otoño, en el que los alpinistas apenas han podido llevar a cabo expediciones a cordilleras de otros continentes debido a las restricciones a la movilidad, algunos han vuelto su atención a destinos como el Piz Badile, donde se han escrito algunas de las aventuras más épicas de la historia montañera.
Recordando a Riccardo Cassin
La ruta más conocida en la cara noreste del Piz Badile lleva el nombre de uno de los más grandes, Riccardo Cassin. Su ruta Cassin es una de sus obras maestras, que recorre 700 metros de desnivel desde el glaciar hasta la cima y fue trazada en una emocionante ascensión cargada de épica.
Cuando Cassin se metió en la pared el 14 de julio de 1937, acompañado por Vittorio Ratti y Gino Esposito, ya estaban allí a media escalada Mario Molteni y Giuseppe Valsecchi. Las dos cordadas decidieron unir sus fuerzas en una ascensión de tres días que luchó contra condiciones meteorológicas adversas, culminó con el éxito de la cumbre el 16 de julio pero acabó en tragedia: Mario Molteni murió de agotamiento en la cima y Giuseppe Valsecchi falleció durante el descenso por la arista sur, cuando estaban a punto de llegar al refugio.
Homenaje a Matteo Bernasconi
En la cabeza de Matteo della Bordella y Silvan Schüpbach había otra tragedia, que tenía como protagonista a su amigo Matteo Bernasconi, que falleció cuando una avalancha lo sorprendió escalando en solitario en el Pizzo del Diavolo. El italiano y el suizo cumplieron el sueño que Bernasconi había mencionado en varias ocasiones: trazar una ruta nueva de escalada mixta en la cara noreste del Badile.
El 26 de noviembre, Matteo della Bordella y Silvan Schüpbach aprovecharon al máximo unas condiciones excepcionales en la zona para escalar una nueva variante que decidieron bautizar como Crossway of friendship. Esta línea empieza ascendiendo la arista norte, para seguir luego por una travesía que enlaza con Linea Bianca (Igor Koller y Stanislav Silhan, 1978), que resigue una serie de repisas antes de encaramarse hacia la cima.
Matteo della Bordella se la dedicó a su amigo desaparecido con un sentido mensaje:
Era tu sueño, no el mío… Que fuera a los pies de esta pared casi por casualidad, dirigido por la curiosidad y por el simple deseo de vivir una aventura en las montañas con un amigo, como a ti tanto te gustaba.
No es la línea que habías imaginado, no es una ruta nueva sino más bien una combinación nacida del instinto… Eso es lo que tantas veces te había hecho brillar los ojos: ¡la cara noreste del Badile en piolet-tracción!
Amore supercombo
Al día siguiente, 27 de noviembre, las condiciones continuaban siendo excelentes en la cara noreste del Piz Badile y los suizos David Hefti y Marcel Schenk no se pudieron resistir y se lanzaron a por otra nueva combinación de líneas en el mismo escenario. En su caso, se fijaron en la parte central de la pared, a la izquierda de donde Della Bordella y Schüpbach habían escalado.
Hefti y Schenk ya habían firmado allí Nordest Supercombo en 2016 y la idea consistía en entrar a la pared por Amore di Vetro, que el propio Marcel Schenk había abierto con Simon Gietl, y enlazar con la citada Nordest Supercombo. El resultado, que pasa a llamarse Amore supercombo, no pudo ser más satisfactorio.
De hecho, se trata de una ruta seria y atractiva, que apenas tres días más tarde registró la primera repetición, a cargo de los italianos Korra Pesce, Andrea di Donato y el alemán Michi Wohlleben.
